Universidades

Jóvenes se entusiasman con la ciencia gracias al Verano de la Investigación Científica

855 obtuvieron una beca de la AMC y 529 lo hicieron con fondos propios o de alguna otra institución

El presidente de la Academia Mexicana de Ciencias, Jaime Urrutia Fucugauchi, y el director del programa Verano de la Investigación Científica, Víctor Pérez-Abreu convivieron con el grupo de estudiantes que participaron este año en la XXVI edición del programa. Foto: AMC/Elizabeth Ruiz Jaimes
El presidente de la Academia Mexicana de Ciencias, Jaime Urrutia Fucugauchi, y el director del programa Verano de la Investigación Científica, Víctor Pérez-Abreu convivieron con el grupo de estudiantes que participaron este año en la XXVI edición del programa. Foto: AMC/Elizabeth Ruiz Jaimes

Luego de una estancia de siete semanas con investigadores pertenecientes a diferentes instituciones académicas y de investigación del país, un grupo de más de 300 estudiantes, de los mil 384 que participan este año en el Verano de la Investigación Científica (VIC), se reunieron en la sede de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) para compartir sus experiencias sobre esta actividad, la cual les permitió introducirse al fascinante mundo de la ciencia.

“Este es un programa de gran tradición que ha tenido mucho éxito gracias al esfuerzo colectivo de evaluadores, anfitriones, alumnos y personal de la Academia”, dijo a los estudiantes de nivel universitario el doctor Jaime Urrutia Fucugauchi, presidente de la AMC.

Ante un auditorio “Galileo Galilei” repleto de alumnos, el geofísico expresó su confianza en que la “experiencia haya resultado provechosa y agradable; que les permita, si es que les gustó y se convencen, dedicarse a la investigación. El VIC tiene esa intención y no importa si uno se dedica a la ciencia o no, pero sí es importante que un joven sepa lo que es el quehacer científico”.

Urrutia recordó a los jóvenes asistentes que las academias son importantes porque son los órganos más antiguos que se tienen para organizar la ciencia, que contribuyen a configurarla, a trabajar en colaboración y de manera coordinada entre científicos.

Por su parte, el director del programa, Víctor Pérez Abreu, señaló que al realizar una estancia de investigación los jóvenes no solo conocen otras instituciones o equipos de trabajo, sino también adquieren elementos para elegir su vocación, por ejemplo acerca del posgrado y dónde realizarlo, o para elegir un tema de tesis de licenciatura.

Como parte de los datos que acompañan al XXVI Verano de la Investigación Científica resaltó que los cuatro estados con más estudiantes este año fueron Sinaloa, con 219; Tamaulipas, 177; Jalisco, 118, y Veracruz, 105.

En cuanto al impacto del VIC en la vida de los jóvenes, Pérez Abreu mencionó que este programa, en el que han participado 23 mil 55 estudiantes de 1991 a 2016, se ha convertido en una experiencia exitosa para detectar talentos, además de ser elemento clave para solicitar una beca de posgrado en los ámbitos nacional o internacional.

El investigador en el área de probabilidad y estadística del Centro de Investigación en Matemáticas mencionó que este año mil 384 jóvenes fueron beneficiados con el programa, los cuales se inclinaron por cuatro áreas diferentes: 433 estuvieron en ciencias sociales y humanidades, 424 en ingeniería y tecnología, 388 en biológicas, biomédicas y químicas, y 139 en físico matemáticas, en esta última la participación llegó al 10 por ciento, “lo cual es un logro si lo comparamos con el 6 por ciento de ediciones pasadas”.

Este año un 39.52 por ciento de los estudiantes que participaron se concentraron en universidades públicas estatales, 19.44 por ciento en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), 8 por ciento en centros públicos Conacyt, y el porcentaje restante se repartió en institutos, universidades, la Suprema Corte de Justicia, colegios, institutos tecnológicos, instituciones de investigación públicas federales y otras instituciones de investigación.

Al referirse a los estudiantes, José Luis Morán López, vicepresidente de la AMC, dijo que la capacidad, el talento y la inteligencia están en todo el mundo, la diferencia radica en la educación y en la oportunidad de educarse mejor. “De ahí que este programa busque educar y dar mejores oportunidades a los jóvenes de diferentes regiones del país.”

El físico invitó a los jóvenes a reflexionar acerca de lo que significó para ellos el VIC, porque sea o no que se vayan a dedicar a la investigación, “uno de los objetivos del programa es que tengan espíritu crítico y sean ordenados, porque ello les permite opinar de manera fundamentada acerca de los problemas de la sociedad”. Además, destacó la presencia de los veranos estatales y regionales en el desarrollo científico de los estados, como en el caso de San Luis Potosí, y llamó a seguir multiplicando estos esfuerzos para lograr que todas las entidades del país se desarrollen en los ámbitos de la ciencia, la tecnología y la educación.

Durante el evento Jaime Urrutia y José Luis Morán propiciaron el diálogo directo con los estudiantes, escucharon los agradecimientos que estos expresaron y tomaron nota de las sugerencias que hicieron para ir perfeccionando el programa, con el compromiso de abrir todas las vías de comunicación para que esta experiencia de convivencia con los investigadores sea cada vez más exitosa.

El Verano de la Investigación Científica de la AMC cuenta con el apoyo y aportaciones de la Secretaría de Educación Pública, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, la Universidad Nacional Autónoma de México, el Centro de Investigaciones y Estudios Avanzados, El Colegio de México, la Universidad Autónoma Metropolitana y el Instituto Científico Pfizer.

Uno de los testimonios

Perla Rubí Tirado Amador, estudiante de noveno semestre de la licenciatura en derecho por la Universidad Autónoma de Sinaloa, realizó por segunda ocasión una estancia del VIC en el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, donde investigó sobre la patentabilidad de células troncales embrionarias tomando como caso de estudio una sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea. “Esta experiencia no solo me ayudó a definir mi tema de tesis, sino que fui invitada a que mi aportación sea incluida en un capítulo del libro Bioética y derechos humanos que será publicado por el Instituto próximamente”, compartió.

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