Cultura

Testimonios zapatistas a serie radiofónica

Fragmentos de 160 entrevistas realizadas en los años setenta a sobrevivientes del Ejército Libertador del Sur son presentados en el programa Voces de la Revolución

Una es la historia del zapatismo y otra es la historia de los zapatistas… a propósito de la reciente conmemoración del Centenario de la Revolución Mexicana, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta) lanzó al aire la serie radiofónica Voces de la Revolución, basada en fragmentos de 160 entrevistas hechas a inicios de los años setenta del siglo XX, a sobrevivientes del Ejército Libertador del Sur y, en general, a morelenses que vivieron la lucha agraria.

Se trata de grabaciones inéditas que pertenecen al Fondo de Testimonios Zapatistas, resguardados en la Biblioteca “Manuel Orozco y Berra” de la Dirección de Estudios Históricos (DEH), que ahora cuentan con soporte digital del sonido —originalmente se grabaron en carrete abierto—, así como de una transcripción que comprende alrededor de mil 500 cuartillas en versión electrónica, cuya labor fue realizada por investigadores de esta dependencia del INAH.

Estos programas, producidos por la Dirección de Medios de Comunicación por conducto de la Subdirección de Radio del INAH, son transmitidos a través de la página electrónica: www.inah.gob.mx, y también se contempla su emisión en algunas estaciones radiofónicas.

De las múltiples declaraciones que conforman horas y horas de audio, se llevó a cabo una selección de fragmentos que, a manera de insertos, podrán ser escuchados en la serie Voces de la Revolución, cuyo temario está compuesto por diez guiones: La leva, Mujeres, Emiliano Zapata. General en jefe, Abastecimiento, El Porfiriato, Emiliano Zapata en el recuerdo, Generales y coroneles, Ideales zapatistas, Organización militar y Zapata. Muerte del mito.

La doctora Ruth Arboleyda, investigadora de la DEH, dijo que uno de los objetivos fundamentales de este proyecto “fue rescatar la voz no sólo de los personajes relevantes, sino de la tropa e incluso pacíficos, que habían vivido y participado en esta gesta. Básicamente lo que se está haciendo es sacar un tesoro que había permanecido guardado, conocido y aprovechado por muy pocos”.

Estas entrevistas a los sobrevivientes zapatistas se realizaron hace casi cuatro décadas, por parte de un equipo de investigadores dirigidos por la maestra Alicia Olivera, algunos de sus integrantes fueron los historiadores Laura Espejel, de la DEH, y Salvador Rueda Smithers, director del Museo Nacional de Historia, “Castillo de Chapultepec”.

A casi cuatro décadas de distancia, ese material inédito se ha convertido en un testimonio fiel de “la forma en que sus participantes (del zapatismo) se habían visto a sí mismos”. Lo que se pudo apreciar en ese momento, los años setenta, fue la gran diversidad de esta rebelión campesina, agrupada sólo por la figura del caudillo y la semejanza de los agravios y necesidades.

El movimiento agrario estuvo organizado en un área central y áreas periféricas, “los propios entrevistados hacían mucho énfasis en ser de Tierra Fría o de Tierra Caliente”, abundó Arboleyda.

En los años setenta, cuando se efectuaron las entrevistas, Salvador Rueda comenzó a vislumbrar las diferencias entre causas y razones para la participación rebelde, así como conceptos tradicionales propios de las culturas regionales en relación con la injusticia, el agravio, el maltrato… “Las causas de la rebelión se ubican en el maltrato y la leva, sobre todo, a partir de 1913”.

Por su parte, Laura Espejel llegó a escribir que los zapatistas “vivieron los sufrimientos de la guerra. La población de Morelos fue perseguida, asediada, buscó los caminos más seguros: la migración y el refugio en los montes, en cuevas, en barrancas”.

Sobre la dimensión de la violencia, el hambre y la enfermedad, el historiador Rueda anotó que “el número de muertes de niños, mujeres y ancianos, tal vez igualó o superó a los combatientes”.

Las entrevistas ponen a su vez de manifiesto, la manera en que el movimiento agrario fue difamado conforme avanzaba su fuerza. En los momentos más álgidos de su lucha se llegó a manejar que los zapatistas eran “bandidos” y “caníbales”, según una narración del coronel Narciso Cuéllar, al entrar las filas zapatistas a la ciudad de México, una mujer se acercó a él y preguntó: ¿es cierto que ustedes se comen a la gente?

La recuperación y puesta en valor de los testimonios orales de los sobrevivientes zapatistas —concluyó Ruth Arboleyda—, son sólo un botón de muestra de cómo “el gran movimiento social llamado Revolución Mexicana, en la medida que permitió reacomodos populares de gran envergadura, anteriores al México moderno y al neoliberalismo, todavía puede aportar reflexiones y enseñanzas importantes para el México de hoy”.

Revista Protocolo

Países que nos están viendo

ALIANZAS