Con Dios y el sol celebran kuwaitíes su independencia

Acuden al festejo destacadas personalidades como Eruviel Ávila, gobernador del Estado de México, y el empresario Carlos Peralta

Texto y fotos: Luis Felipe Hernández Beltrán

La celebración en México por el 55 aniversario de la independencia de Kuwait en la residencia del embajador Sameeh Essa Johar Hayat, contó con la presencia de políticos, diplomáticos, artistas, empresarios, la comunidad kuwaití radicada en México, invitados especiales, Dios, el sol… ¡Sí, leyó usted bien, Dios y el sol, no pudieron faltar a este festejo!

Desde las afueras de la mansión en la colonia Lomas de Chapultepec, una mezcla de olores indicaban que algo sumamente delicioso degustarían los casi 300 invitados; por un lado, el olor de la comida árabe; por otro, el olor a dulce, especialmente a dátiles, y finalmente un penetrante olor a chocolate.

Las palabras de bienvenida, comenzaron de parte del embajador kuwaití, dando las gracias a Dios: “En nombre de Dios, estamos celebrando el 55 aniversario de la independencia de Kuwait”, para después pedir bendiciones para que México (por medio de la cultura e inversiones comerciales) entre al mundo árabe y al mundo islámico.

Uno de los invitados especiales a la fiesta fue Eruviel Ávila Villegas, gobernador del Estado de México, quien anunció una próxima visita a Kuwait; y se dedicó a enaltecer la labor del embajador Hayat, pues dijo “hay un antes y un después desde su llegada al cuerpo diplomático acreditado en México, en las relaciones entre ambas naciones”, el mandatario mexiquense, anunció la construcción de un panteón musulmán en el Estado de México y la continuidad de intercambios académicos, culturales y de inversiones.

En representación de la Secretaría de Relaciones Exteriores, el subsecretario Carlos de Icaza, conminó al diplomático kuwaití a continuar con las relaciones amistosas y seguirlas llevando a los más altos niveles; pero el enorme pastel de chocolate que sobresalía en medio del jardín de la residencia llamaba la atención de todos, por lo que De Icaza se vio obligado a cortar su discurso: “Una similitud que hay entre su país (Kuwait) y el nuestro, es el fuerte sol que pega, si sigo hablando, se va a derretir”, provocando las risas y dando paso al banquete.

Aunque Kuwait tiene su propia historia, una mezcla de culturas árabes sobresalían con el puro sentido de la vista, siempre unidos, los embajadores de los países árabes confirmaron la unión que hay entre estas naciones, con buen humor y muchas carcajadas.

El 25 de enero de 1961, Kuwait obtiene su independencia del Reino Unido, país que le brindó protección desde la caída del imperio otomano y después en la Primera Guerra Mundial, aprovechando los recursos petroleros que se expropiaban en la pequeña nación árabe.

Revista Protocolo