Cultura

Rusia festeja el “viejo año nuevo”

La Comunidad Ortodoxa rusa en México organizó una amplia presentación cultural

Foto: AP.

Rusia, este mítico país de los zares, nobles, héroes y poetas, generadora de enigmas y del interés constante, con su cultura milenaria, siempre original, fresca como sus nieves y rica como sótanos del antiguo Kremlin, tan lejana, celebró el pasado 14 de enero una auténtica fiesta nacional: “El Viejo Año Nuevo”, que toma su origen desde la época del emperador Julio César y puesta en práctica cotidiana después de la revolución de 1917.

Ese día la Comunidad Ortodoxa rusa reunida en el auditorio adjunto al Sacrosanto Monasterio de la Santísima Trinidad organizó con el apoyo de la Embajada de Rusia en México una amplia presentación cultural en la cual ofreció al público una exposición de iconos y gobelinos, propiedad del Asceterio, así como la posibilidad de conocer personalmente a profesionistas y artistas rusos, entre ellos talentosos profesores universitarios y médicos, músicos, fotógrafos y escritores que actualmente viven y trabajan en México.

La lista de distinguidos invitados que asistieron el festejo fue encabezada por el embajador de la Federación Rusa, Valery Morozov, y el embajador de la República de Chipre, Vasilis Philippou, junto a nobles familias eslavas de rancio abolengo.

Durante la ceremonia de inauguración Sergey Kiliyakov, presidente de la Asociación de Compatriotas Rusos en México (Sorumex), regaló al rector de la Iglesia Ortodoxa Rusa, Abad Nektary, y a la Comunidad un juego de cáliz y patena litúrgicos fabricados en los talleres del Patriarcado de Moscú; fue como el gesto de la comunión de la colonia rusa residente en México, bajo la guía incondicional de su propia iglesia.

Por su parte el Abad Nektary repartió entre los invitados el tradicional pastel de San Basilio que traía una agradable sorpresa —una moneda dorada, símbolo de bendición para la comunidad.

Al pasar frente de los tripiés, que en ruso se llaman “trenózhnik”, los invitados podían sentir miradas profundas de los santos cristianos observando con sabiduría de los lienzos y al acercarse, fue posible ver que estos ojos, tan vivos, son resultado del trabajo minucioso de los sastres-artesanos rusos. Al mismo tiempo los jóvenes cantantes de la escuela de la embajada ofrecieron una espectacular presentación de canciones tradicionales rusas.

El próximo festejo de esta magnitud tendrá lugar a finales de febrero como celebración de una fiesta tradicional rusa, “Maslenitsa”, donde también se ofrecerá un tradicional programa cultural para todo público.

Revista Protocolo

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