Teatro

Ícaro, historia de una fuga interna

Después de 700 representaciones alrededor del mundo, el director y actor Daniele Finzi Pasca regresa a México con Ícaro

Texto y fotos: Jacqueline Jiménez Martínez

El director y actor Daniele Finzi Pasca

Con más de 700 representaciones desde 1993, Ícaro, del suizo Daniele Finzi Pasca, llegó al Teatro de la Ciudad Esperanza Iris en la ciudad de México el pasado 8 de agosto.

Con una breve temporada compuesta de dos fines de semana, Finzi presenta una obra inspirada en la antigua leyenda de la mitología griega —donde el joven Ícaro escapa junto a su padre de su encierro por medio de unas plumas fijadas con cera—, y la transforma en una historia que bien puede ser actual o de cualquier otra época.

La producción de la Compagnia Finzi Pasca comienza con el prólogo del propio director, quien da muestra desde la primera intervención de su elocuencia, naturalidad y original capacidad de improvisación; minutos más tarde él mismo se convierte en el actor principal. A esto se suma una inmediata interacción con el público, que se ve con poca frecuencia, para posteriormente elegir de entre ellos al indicado, que será el único que viva la obra en su plena forma, haciendo a los demás simples espectadores.

Es así que el público hará de voyeur el resto del tiempo, pero al mismo tiempo se conecta con estos dos personajes, encabezados por un hombre parlanchín que conduce de manera equilibrada la acción dramática, pasando por momentos de hilarantes risas, desconsuelo, simpatía y lágrimas.

Y precisamente este cúmulo de emociones es algo ya inherente al trabajo de Finzi, quien lo demostró con Donka, una carta a Chejóv en el Festival Internacional Cervantino (FIC) en 2010, dando muestra de su técnica denominada “Teatro de la Caricia”, que desemboca en “un masaje húmedo para el alma”, pues sutilmente toca las fibras más sensibles, tratando temas como el sentido de la humanidad, la fragilidad de la existencia, la soledad, la libertad, etcétera, y con Ícaro hace hincapié en la fuerza de la esperanza, la perseverancia, la imaginación, el entusiasmo, en creer en los sueños, y en que “todos tienen una posibilidad”.

“Hago teatro por el placer de naufragar, de perderme un poco, una de las cosas más saludables de la vida. Una fuga interior nos revela lo que somos. La fuga es una estrategia que permite desenterrar la realidad para descubrir los secretos que esconden las apariencias, para inventar nuevas utopías”, dice Finzi, quien en su personaje coquetea con la idea de escapar de ese encierro impuesto por otros o por nosotros mismos.

En la puesta en escena se conjuntan tan sólo unos cuantos elementos escenográficos, que no por ser pocos, carecen de importancia, entrando en juego con los personajes en algún momento dentro del cuarto imaginario.

Por otra parte, la música, a cargo de Maria Bonzanigo, completa el cuadro y no deja de ser un componente digno de destacarse, pues sutil, como la obra misma, se manifiesta en pocos pero precisos momentos, fortaleciendo su carga emotiva.

“Es un espectáculo simple”, comenta el propio Finzi, para “conocer y descubrir el mundo… Dar vida a los antihéroes, que somos casi todos”.

Sobresale la capacidad expresiva y creativa de Daniele Finzi como director, escritor, actor, clown e improvisador, así como su fineza, gracia y técnica precisa y única; va de la mano de un texto de calidad, el cual va desarrollando en un español fluido, un tanto distorsionado pero entendible, que se va enriqueciendo con su interlocutor, sin dejar atrás frases clave que se quedarán grabadas en la memoria de muchos.

Ícaro fue escrito en prisión, donde por un corto periodo, Daniele Finzi purgó una pena por objetarse a realizar el servicio militar obligatorio en Suiza, y forma parte de una trilogía dedicada a la fuga, la cual la complementan Dialoghi col Sonno y Arianna. Ha sido representada en seis idiomas en 20 países.

Ícaro se presenta del 8 al 18 de agosto, todos los jueves y viernes a las 20:30 horas; sábados, a las 13:00 y 19:00 horas, y domingos, a las 13:00 y 18:00 horas en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris ubicado en Donceles 36, en el Centro Histórico de la Ciudad de México.

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