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Las desconocidas joyas vinícolas de Uruguay

Mientras que Chile y Argentina han ganado admiración internacional por sus vinos, la cultura vitivinícola uruguaya todavía es relativamente desconocida, por lo menos en México.
Therese Margolis

Con apenas nueve mil hectáreas de cultivos —todos en forma de pequeños viñedos manejados por familias y cosechados a mano— la producción uruguaya de vinos es bastante limitada.

No obstante, lo que a la vitivinicultura uruguaya falta en cantidad se le compensa en calidad.

Y a finales del año pasado, 16 de las mejores bodegas uruguayas estuvieron representadas en México para mostrar su excepcional cosecha durante un cata especial de vinos uruguayos organizada por el embajador de la República Oriental de Uruguay de México, José Ignacio Korzeniak, y la Asociación de Bodegas Exportadoras de Vinos Finos de Uruguay en cooperación con Sudamerimex, el principal importador nacional de estas joyas vinícolas.

La exquisita cata tuvo lugar en las elegantes instalaciones de la Hacienda de los Morales en Polanco, más de 300 conocedores, importadores y especialistas en el campo asistieron a esta muestra, donde tuvieron la oportunidad de saborear tintos, blancos y rosados de toda la región vinícola de Uruguay.

Vinos robustos y elegantes

De acuerdo con lo que explicó el embajador Korzeniak, en la actualidad México importa más o menos 60 mil botellas de vino uruguayo al año.

Sin embargo, los representantes de la Asociación de Bodegas Exportadoras de Vinos Finos de Uruguay calculan que esta cifra podría duplicarse en los próximos 24 meses.

“El mexicano está apenas conociendo el vino uruguayo”, afirmó Jorge Machado, director de Sudamerimex.
“No obstante, el vino uruguayo tiene muy buena aceptación para el paladar mexicano dado que los fuertes, robustos y elegantes vinos de Uruguay acompañan muy bien a la comida mexicana.”

Cabe mencionar que en junio de 2006, este pequeño país latinoamericano sorprendió a muchos ecológicos cosmopolitas cuando una vendimia de Tannat uruguayo ganó primer lugar por el mejor tinto del año en la prestigiosa competencia internacional de vinos en Ljubljana, Eslovenia.

De hecho, hablar de Tannat es hablar de Uruguay, pues esta nación es el principal país productor de vinos Tannat del mundo y el primer país en desarrollar vinos 100 por ciento Tannat, aun cuando el origen de esas cepas es europeo.

Condiciones óptimas

Las condiciones climáticas y el suelo son una fortaleza importante para el vino uruguayo.

Según explica Manuel Filgueira de la Bodega Filgueira —quien participó en la cata aquí presentando algunos de sus finos productos tanto tintos como blancos—, Uruguay goza de una amplia variedad de suelos y climas, lo cual permite seleccionar el ambiente en función del tipo de vino que se desea obtener y según los objetivos técnicos.

Ciertamente, las escalas pequeñas de producción tienen sus ventajas: tener un adecuado control sobre los procesos de la cadena productiva (tanto de la uva, como del vino) convierte a la actividad vitivinícola en una manifestación de cultura artesanal altamente tecnificada.

Además, 100 por ciento de la recolección de la materia prima en los viñedos uruguayos se hace de forma manual, y el resultado es vinos boutique, de excelentes ramilletes de fruta y hermosos tonos de color rubí valientes y armoniosos.

Por consecuencia, la estrategia deliberada y consistente del viñero uruguayo es concentrar en una producción de alta calidad en cantidades relativamente pequeñas.

Mientras que 75 por ciento de la producción del país es tinto, Uruguay también presume blancos encantadores con mucho cuerpo y acidez perfumada.

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