Educar con valores y ética, es y seguirá siendo clave en la universidad La Salle, no solo entre sus carreras profesionales, sino también en sus acciones de responsabilidad social universitaria hacia la sociedad
Revista Protocolo
Ciudad de México, 9 de julio de 2022.— Cada sábado, antes a las 7 de la mañana, Yuriko Tachihara tiene en mente que debe salir de casa y dirigirse a la universidad La Salle. Ahora, a diferencia de cuando estudiaba hace más de 6 años, ahora labora como responsable de servicio a la comunidad y coordinadora de desarrollo social comunitario.
Ella llega al campus 2, en la calle de General Benjamín Hill, ve los edificios, sube y bajas escaleras; y mientras camina por el patio, visualiza la idea que la ha hecho estar aquí desde hace años, el enseñar, ver a otros aprender y sentirse feliz por cada día que algo distinto sucede y la reta a mejorar, tanto en sí misma como para ser ejemplo de todos los que acceden a un curso aquí – La Salle –. Sin importar cómo sea el clima, lluvioso, muy soleado, nublado, o frío. Todo sucede sin inconvenientes.
Sus labores al frente de la Responsabilidad Social Universitaria (RSU) son bastas, desde dirigir a un grupo de personas, para que más de 50 distintos cursos se lleven a cabo, hasta liderar, entender, crear y diseñar una concepción ideal de los cursos que se imparten a la gente, su logística y las necesidades especiales que pueden requerir cada uno de ellos.
La dinámica anterior implica a los proyectos Enlaces u Horizontes; Enlaces cuenta con cursos de cualquier índole, idiomas, manualidades, matemáticas, historia, ciencias sociales, comunicación, publicidad, entre otros. Mientras que Horizontes agrupa clases para adolescentes que van a hacer los exámenes de colocación para secundaria y bachillerato. Los más de 50 grupos de aprendizaje son gratuitos y disponibles para cualquier persona, sin importar su edad.
“Quienes participan en las clases son estudiantes de licenciatura que hacen su servicio social o simplemente les gusta ser voluntarios. Ellos pueden optar por enseñar algo relacionado a su carrera profesional, o por dar lecciones de algún deporte que dominen, tal como alguna arte marcial, incluso, enseñan manualidades, cocina o dibujo”, mencionó Tachihara.
De forma similar, Joshua, cada fin de semana se convierte en uno de los más de 200 asesores que viene a La Salle a compartir su conocimiento y experiencias. Con una actitud sumamente afable, prepara su sesión, establece qué materiales va a usar y cómo cree que será mejor enseñar. Entre niños, adultos y jóvenes, él imparte la clase de artes y manualidades, establece ciertas experiencias y temáticas para sus sesiones, pues sabe bien que no es igual explicarle a un joven, a un adulto o a un niño.
“Me es increíble el estar aquí, hacer que las personas, en especial los niños, aprendan cosas y cambiarles la vida. El compartir el conocimiento es sumamente importante, es algo que todos deberíamos hacer”, menciona el también alumno de la carrera de arquitectura y ahora asesor voluntario del proyecto Enlaces, Joshua Zarate.
Entre bullicios, risas y miradas, los jóvenes, adultos mayores y niños aprenden en las canchas deportivas, patios y en las aulas, durante sesiones de 2 horas, que inician a las 8 am y finalizan a las 14 horas.
“El ambiente y lo que sucede en estos cursos ha cambiado por la pandemia de COVID-19, lo bueno, es que ya estamos de regreso en un modo híbrido, puede haber gente conectada a sus clases y otras más aquí, en la universidad. Hay más de 370 personas inscritas a estos programas, de ellas más de 100 vienen cada sábado, entre jóvenes, adultos y niños; pero esperamos que eso cambie para que haya más gente de forma presencial”, explicó la responsable de Servicio a la Comunidad y Coordinadora de Desarrollo Social Comunitario.
Es así como el espíritu, la virtud y el pensar de San Juan Bautista de La Salle, quien se comprometió con educar a los más desprotegidos o necesitados, sigue en las aulas, persiste y se expone forjando a cada una de las personas que toman estos cursos. Pues tal cual como en 1680, hoy, en el 2022, se sigue apoyando y dando conocimiento valioso todos aquellos que lo requieran.
Educar con valores y ética, es y seguirá siendo clave en la universidad La Salle, no solo entre sus carreras profesionales, sino también en sus acciones de responsabilidad social universitaria hacia la sociedad.
(Fotografías: Universidad La Salle)