Embajadas

“Juan Pablo Duarte: un paradigma de libertad”, embajador de República Dominicana

Guardia de honor que montaron autoridades e invitados especiales

Con una ceremonia cívica, celebraron la Embajada de la República Dominicana y la alcaldía Cuauhtémoc de la CDMX al padre de la patria para los dominicanos en el 207 aniversario de su natalicio

Luis Felipe Hernández Beltrán

Ciudad de México, 24 de enero de 2020.— “Llevo años trabajando aquí y apenas me entero quién es el señor de la estatua”, decía una trabajadora del servicio de limpieza, al asombrarse y ver los arreglos florales, que junto con las banderas de México y la República Dominicana, adornaban la mañana de ayer el busto de Juan Pablo Duarte y Diez en la Plaza República Dominicana en la alcaldía Cuauhtémoc de la Ciudad de México.

De inmediato, la señora sacó su teléfono celular y buscó referencias sobre el personaje a quien se le dedicaba la ofrenda floral, detalle inusual a los que día a día se acostumbra ver en esa zona capitalina: niños que llegan a recrearse en los juegos fijos o adultos que acuden a hacer ejercicio.

Tras motivar a dos compañeros más, la mujer sorprendida puso una pausa a sus actividades laborales y junto con casi 100 personas, se sumó a la ceremonia que la Embajada de la República Dominicana en México en conjunto con la alcaldía Cuauhtémoc organizaron con motivo del 207 aniversario del natalicio de Juan Pablo Duarte y Diez, fundador de la patria caribeña.

“Señoras y señores, en el caso de Juan Pablo Duarte tenemos un paradigma de libertad, de luchador. ¡Fue Juan Pablo Duarte quien enseñó a los dominicanos que vivir sin patria era lo mismo que vivir sin memoria! ¡Fue Juan Pablo Duarte que dejó bien claro el mensaje de que nuestra patria tenía que ser libre de toda potencia extranjera! ¡Fue Juan Pablo Duarte quien nos enseñó a vivir bajo el sacrosanto juramento de Dios, patria y libertad! ¡Fue Juan Pablo Duarte quien concibió al pueblo dominicano como un pueblo que se abre espacio en las demás naciones del mundo!”, recordó en su discurso Jonny Martínez Mézquita, embajador de la República Dominicana en México, al padre de la patria dominicana a quien se le debe la independencia, el 27 de febrero de 1844.

Tras escuchar algunas melodías interpretadas por la banda de música de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la CDMX y la guardia de honor que realizaron las autoridades alrededor del busto del prócer dominicano, la mujer del servicio de limpieza y sus compañeros, que aguardaron toda la ceremonia, compartieron entre ellos una atractiva propuesta, que no estaría por demás considerarse y así sería ideal para homenajear diariamente al héroe dominicano: “¡hay que decirle al embajador que ponga (organice) aquí clases (de baile) de merengue!”.

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