Cultura

México y Uruguay unidos en noche de “Soliloquios” y “Diálogos Bailados”

Se presentaron tres coreografías en el Centro Cultural “Los Talleres”

Soliloquios y Diálogos Bailados.
Foto: A.L./Conaculta

La danza fue el punto de enlace entre tres propuestas que, no obstante sus diferencias estéticas y temáticas, lograron conmover al público que se dio cita la noche del 19 de febrero en el Centro Cultural “Los Talleres”.

Fueron las coreografías que integraron el segundo programa del ciclo Soliloquios y Diálogos Bailados, que ha iniciado su temporada internacional de danza contemporánea.

Las piezas, procedentes de Uruguay y México, lograron traspasar las fronteras de su lugar de origen para lograr una amalgama escénica que resultó enriquecedora tanto para los intérpretes como para los asistentes.

El espectador fue recibido en el foro de una manera especial: con la presencia de la artista Paula Giuria (Uruguay), quien antes de que se diera la tercera llamada ya había iniciado su intervención performática titulada Una rata en la gala.

Su propuesta fue completamente interactiva, es decir, la presencia del público resultó detonador de cada movimiento realizado por la artista. Cabe señalar que su pieza fue elegida para presentarse en este foro mexicano por ser una peculiar investigación coreográfica que parte justamente de la mirada de los otros sobre la directora e intérprete.

Tras un intenso ejercicio de introspección, la creadora generó un universo contradictorio, fantasioso, hablado, confuso, accidentado, fragmentado que evidenció el papel fundamental del público en el acto creativo al formular su propia interpretación.

Después, la bailarina Samantha Paoli ejecutó la coreografía Aún estoy, de Carlos Rojas. Un trabajo escénico que invita a reflexionar sobre la razón de ser y estar.

En escena aparece una mujer que, inmersa en la soledad de su habitación, tiene un renacer interno que la hace emprender la búsqueda de su propio ser, de las pasiones y sueños que le dan sentido a su existencia.

Con pocos elementos escenográficos, la intérprete logra transportar al espectador en su propio viaje. Una pequeña tina de aluminio y una pala de madera son las herramientas que le permiten navegar por su propia vida, en tanto que diversas prendas de vestir son reflejo de las distintas etapas por vivir.

Finalmente, el bailarín Alejandro Ruiz hizo gala de su calidad interpretativa con la pieza Tiempo Tempo, una interesante exploración escénica en torno a los silencios de la música.

En el escenario apareció un saxofonista que acompañó a Ruiz con cada una de las notas que surgían de su instrumento. Ambos establecieron una sinergia escénica.

Para la interpretación de esta coreografía, Alejandro Ruiz se inspiró en una escena descrita por Jorge Luis Borges y que fue llevada magistralmente por este bailarín al lenguaje corporal: “El tempo es la sustancia de la que estoy hecho. El tiempo es el río que me arrebata, pero yo soy el río; es un tigre que me destroza, pero yo soy el tigre; es un fuego que me consume, pero yo soy el fuego; el mundo desgraciadamente, es real; yo desgraciadamente, soy.”

El próximo fin de semana se presentará el tercer programa de Soliloquios y Diálogos Bailados, integrado por Fernanda Eugenio (Brasil) con la pieza Yo, multitud de otros y Tamia Guayasamin (Ecuador) con el solo Danza densa. Estarán los días 26, 27 y 28 de febrero en el Centro Cultural “Los Talleres”, ubicado en Francisco Sosa 29, Col. Carmen Coyoacán, México, D.F.

Revista Protocolo

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