Embajadas

¡Queremos pastel… azerbaiyano!

Mammad Talibov, encargado de Negocios A. I. de la embajada de Azerbaiyán (cuarto de izquierda a derecha), partió el “verdadero” pastel acompañado por Alfonso Aguilar Calvo, director para Europa de la SRE; Mohammad Taghi, embajador de Irán; la artista Sonia Amelio, Andrian Yelemessov, embajador de Kazajistán; Tasawar Khan, embajador de Pakistán; Rabha Hadid, embajador de Argelia, y Ruslan Spírin, embajador de Ucrania
Un objeto con los colores y escudo de la bandera azerbaiyana genera controversia entre los asistentes a la fiesta nacional de Azerbaiyán

Texto y fotografías: Luis Felipe Hernández Beltrán

¿Es un arreglo floral o un pastel? Fue la duda que se generó entre los más de 200 asistentes en la pasada fiesta nacional de Azerbaiyán y celebración por los 100 años del Servicio Diplomático de ese país euroasiático, en la residencia del encargado de Negocios y Asuntos Internacionales de esa nación en México, Mammad Talibov.

Lo que provocó la curiosidad, fue un gran prisma rectangular con los colores en horizontal azul claro, rojo y verde que forman la bandera azerbaiyana, así como la media luna y la estrella de ocho puntas en color blanco que conforman el escudo, el cual lucía a un costado del escenario improvisado, donde Mammad Talibov ofreció su discurso.

Pese a que el voluminoso objeto estaba a la mano y muchos aprovechaban para fotografiarse con él, nadie se atrevía a tocarlo u olerlo para despejar su indagación.

Y después de casi una hora de misterio, el diplomático azerbaiyano anfitrión, al término de su sermón y del de Alfonso Aguilar Calvo, director para Europa de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), aumentó el enigma: “¡Vamos a partir el pastel!”, dijo, encaminándose al adorno e incluso tocar la base donde se sostenía este, por lo cual, parecía ser que la incógnita se despejaba, generando rumores y susurros entre los concurrentes: “Ya ves, ¡te dije que ese era el pastel!”, “¡Es un diseño perfecto!”, fueron algunas de las expresiones que, discretamente, se escuchaban…

Pero no, el movimiento del encargado de Negocios azerbaiyano, solo fue el acercarse para hacerles la seña a los meseros que trajeran el postre especial.

Y así, de uno de los cuartos que daba al patio, salieron cuatro meseros cargando un enorme pastel en color blanco donde sobresalía la leyenda en español “100 Años del Servicio Diplomático de la República de Azerbaiyán”, y volvieron los rumores: “¡Te lo dije!”, “¡No puede ser posible!”, “¡Pensé que ese era el pastel!” y no, lo que en un principio todos señalaban como la tarta, se trataba de un arreglo floral ad hoc a la bandera azerbaiyana.

Ya con la duda despejada, anfitriones e invitados, disfrutaron de un suculento bufé de comida azerbaiyana y una demostración de danzas de ese país.

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