Conmemoran en la residencia de la embajadora nicaragüense, 37 años del movimiento que terminó con la dictadura militar en Nicaragua
Texto y fotos: Luis Felipe Hernández Beltrán
Es mediodía y, recientemente, en el interior de la residencia de la embajadora de Nicaragua en México, Tamara Hawkins de Brenes, llegan diplomáticos de otros países en México, intelectuales y nicaragüenses radicados en nuestro país, pero entre poco más de 100 invitados hay dos que sobresalen y que, curiosamente, son de los pocos que no portan traje y corbata: Daniel Ortega Saavedra y Augusto César Sandino.
El actual presidente de Nicaragua, luce en dos enormes y vistosos carteles con el fondo rosa, sonriente y alzando su mano derecha haciendo la señal de la victoria; en otro lado, en una pared central, se asoma la pintura del máximo referente revolucionario y héroe nicaragüense vestido a la usanza campirana. Su presencia en imágenes son más que suficientes para saber que actualmente hay una Nicaragua triunfadora y que como bien citaba una de las frases de las fotografías: “Va por más victorias”.
En ese tono triunfalista, la embajadora Hawkins toma el micrófono y hace un recuento de los hechos que llevaron en julio de 1961, al Frente Sandinista de Liberación Nacional, a plantear la toma del poder por la vía armada, mismo que se consigue el 14 de julio 1979.
“Entonces, surgió la Nicaragua en la que conviven la propiedad mixta que nosotros habíamos proclamado como parte de la Revolución de 1979, la economía mixta, Nicaragua es hoy una tierra de pequeños y medianos productores y donde los principales productores agrícolas son cooperativas”, exclamaba efusivamente la diplomática, reconociendo también la unidad de consenso fuerzas populares, sindicatos y fuerzas productivas del país; así como lograr una revolución armada que destruyó al viejo poder.
“Si nosotros le prometimos al pueblo de Nicaragua saltar al cielo, si nosotros prometimos construir la economía de nuestro país, si nosotros prometimos sacar de la pobreza: ¡O cumplimos, o desaparecemos!”, enfatizó la embajadora Hawkins.
Con las arengas de “¡Vamos por más victorias! ¡Seguimos cambiando Nicaragua! ¡Vamos adelante en fe, familia y comunidad con Daniel (Ortega, el presidente), con el Frente, con el pueblo presidente!”, los asistentes brindaron con copa de vino en mano, al mismo tiempo que disfrutaron de antojitos tradicionales nicaragüenses.
Revista Protocolo
