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Vinho verde, la esmeralda portuguesa

“El vinho verde es el más curioso de los vinos, es original, joven, refrescante y ligero. No emborracha, por eso me gusta, porque sabe respetar la inteligencia”, afirmaba Antonio Augusto de Aguilar a finales del siglo XVIII.
Montserrat Piñeiro Guerrero

Este experto en vinos describía el vino verde que se fabricaba en aquel tiempo en Portugal aunque de manera muy discreta este caldo ha evolucionado con el tiempo, viendo sus propiedades un tanto modificadas. La acidez ha sido reducida en términos generales, haciéndose más sutil y siendo tolerada por un mayor número de consumidores mientras que un acento afrutado aligera ese espíritu de aspereza que se reconocía en la bebida.

Exclusivo de Portugal, específicamente del territorio conocido como el Minho, que ocupa la parte noreste del país, el vino verde desencanta a todo aquel que al esperar apreciar dicho color en su copa, encara un vino blanco o incluso tinto (este último menos célebre pero no por ello de menor calidad).

¿Por qué verde?

Dado que el color no dio origen al nombre es preciso conocer de dónde proviene este apelativo y comúnmente el resultado es una expresión de asombro en los rostros de quienes escuchan que dicha Denominación de Origen es llamada así debido a que ocupa una zona de frondosidad proverbial que se ve incitada por generosas precipitaciones y un clima soleado durante todo el año.

Aquello que lo caracteriza

Tratándose de vinos blancos, se aprecia en general una ligera efervescencia que contribuye a su efecto refrescante tan apreciado en el verano; su característico toque de acidez que es debido a un bajo porcentaje alcohólico está siempre presente como un rasgo propio de esta bebida —aunque algunos productores agregan residuos dulces de forma artificial para contrarrestar dicho efecto—. La frescura es otro de sus atributos que lo hacen fácil de beber y que en compañía con su delicado aroma lo posiciona como un acompañante apto para acompañar pescados y mariscos.

Los tintos, por su parte, se distinguen por ser de los pocos caldos de este tipo que es posible consumir en verano ya que siendo enfriados con sutileza conservan un agradable sabor y sus propiedades no quedan ocultas como en el caso de tintos de otra naturaleza. De tonos violáceos, con taninos que causan una marcada astringencia, esta variedad de vino es más bien apreciada por los nacionales que por importadores de otros países, he ahí el porqué de su estado inédito en el mercado mundial.

Concretamente es necesario observar que ni blancos ni tintos cumplen con aquellos estándares impuestos por la globalización vinícola, tal vez no van de acuerdo con el gusto mundial sino que guardan su singularidad frente a esos nuevos vinos monótonos elaborados con cepas ahora clásicas en cualquier país como Cabernet Sauvignon y Syrah.

Los vinos verdes son elaborados con cepas autóctonas que aportan sus aromas particulares, tal vez sea necesario un perfeccionamiento de técnicas para lograr su máxima expresión pero se correría el riesgo de anular métodos tradicionales que aportan su personalidad distintiva a la bebida.

Lo cierto es que todos los caldos pertenecientes a esta denominación son más que vinos para degustar y analizar, vinos para ser disfrutados, para refrescarse bebiéndolos en las terrazas de los restaurantes ubicados a orillas del Duero en la ciudad de Oporto o bajo el sol de agosto en la ciudad de Lisboa, abriendo paso a un bacalao a las brasas o a un lomo de pescado con pimientos y papas confitadas.

Toque de acidez implícito en el nombre

Todo el que conoce o se dice conocedor del vino verde, afirma al hablar sobre éste que encontraremos al probarlo un toque de acidez característico de esta bebida, no obstante en la actualidad se pueden encontrar botellas cuyos productores han aplicado las técnicas adecuadas para reducir su acidez hasta conseguir un equilibrio sumamente armónico.

La razón por la cual la imagen de la acidez prevalece se debe a que en décadas anteriores, cuando la mayor preocupación de los productores del Minho era el volumen de producción, las viñas eran plantadas a orilla de los ríos, suponiendo que la abundancia de agua favorecería su frondosidad, sin embargo los frutos obtenían una maduración deficiente que se reflejaba en el sabor del producto final. Al modificar la estrategia y efectuar la plantación en las laderas de las colinas, los rendimientos se vieron reducidos mas la calidad fue en aumento.

Merecedor de la Denominación de Origen Controlada

Fue desde la época del imperio romano que se inició el cultivo de vides en la región ahora delimitada para la producción de vino verde, adquiriendo hasta el siglo XVII, más precisamente en 1606, la apelación vinho verde otorgada por la alcaldía de Oporto.

La Denominación de Origen Controlada le fue otorgada formalmente al actual territorio que ocupa, aprobando 35 mil hectáreas destinadas a su producción y convirtiéndola con ello en la más grande de Portugal y una de las de mayor superficie en el mundo.

Maridaje

Paradójicamente en el caso de estos vinos tanto el tinto como el blanco pueden maridarse con los mismos platillos en ciertas ocasiones. Cangrejo, camarones, mejillones, pescados y langosta fungen como suculentos acompañantes de estos caldos, un pescado con ajo frito, croquetas de bacalao, mousse de cangrejo y mejillones a la mantequilla son adecuados para maridarse con ambos caldos.

Un pescado agridulce al estilo oriental podría verse realzado por un blanco al igual que todo tipo de sashimis o piezas de sushi que contengan anguila, salmón o cangrejo mientras que las sardinas asadas, un robalo con hongos o una langosta a la parilla pueden ser escoltados por tintos pertenecientes a esta DOC.

Pero no sólo a productos del mar se reduce su maridaje sino que un hojaldre de setas, una ensalada de queso de cabra con vinagreta de uva pasa o una codorniz rostizada, ofrecen una degustación placentera frente al tinto. Para los blancos una sopa de espárragos, pechuga de pollo a la albahaca e incluso un postre de potente dulzura como un dúo de pistache y mandarina, permiten entregarse al espíritu portugués que es expresado a través de estos vinos.

Revista Protocolo

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