El cinco veces campeón con los Lakers de Los Ángeles y doble campeón olímpico con la Selección de Estados Unidos, considerado como el segundo mejor basquetbolista de todos los tiempos, después de Michael Jordan, falleció ayer a los 41 años de edad en un accidente de helicóptero
Luis Felipe Hernández Beltrán
Ciudad de México, 27 de enero de 2020.— El pasado sábado 25 de enero, el récord que por años tuvo Kobe Bryant como el segundo jugador con más puntos anotados (33 mil 463) en la historia de la NBA, era superado por Lebron James (33 mil 463 puntos). Curiosamente ambos jugadores lograron sus respectivas hazañas vistiendo la playera de los Lakers de Los Ángeles.
“Continuar moviendo el juego hacia adelante, @KingJames (cuenta de Lebron James). Mucho respeto, mi hermano #33644”, escribió Kobe en su perfil @kobebryant de la red social Twitter.
Quién podría creer que públicamente esas fueron las últimas palabras que el también llamado “Black Mamba” compartiría para sus millones de fanáticos en todo el mundo.
Y es que ver a jugar a Kobe Bryant, ya sea en vivo o a través de la televisión, en los 20 años que estuvo activo (de 1996 a 2016) era esperar el ver una jugada, de esas llamadas de fantasía, que solo contadas de las grandes figuras del basquetbol mundial suelen o solían hacer.
Ayer, la noticia de su muerte fue tan sorprendente, como verlo botar el balón con los Lakers de Los Ángeles, equipo con el que ganó cinco anillos de campeón en las temporadas 1999-2000 (vs los Pacers de Indiana), 2000-2001 (vs los 76’ers de Philadelphia), 2001-2002 (vs los Nets de New Jersey), 2008-2009 (vs Orlando Magic) y 2009-2010 (vs Los Celtics de Boston); o con el Dream Team, como se le llamó a la Selección Nacional de Básquetbol de Estados Unidos, con la obtención de la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Beijín 2008 y Londres 2012.
Así el sagrado número 8, a veces con la playera amarilla y otras con el jersey en color púrpura, pasó a convertirse en leyenda cuando se informó que el helicóptero en el que viajaba sobrevolando la ciudad de Calabazas, California, cayó sin dejar sobrevivientes.
Al palmarés de Bryant le suman 18 veces el ser elegido para el juego de estrellas, así como ser el máximo anotador de la NBA en las temporadas 2005-2006 y 2006-2007, tener un récord de sumar cuatro partidos consecutivos anotando más de 50 puntos en la campaña 2007-2008, tener el título de Jugador Más Valioso (MVP, pos sus siglas en inglés) en la temporada 2007-2008.
Kobe, fue objeto de incontables e interminables discusiones, ya que varios expertos en el deporte ráfaga aseguraron que pudo haber desplazado a Michael Jordan como el mejor basquetbolista de todos los tiempos.
A pesar de ello, en comunicado, Jordan lamentó el fallecimiento de Kobe: “Estoy en shock por la trágica noticia de la muerte de Kobe y Gianna. No hay palabras para describir el dolor que siento.
“Yo amaba a Kobe, era como un hermano pequeño para mí. Hablábamos seguido y extrañaré mucho esas conversaciones. Era un competidor feroz, uno de los más grandes jugadores y una fuerza creativa. Kobe también fue un papá increíble que amaba a su familia profundamente y estaba muy orgulloso del amor de su hija por el baloncesto. Yvette se une mandando mis más profundas condolencias a Vanessa, la organización de los Lakers y los fans del básquetbol alrededor del mundo.”
Kobe Bryant nació el 23 de agosto de 1978 en Filadelfia, Pensilvania. En 1991 destaca como jugador del equipo de basquetbol del Instituto Lower Merion de Pensilvania y sin haber ingresado a la universidad, en 1996 se inscribe en el Draft de la NBA1 para ser elegido por los Lakers de Los Ángeles, equipo con el cual permaneció hasta su retiro en 2016.
En 2001, contrae matrimonio por la iglesia católica con Vanessa Laine, una joven a quien conoció en 1999 e hija de padres mexicanos, con quien procreó a Natalia Diamante, Bianka Bella, Capri Kobe y Gianna María-Onore, quien falleció junto con el ídolo en el viaje de helicóptero.
En 2012, previo a los Juegos Olímpicos de Londres, Kobe concedió en exclusiva su primera entrevista en español al periodista mexicano Enrique Garay para Televisión Azteca, donde reconoció estar practicando el idioma español, ya que se le dificultaba un poco hablarlo.
Finalmente, como parte de su filosofía de vida, el astro dejó esa motiva carta, agradeciéndole al básquetbol por todo lo que le dio:
«Querido baloncesto:
Desde el momento en el que empecé a ponerme los calcetines de jugar de mi padre, disparando mi imaginación con tiros ganadores en el Great Western Forum, supe que una cosa era verdad:
Quedé enamorado de ti.
Un amor muy profundo al que le entregué todo, desde mi mente y mi cuerpo hasta el alma y el espíritu.
Siendo un niño de seis años, profundamente enamorado de ti, nunca vi el final del túnel, solo me veía a mí mismo corriendo para salir de uno.
Y corrí, corrí hacia arriba y abajo de cada cancha, después de cada balón perdido, por ti. Exigiste mi empuje, te di mi corazón, porque eso vino con mucho más.
Atravesé el sudor y el dolor, no porque el desafío me llamase, sino porque TÚ me llamaste. Hice todo por TI, porque eso es lo que tú haces cuando alguien te hace sentir tan vivo como tú me has hecho sentir.
Concediste a un pequeño niño de seis años su sueño Laker, y siempre te amaré por ello. Pero no puedo amarte de manera tan obsesiva por mucho más tiempo. Esta temporada es lo último que tengo que dar. Mi corazón puede atajar los golpes, mi mente puede lidiar con la dura rutina, pero mi cuerpo sabe que es tiempo de decir adiós.
Y eso está bien. Estoy listo para dejarte ir. Quiero que lo sepas para que ambos podamos saborear cada momento que dejamos juntos. Los buenos y los malos. Nos hemos dado todo lo que tenemos mutuamente.
Y los dos sabemos que no importa lo que haga después, siempre seré ese niño con los calcetines y cubos de basura en la esquina: “05 segundos en el reloj, balón en mis manos 5… 4… 3… 2… 1”
Siempre te amaré,
Kobe.»
