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La economía chilena: una estrella en América del Sur

Mientras que las economías de la mayoría de los países suramericanos cayeron en grave picada espiral a finales de la década de 1990 por consecuencia del llamado “efecto tango”, la economía chilena logró no sólo sobrevivir a la crisis financiera, sino también se convirtió en un modelo de relativa estabilidad en medio de un desastre regional.

Eso no quiere decir que la economía chilena no sufrió algunas demoras causadas por el incumplimiento del gobierno argentino de los pagos de deudas externas y la subsiguiente devaluación de la moneda gaucha, pero entre tanto sus vecinos estaban experimentando contracciones, Chile registró crecimiento en toda la década, menos en 1999.

Hipo mercantil

Conocido internacionalmente por sus sólidas instituciones financieras y sus sanas políticas fiscales, Chile presume de tener la valuación de los bonos soberanos más alta de toda América del Sur.

Y pese a un pequeño hipo mercantil en 1999 –el cual fue exacerbado por una severa sequía que resultó en cosechas reducidas y fallas en la producción hidroeléctrica– para finales del año, la economía chilena ya estaba mostrando claras señales de recuperación, registrando un crecimiento impresionante del 4.2 por ciento en 2000.

El desarrollo económico chileno fue menos espectacular en 2001 y 2002 –cuando fue de apenas 3.1 por ciento y 2.1 por ciento, respectivamente– reflejando un estancamiento de la economía global, pero ya en 2003 se recuperó para alcanzar el 3.2 por ciento, y en 2004, la cifra correspondiente subió al 5.8 por ciento.

Divisas y rating

Ciertamente, el Producto Interno Bruto se ha beneficiado de un precio internacional alto del cobre –mineral que forma la espalda de la economía chilena, representando el 45 por ciento de sus exportaciones– pero también Chile está ganando divisas por la venta de productos forestales y la pesca, así como otros minerales, además de que la inversión de capital extranjero está en aumento.

De la misma manera, la implementación en enero 2004 de un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos consolidó un mercado más seguro para sus productos.

El despunte de la economía chilena es la derivación de dos décadas de políticas macroeconómicas, las cuales estipulan que el gobierno debe mantener un superávit fiscal del 1 por ciento del PIB, siempre y cuando haya crecimiento.

Esta cláusula asegura que la república chilena ha ganado el mejor rating de crédito en América Latina. La deuda pública actual es de apenas el 12 por ciento del PIB.

Predicciones de desarrollo

Aunque siempre es difícil predicar con exactitud, los expertos internacionales prevén que la economía chilena seguirá creciendo por lo menos un 5.5 por ciento anual hasta fines de 2008. La única nube que todavía despeja el futuro de la economía chilena es una alta tasa de desempleo, la cual está ahora en casi 9 por ciento.

La razón lógica sugiere que si el PIB sigue creciendo, habrá más trabajos y el nivel de desempleo bajará. Y si el gobierno sigue invirtiendo en la educación pública –como lo ha estado haciendo recientemente– el país gozará de una mano de obra altamente calificada para empujar aún más la economía estrella de América del Sur.

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