De 2013 a la fecha, han ganado diversos torneos del deporte ráfaga, y han logrado reconocimientos de equipos profesionales de la NBA
Texto: Luis Felipe Hernández Beltrán
Estados Unidos puede presumir de ser el país que tiene la mejor liga de basquetbol de todo el mundo, así como contar con los mejores jugadores de la historia, pero hay algo que esa nación no puede presumir en cuanto al deporte ráfaga se refiere: tener a los mejores niños basquetbolistas del mundo.
El año 2016 se consagró a los niños triquis, pequeños indígenas de entre nueve y 12 años de edad que viven en las montañas de la sierra de Oaxaca.
En 2013, los ojos del mundo voltearon hacia ellos, pues no solo sorprendieron al coronarse en el Campeonato Internacional de Argentina, sino que lo hicieron de una manera poco común: descalzos, pues la tradición en su comunidad, que se basa bajo las leyes de los usos y costumbres, dicta que no es necesario usar zapatos o cualquier otro tipo de calzado, ya que también las altas temperaturas y el tipo de piso en el que están establecidos así lo permiten.
El gobierno alemán, en 2014, decidió otorgarles una beca, para que, aparte de estudiar, practiquen su deporte favorito.
Y con el paso de tiempo, empresas importantes han otorgado patrocinios ya sea de ropa para juego, o artículos para sus prácticas deportivas; otros más, incluido el gobierno de México, los han apoyado con becas escolares o proporcionado alimentos y servicios médicos.
Después de una racha ganadora, refrendaron sus triunfos obteniendo el primer lugar en la Copa Barcelona de Basquetbol, celebrada en junio y julio pasados en Barcelona, España.
Ningún reglamento marca que los competidores estén obligados a usar tenis, por lo que el jugar con sus pies desnudos, no ha sido impedimento.
Las noticias de los triunfos de estos chicos, llegaron hasta los directivos y jugadores profesionales de la NBA, como los Spurs de San Antonio, quienes en 2013 los invitaron a jugar una cascarita con ellos, y para estar al nivel, también se descalzaron, y reconocieron las dificultades de jugar en una duela profesional sin nada en los pies, por lo cual, aplaudieron la labor de los niños mexicanos.
Así como el haber sido los invitados de honor en un partido de los Rockets de Houston en 2014, donde se les hizo un homenaje y el público presente les brindó una fuerte ovación.
Los niños triquis esperan seguir sorprendiendo en 2017, pues una gira de torneos y entrenamientos de basquetbol les espera en otras partes del mundo.
Revista Protocolo
