En la sala José Revueltas del Centro Cultural Universitario, se dieron cita estudiantes, representantes de la UNAM y de la Unión Latina, para inaugurar el V Festival Unión Latina de Cine.
Nadia Victoria Bolaños
Con una duración de ocho días y una programación con diferentes películas de cine, el Festival estuvo abierto al público en general en ciudad universitaria, esto con el propósito de promover y difundir la herencia cultural del cine.
La Unión Latina trabaja para que se tome conciencia de la importancia de las culturas y las lenguas latinas. La organización obra en tres campos, uno es la cultura y comunicación, el segundo es la promoción y enseñanzas de lenguas y el tercero es la tecnología e industrias de la lengua.
Isabel Riva, representante de la Unión Latina, fue quien acudió a la inauguración del Festival e invitó al público en general a conocer y disfrutar las películas.
Apuntó que “se realizó la programación de seis películas con la finalidad de festejar el Día de la Latinidad, celebrado el 15 de mayo por los 40 países que integran la Unión Latina”.
Las películas que estuvieron disponibles para el público fueron:
– Las vueltas de citrillo de Felipe Cazals (México 2005)
– Occidente de Cristian Mungiu (Rumania 2002)
– Carandirú de Héctor Banbeco (Brasil- Argentina 2003)
– Gente de Roma de Ettore Scola (Italia 2003)
– Las bordadoras/brodeuses de Eleonere Faucher (Francia 2004)
Este Festival inició con la película Princesas, ganadora de diversos premios como el Goya en España, el Cinemanía, premios Ondas en Barcelona, entre otros.
Dirigida por Fernando León de Aranoa, en España 2005, la historia narra la vida de dos mujeres, una de ellas se llama Caye, que tiene casi 30 años, el flequillo de peluquería y un atractivo discutible de barrio. Zulema es una princesa desterrada, dulce y oscura, que vive día a día el exilio forzoso de la desesperación. Cuando se conocen están en lugares diferentes, casi enfrentados: son muchas las chicas que ven con recelo la llegada de inmigrantes a la prostitución. Caye y Zulema no tardan en comprender que, aunque a cierta distancia, las dos caminan por la misma cuerda floja.
Revista Protocolo
