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Los vinos en España

Así como la gastronomía en España se escribe con letras mayúsculas, el concepto de beber un buen vino en la nación ibérica está asociado con el deleite del comensal al acentuar o equilibrar los sabores de los alimentos.

El vino es en España un elemento fundamental en todas y cada una de sus cocinas regionales. Los españoles son grandes conocedores del arte del buen comer y el buen beber, por lo cual han ganado fama mundial como grandes productores de vino.

El negocio del vino

La vitivinicultura española cuenta con gran arraigo y tradición, es la más antigua de Europa y se remonta a la época fenicia, alrededor del año 1000 aC.

Existen en España “Denominaciones de Origen Controladas”, desde 1970 en que se creó el Instituto de Denominaciones de Origen, que es el encargado de controlar todo lo concerniente al cultivo y vinificación en las zonas protegidas.

Regiones del vino

Algunas de las regiones españolas elaboradoras de vino más conocidas en el mundo son:

1) Jerez

Catalogado como el «Rey de los Vinos Españoles», título que adquirió desde hace si-glos, el jerez es también conocido como xéres y sherry, por los franceses e ingleses.

El vino de Jerez es un vino andaluz de gran prestigio internacional, sobre todo en los países anglosajones, y que tiene distintas variedades (fino, manzanilla, moscatel, raya, amontillado, dulce, oloroso, entre otros) capaces de satisfacer los diferentes gustos.

La vinificación del jerez es una de las más elaboradas que existen, y en ella se utilizan casi exclusivamente las variedades Palomino y Pedro Jiménez. La vendimia es en septiembre; las uvas recogidas y manejadas con cuidado, son depositadas en pequeños montículos para que queden expuestas al sol y pierdan un poco de humedad y aumenten el contenido de azúcar, durante el tiempo que determine el tipo de vino que se elaborará; de 12 a 24 horas para los vinos secos y de 10 a 20 días para los dulces.

2) Cataluña

La vitivinicultura catalana se remonta a la época de los griegos, cuando se instalaron al mismo tiempo que en Marsella, sin embargo, es a partir de la Edad Media cuando su fama se propagó.

Tres regiones son las principales productoras de vinos, con varias denominaciones de origen: Tarragona, Priorato y Penedés.

Cataluña reúne otras denominaciones: Ampur-dán-Costa Brava, Alella, Costers del Segre y Terra Alta. Esta área ofrece vinos magníficos, tintos, blancos y claretes, de antiquísima tradición.

En Tarragona los más característicos son los blancos, apropiados para acompañar pescados y aperitivos.

Los «cavas» o vinos espumosos de Sant Sadurní d’Anoia (Barcelona) han alcanzado gran calidad y amplísima difusión dentro y fuera de España.

3) Región del Duero

En la cuenca del río Duero, desde Soria hasta la frontera con Portugal se extienden unas tierras con especiales condiciones para el cultivo de la vid. En esta amplia zona existen tres diferentes denominaciones de origen: Rueda, Toro y Ribera del Duero.

Rueda: Comprende una gran superficie de la provincia de Valladolid y las colindantes de Segovia y Ávila. Los centros más importantes son: Nava, Serrada, Rueda (donde toma su nombre la denominación de origen) y La Seca. Produce magníficos y poderosos vinos que llegan a los 17 grados con agradable fragancia y paladar, en su elaboración predomina la va-riedad verdeja, una de las pocas especializadas en vinos blancos, cuyo aroma y sabor tienen de-licados matices de hierbas, con toques afrutados y sensación ligeramente dulcificada. Estos vinos debidamente cuidados y envejecidos no tienen nada que envidiar al mejor generoso seco español.

Toro: En Zamora el vino más afamado es el de Toro, por lo que la denominación de origen toma este nombre. Es un vino recio de color, sabor y poder alcohólico con una graduación de 13 a 15 grados y es rico en taninos.

Ribera del Duero: Este territorio se extiende desde Tudela de Duero hasta la provincia de Burgos, comprendiendo los términos de: Tudela, Sardón, Valbuena, Peñafiel Castrillo, Quintanilla de Arriba, Quintanilla de Onésimo, Olivares y Traspinedo. Las cepas que se utilizan son: Garnacha, Malvasía Negra, Rufete y, la principal llamada, Juan García.

4) Rioja

Esta zona, atravesada por un pequeño río, el Oja, da nombre a la más rica área vinícola española de caldos de mesa.

