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Con chocolate, cervezas y carne celebran el Día del Rey de Bélgica

El embajador Kint destacó en su residencia los valores que promueve el rey Felipe de Bélgica: Estado de derecho, derechos humanos y solidaridad

Texto y fotografías: Luis Felipe Hernández Beltrán

Hans Christian Kint, embajador de Bélgica, y su esposa, Carmen Fabián, brindando por el rey Felipe de Bélgica
Hans Christian Kint, embajador de Bélgica, y su esposa, Carmen Fabián, brindando por el rey Felipe de Bélgica

No era el castillo real de Laeken, pero el Día del Rey de Bélgica se celebró con bombo y platillo, recientemente, en la Ciudad de México.

Los colores negro, amarillo y rojo, lucían en los manteles del patio principal de la residencia del embajador Hans Christian Kint y aguardaban a alrededor de 200 invitados, quienes desde muy temprana hora hicieron fila a las afueras para ingresar a la casa y convivir y disfrutar de un variado bufé belga.

Al interior, la mezcla de olores, entre ensaladas y carne; con el de los apetecibles chocolates, el penetrable aroma del vino y una fuerte esencia a café.

El embajador Kint, sin perder en ningún momento la sonrisa, incluso a la hora de brindar sin tener su copa a la mano, lo que generó risas de la concurrencia, señalaba los logros del rey Felipe, remarcando su promoción de valores como la solidaridad, Estado de derecho y el respaldo a los derechos humanos.

Mientras en Bélgica los habitantes celebraban al rey Felipe con un misa en la catedral bruselense de San Miguel y Santa Gúdula, y una ceremonia civil enmarcada en una sesión solemne celebrada tanto en la cámara de diputados como en el senado, con pronunciamientos de discursos sobre temas sociales, en la residencia del embajador belga en México, anfitriones e invitados, con alegría y buen humor, convivieron y brindaron en su honor.

Revista Protocolo

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