Embajadas

Australia, un país que se desarrolla constantemente: Betty Fernández

Australia ya es parte del corazón de Betty Fernández

Hoy, 26 de enero, Día Nacional de Australia, la joven mexicana emprendedora y presidenta de la Fundación Amantes de México comparte en exclusiva para Protocolo Foreign Affairs & Lifestyle, su experiencia de haber vivido más de un año en ese país de Oceanía

Luis Felipe Hernández Beltrán

Ciudad de México, 26 de enero de 2021.— En 2019, a sus entonces 24 años, la joven mexicana estudiante de la licenciatura en Derecho, Beatriz Alejandra Fernández López “Betty”, podía presumir de haber viajado a diversas partes del mundo. Estados Unidos ý naciones de Europa y Centroamérica figuraban hasta ese momento en su listado de países ya conocidos, pero todavía faltaba por sumar muchos más. Así que, después de una elección entre Canadá, España y Australia, fue este último al que decidió explorar no solo en plan turista, sino buscar la forma de continuar sus estudios allí.

El salto de canguro de México a Australia

“Australia siempre había sido un país que había tenido el deseo de conocer gracias a las imágenes que vemos. Siempre había sido un país que me había llamado la atención por el tema de la distancia y la lejanía, pues (hasta entonces) no había sido un país en el que hubiese visitado. Entonces todos esos factores, cuando tomé la decisión, me llevaron a elegir a Australia y de ahí a hacer toda la investigación para ver en qué ciudad iba a realizar mis estudios”, comparte Betty en entrevista telefónica exclusiva para Protocolo Foreign Affairs & Lifestyle.

Y así, la ciudad de Brisbane en el estado de Queensland, fue la elegida para estudiar en el Business College una certificación de Negocios y un diplomado en Liderazgo y Administración, por lo que a finales del año 2019, emprendió la aventura hacia aquella tierra.

“El encontrarme con una diferente cultura, en vista de que es un país nuevo pues beneficia mucho porque están desarrollando, están creando constantemente. Me tocó ver la participación de la ciudadanía, la conciencia colectiva que hay, el respeto a las autoridades, una diversidad de cultura impresionante. Era muy bonito ir caminando en el centro de la ciudad (de Brisbane) y fue impresionante escuchar a alguien hablando español, otros hablando en coreano, y algunos (hablando) inglés y esa normalidad de escuchar tanta diversidad de idiomas era algo muy bonito, pero definitivamente también, la accesibilidad en el transporte público, la combinación que hay entre la ciudad y la naturaleza y que da como resultado paisajes impresionantes, igual te contagia”, dijo la también fundadora y presidenta de la asociación civil Fundación Amantes de México.

Tan tierna como los koalas

Otro de los motivos que animó a Betty a estudiar en Australia, fue el gusto que tiene por los koalas, aquellos animales marsupiales que junto con los canguros, son emblemáticos de ese país: “Desde el segundo día que llegué fui y adquirí mi membresía en el Santuario de los Koalas Lone Pine y tuve la oportunidad de cargar a los koalas, también darles de comer a los canguros y estar tomándome fotos con ellos. Fue muy bonito ver a la gente conviviendo con los animales.

“También en algunos recorridos que hice por el estado de Queensland, muy frecuente te encontrabas canguros a las afueras de la ciudad, y en algunos lugares donde se practica el senderismo llegabas a ver koalas”, comenta.

La sociedad australiana

Si bien el adaptarse al ritmo de vida de un país completamente distinto a donde has radicado toda tu vida y estar lidiando con problemáticas sociales mundiales como la discriminación racial, para Betty eso no fue ningún obstáculo.

“No vi discriminación ni choque de culturas, todos son aceptados, no importa de dónde vengas, que color de piel tengas, todos son tratados de la misma manera. Esa amabilidad, esa aceptación de los turistas fue algo que me gustó mucho, en especial en Brisbane que es una ciudad muy amigable. Ayuda mucho la convivencia con la naturaleza. Hay mucho respeto, me tocó ver el respeto a los demás.”