La extensión del viñedo es de más de 40 mil hectáreas, regado a lo largo de 100 kilómetros por el río Ebro, y sus afluentes entre los que destacan los ríos Tirón, Najerilla, Iregua, Leza, Cidacos y Alhama.

La zona está dividida, en función de sus vinos, en tres subzonas:

• Rioja Baja, que produce los caldos de mayor graduación alcohólica, afrutados y de mucho cuerpo.

• La Rioja Alta, la zona de las grandes añadas y reservas, produce vinos de graduación moderada, muy aromáticos, con diversas coloraciones tintas y sabor equilibrado e inconfundible. Son vinos aptos para la crianza en roble. También se elaboran caldos blancos y jóvenes.

• La Rioja Alavesa produce vinos tintos que suelen consumirse jóvenes, con un grato punto de acidez.

Los vinos de toda esta denominación alcanzan su renombre y desarrollan sus mejores cualidades en las especialidades de reserva; en función de los diversos tiempos de envejecimiento, destacan las siguientes variedades:

Vino de «crianza»: Aquellos que lleven un mínimo de un año de envejecimiento en barrica y otro año en botella. Son vinos generalmente de tercer, cuarto o quinto año de cosecha.

Vino de «reserva»: Envejecen al menos dos años en barrica, más uno de reposo en botella.

Vino de «gran reserva»: Crianza en roble de un mínimo de tres años, más otro año en botella en los famosos «calaos» subterráneos riojanos. Son los vinos que corresponden a las mejores añadas.

Estos vinos son verdaderas joyas de la gastronomía española, que por las condiciones físicas del lugar y por el arte y la técnica de su elaboración ocupan un puesto de preferencia entre los más afamados vinos de mesa del mundo.

Y aún hay más…

Otras regiones españolas donde también se produce vino son:

a) Valenciana

Esta comunidad comprende las denominaciones de Alicante, Valencia y Utiel-Requena.
Los vinos de Alicante son tintos y rosados de alta graduación, entre 12 y 16 grados. Los de Valencia son generalmente blancos, secos y de gran frescura. Los procedentes de Utiel-Requena son tintos pero de menor graduación.

b) Extremadura

Extremadura tiene algunos buenos vinos pero que todavía no están comercializados. Son unos vinos fuertes con un alto contenido en alcohol además de tener un sabor inconfundible. También hay vinos blancos de Montánchez, Cillero, Añigal, y tintos ligeros de Hervás.

c) Galicia

Comprende las denominaciones de Rías Baixas, Ribeiro y Valdeorras. Son vinos blancos y tintos ligeros, de grata acidez y de graduación baja, muy apropiados para acompañar la cocina típica gallega.

d) Murcia

Los vinos de Jumilla, procedentes de esta zona de Murcia, son muy característicos por su crianza en roble aunque también los hay jóvenes. En ambos casos son de graduación alcohólica muy alta, color granate oscuro y muy densos. En Yecla hay tintos rosados y claretes entre 13 y 15 grados, de paladar suave y muy agradable.

e) Navarra

Denominación de origen, Navarra. Esta zona ofrece caldos fundamentalmente tintos, que llegan en ocasiones a los 14.5 grados y combinan perfectamente con la recia gastronomía del lugar.

f) Aragón

Cuenta con las denominaciones de origen de Campo de Borja, Cariñena y Somontano. En esta área se dan vinos de fuerte color tinto y grado. Son densos de aroma y sabor poderosísimo, muy adecuados para acompañar platos de carne y guisos recios muy especiados.

g) La Mancha (Castilla)

Abarca las siguientes denominaciones: Man-cha, Méntrida, Valde-peñas y Almansa. Esta zona es la gran des-pensa vinícola española, pues cuenta con una amplísima área de producción que comprende las provincias de Toledo, Ciudad Real, Cuenca y Alba-cete.

Son vinos, en general, de consumo muy po-pular y notable calidad, suaves, secos y de escasa acidez. Los más divulgados son los de Valdepeñas, tintos y blancos ligeros. Todos suelen consumirse jóvenes, de un año a dos máximo, y su graduación oscila entre los 11 y los 13 grados.

Sin duda, los vinos españoles son un claro reflejo de esos productos que brindan un placer en la vida, que debe sentirse y saborearse, pero sin llegar al abuso ni la embriaguez. Pues precisamente parte fundamental del arte del buen beber consiste en hacerlo con moderación.

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