En Bellas Artes se presenta la magna exposición que estará abierta al público hasta el 5 de agosto
Por Sinhué Bellescusa Mendieta
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| Alain Blondel, curador de la exposición; Teresa Vicencio, directora del INBA, y Roxana Velásquez, directora del museo del Palacio de Bellas Artes |
El Museo del Palacio de Bellas Artes abre sus puertas para albergar la exposición Tamara de Lempicka, que reúne 84 obras entre óleos, trabajos en papel y fotografías de la artista polaca, considerada icono de las artes plásticas del siglo XX y uno de los personajes más emblemáticos del mundo moderno.
Los temas de la exposición son: Olvido y descubrimiento, Narcicismo a contraluz, Sujetos y efectos, y Pintora de los años locos. De este modo se hará un recorrido por los aspectos relevantes de la propuesta pictórica de Lempicka —icono del art decó— quien destacó por la fuerza de su pintura y el manejo de su técnica tomada de varios estilos como el barroco, clasicismo, impresionismo y cubismo.
Al respecto, Teresa Vicencio, directora del Instituto Nacional de Bellas Artes, afirmó que en las obras exhibidas se podrán encontrar ejemplos notables de sus naturalezas muertas, trabajos de carácter religioso, así como los portentosos retratos y desnudos que le dieron fama y reconocimiento mundial. Ésta será una ocasión excepcional para redescubrirla, agregó.
Alain Blondel, curador de la exposición, manifestó que fue muy difícil reunir las obras, debido a que varias de ellas provienen de colecciones privadas. Asimismo mencionó que posiblemente ésta sea la última gran retrospectiva de Lempicka, a quien conoció a finales de la década de 1960.
Blondel mencionó que durante esa época Lempicka se había alejado de la escena artística y que incluso a sus cuadros los llamaba vejestorios. No obstante, después de cinco años de insistencia, la convenció de hacer una exposición, marcando su retorno a los mercados de arte en 1972.
Las obras de la artista —quien pasó sus últimos días en México— se caracterizan por la monumentalidad de las figuras, que aparecen distantes y frías, pero cargadas de erotismo, con lo que revela la influencia de Carvaggio, Dominique Ingres y maestros del renacimiento italiano.
Además revaloró el desnudo y lo utilizó como un medio para evidenciar la relación de la mujer del siglo XX con su sexualidad. Dotándolo de una nueva iconografía con figuras muy carnales y sensuales, alejadas de las representaciones clásicas.
La magna exposición que estará abierta al público hasta el 5 de agosto, es la revisión más completa que se haya montado en América Latina en torno a esta artista. También se realizarán diversas actividades relacionadas con la exposición, entre ellas, un ciclo de cine en el que se revisará la influencia del art decó en filmes de los años veinte y la presentación del catálogo el próximo 23 de junio, que contará con la participación del curador de la exposición y la escritora Margo Glantz.
Revista Protocolo