Además de lo aprendido en sus estudios, se llevó una lección importante en su convivencia diaria con la comunidad australiana y demás extranjeros que radican allí: “En Australia es posible tener la convivencia con personas que no se conocen y el generar un ambiente de tranquilidad. Esa conciencia y pensamiento por los demás fue de algo de mucho aprendizaje.”

“Las personas son muy independientes, no tienen tan arraigado el sentido de la convivencia familiar como en Latinoamérica. Empiezan los jóvenes desde los 14 años a trabajar. Por disposición gubernamental, las empresas deben de cumplir con un cierto de tener entre sus trabajadores a gente de entre 14 a 16 años, por lo que entonces hay muchos jóvenes menores de 18 años que viven solos en otros estados y eso funciona mucho porque ves a los jóvenes con el deseo de estar viajando y estar aprendiendo constantemente. (En Australia) El tema del estudio es muy arraigado al igual que el tema de la independencia.”

Además de recordar que entre las actividades a las que se tuvo que adaptar allá, era desayunar diariamente ‘vegemite’ que es una pasta salada con extracto de levadura que se unta en un pan, que si al principio no fue del todo de su agrado, con el tiempo se acostumbró a ese producto al que calificó como “esencial en la despensa de cualquier australiano”.

De arañas y tiburones

Entre las odiseas compartidas, Betty asegura no haber visto plagas de arañas venenosas y otros peligrosos animales, principalmente insectos, que tanto se ven en algunos canales de video donde se alerta de los peligros que se corren al viajar a Australia, pero recuerda, entre risas, el estar al borde del peligro ante la advertencia del avistamiento de un tiburón: “en una ocasión que fui a la playa (de Brisbane), uno de los salvavidas nos alertó que había un tiburón en la zona, entonces toda la gente tuvimos que estar concentrados en una pequeña área”.

Lidiando con la pandemia

Y aunque las arañas y demás peligrosos insectos pasaron inadvertidos para Betty, sí hubo un serio problema al que, como todo el mundo, tuvo que enfrentarse: el covid-19: “el gobierno (de Australia) puso restricciones y la gente las fue aceptando. Solo tuvimos un mes de cuarentena por lo que tuvimos que estar encerrados, pero después se levantaron restricciones porque había que levantar la economía. El gobierno (australiano) que se ve involucrado, responsable y respondiendo a la ciudadanía.

“Tuve una comunicación muy frecuente con mi familia gracias a la tecnología, pude ver la diferencia de cómo se vivió la pandemia aquí (en México) y cómo la vivía yo (en Australia) pero el estar en un país, prácticamente nuevo, benefició mucho, porque, como te decía, constantemente están creando, están desarrollando y la población apoya mucho.”

Regreso seguro

Lamentablemente, esta crisis sanitaria mundial, impidió a Betty conocer otras ciudades australianas más allá de Brisbane, pero valió de alguna manera sirvió para marcarse una nueva meta más a su vida: regresar a seguir conociendo otras ciudades como Sídney y su emblemática Casa de la Ópera y pasar a saludar a los amigos que hizo allá: “Regresé con el corazón contento. Una filosofía que tengo con mi familia es ‘abre los brazos porque adonde los extiendas te encuentras con un amigo’ y sí, hice allí muchos amigos. Fue un gran aprendizaje para mí.”

Finalmente, mientras aguarda el pronto regreso a tierras australianas, Betty busca motivar a otros jóvenes mexicanos como ella y a los mexicanos en general, a animarse a conocer a Australia: “Australia no es un lugar que la gente considere en su lista de lugares por conocer, generalmente el pretexto es el tema de la distancia, además de que es caro, hay que invertir mucho esfuerzo, tiempo y dinero, pero al final, vale la pena porque definitivamente en todos los sentidos, va a aprender muchísimo más”, finalizó.

(Fotografías: Cortesía de Betty Fernández)

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