Entrevistas

Nacer Wabeau

Nacido en Argelia, el escritor argelino-costarricense visitó México para hablar sobre niños de la calle e intercambio cultural entre África y Latinoamérica

Por: Sinhué Zaid Bellescusa Mendieta

Para resolver la problemática de los niños de la calle se necesita trabajar en conjunto. En el caso de México me pregunto cómo es posible que en un país tan rico, no sea posible crear albergues para esos niños, manifestó Nacer Wabeau, catedrático de la Universidad de Costa Rica y autor de la novela Sin voz ni techo publicada en 2006 y que toca el tema de los infantes en condición de calle en Centroamérica.

En entrevista para Protocolo el escritor argelino-costarricense habló sobre cómo se involucró en el tema de los niños de la calle. Su interés comenzó un día en que se encontraba comiendo en un restaurante en Costa Rica y un niño se acercó para venderles algo y cuestionó cómo un niño puede andar así. La situación le impresionó, ya que nunca en su vida había visto a un niño en condición de calle.

A partir de ese momento se le quedó la inquietud y años después, en un restaurante, un niño le dio un lápiz a cambio de unas monedas. Wabeau meditó mucho sobre el significado de este hecho; asimismo, recuerda la ocasión en que le preguntó a un pequeño llamado Luigi: “¿Por qué vendes esto?”, y él contestó: “Para que usted escriba”.

Desde entonces vio que cada lápiz estaba habitado con un personaje.

Wabeau quien en una de sus facetas se desempeña como profesor de filosofía en la Universidad de Costa Rica, dijo: “Para mí, es una metáfora muy simbólica que un niño te regale un lápiz. Es para decir lo que ellos no pueden decir. Todos tienen algún significado para mí.”

En la residencia del embajador de Argelia en México, donde se llevó a cabo la entrevista, el autor de Sin voz ni techo muestra los lápices que ha juntado desde el inicio de su investigación, los cuales ha marcado con el nombre de cada niño y el año en que lo recibió. Además, siempre lleva consigo la cruz que usaba para hacerse pasar por sacerdote y entrar a las cárceles sólo para rezar y conversar con la gente.

La investigación realizada para elaborar esta obra consistió primero en el análisis documental, consultando información en la Organización Internacional del Trabajo —que cuenta con el Programa para la Erradicación del Trabajo Infantil—, UNESCO, UNICEF, Casa Alianza, y algunos estudios universitarios costarricenses. Posteriormente vino la investigación de campo que comenzó con los lápices, pero en búsqueda de la verdad tuvo que disfrazarse de cura y de turista con instintos perversos, lo que le permitió descubrir cosas que de otro modo no hubiese sido posible.

En un principio la investigación estaba pensada para la elaboración de un ensayo. Sin embargo, Wabeau afirmó que la novela sería otro aporte, porque el ensayo exige el método científico, en cambio el arte de la novela permite mezclar la seriedad científica y la ficción, como en su tiempo lo hicieron escritores franceses de la corriente realista y naturalista como Gustave Flaubert o Zolá, por lo tanto, la literatura permite ir más allá, gracias a la imaginación.

Nacer Wabeau, quien el pasado 16 de abril dio una plática en el DIF con el tema “Exiliados de la niñez, los niños en condición de calle”, ha notado que tanto en Costa Rica como en México se rechaza a estos niños, pero ellos también rechazan nuestra normalidad y nos tienen miedo, son niños que no tienen acceso a la educación, a una casa decente, al juego, a la salud y cuando tienen que defender sus derechos no saben de qué modo hacerlo.

“De cualquier modo que se les llame son niños marginados e incomprendidos y creo que de alguna forma con el silencio contribuimos a formar pandilleros del mañana. Por lo tanto Sin voz ni techo, no es sólo una denuncia, sino también una propuesta desafío, hay que construirles albergues y recibirlos decentemente.”

Con grado de maestría en filosofía por la Universidad de Sorbona, París, el escritor costarricense habló sobre su camino en la literatura y sus influencias, que comenzaron a través de Aristóteles, padre de la teoría poética, y recuerda que el primer libro que leyó fue El hijo del pobre del escritor argelino Mouloud Feraoun, a partir de ahí se interesó por escritores argelinos de expresión francesa, árabe y beréber. Además de la literatura francesa en general, sobre todo los de la corriente realista del siglo XIX.

Sobre América Latina afirmó que la mejor forma de entrarle a esta región es a través de sus escritores destacando a exponentes del boom latinoamericano como Octavio Paz, Gabriel García Márquez, Alejo Carpentier y Carlos Fuentes. Este último siendo parte fundamental en trabajos elaborados por Wabeau, principalmente su tesis “El discurso histórico en La Muerte de Artemio Cruz de Carlos Fuentes” con la que obtuvo el grado de magíster en literatura latinoamericana por parte de la Universidad de Costa Rica.

Nacido en Argelia en 1959, Nacer Wabeau también realizó una conferencia en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) para hablar sobre la diversidad cultural y lingüística de su país de origen. Al respecto afirmó que es preciso un intercambio cultural entre África y Latinoamérica para conocernos mejor y aprovechar nuestras experiencias. “De ustedes podemos aprender su aceptación del mestizaje cultural.”

Como miembro de la Organización del Festival Internacional de la Francofonía, para él es un honor participar representando a su universidad y su país, a pesar de que Argelia siendo el segundo país francófono sólo detrás de Francia no pertenece oficialmente a la Organización Internacional de la Francofonía. De este modo la colaboración de Wabeau es a nivel cultural.

Sobre su visita a México —uno de los cuatro países que ama junto con Argelia, Francia y Costa Rica— manifestó que siempre es un placer venir a nuestro país, del cual le encanta su gente, su cultura, su historia. Y agradeció la generosidad y el recibimiento por parte del embajador de Argelia en México, Merzak Belhimeur, así como de todos sus colaboradores.

Nacer Wabeau continuará contribuyendo en actividades culturales y está trabajando en una novela sobre diálogo e intercambio de culturas o choque de civilizaciones, que tratará la historia de un personaje que vivió parte de su vida en Argelia, otra parte en París y ahora está perdido en Nueva York buscando su pista.

Revista Protocolo

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