Internacional

(Convenciones I) “Vamos por el alma de Estados Unidos”: Biden/Harris

Panteras Negras vs. Tigres Blancos

  • “Vamos por el alma de Estados Unidos”
  • “Biden y Harris son parte de la izquierda radical que busca apoderarse del país”: Donald Trump
  • La Convención Nacional Demócrata, en su nueva versión digital, inicia el próximo lunes

Jeanette Becerra Acosta

El destape de la senadora californiana Kamala Harris como candidata a la vicepresidencia de Estados Unidos, fue sin duda la noticia de la semana, aunque en realidad su nombre siempre encabezó la lista de aspirantes, todas mujeres, para competir y ganar la Casa Blanca el próximo 3 de noviembre de la mano del demócrata Joe Biden.

Sin embargo, lo verdaderamente relevante es que la nominación de la primera mujer negra para ocupar el segundo puesto de poder en el país, se considera ya como un hito histórico por cada seis de diez estadounidenses, y su apoteótica bienvenida se tradujo durante las primeras 24 horas de su confirmación en el binomio demócrata que busca derrotar al republicano, Trump, con la recaudación récord de 26 millones de dólares para su campaña, procedentes de 150 mil nuevos donantes.

En su primer día de trabajo con la mira puesta en lo que será la primera Convención Nacional del Partido Demócrata que inicia el próximo lunes 17 en el Wisconsin Center de Milwaukee, el también llamado “matrimonio político” se enfocó al problema del covid-19 y el pésimo manejo de la actual administración que ha resultado en el contagio de más de medio millón de estadounidenses y que en términos reales puede haber superado los 200 mil muertos.

Biden y Harris se reunieron con expertos en la materia que advirtieron que de no imponer medidas obligatorias, tales como el uso del tapabocas y el respeto a la sana distancia, EEUU afronta el mayor reto de su historia pues para el otoño el número de muertos podría superar los 300 mil. Actualmente, uno de cada cuatro contagiados en el mundo, es estadounidense, y se registran más de 97 mil menores enfermos, cifra que echa por tierra la aseveración de Trump que los niños son mucho menos propensos al contagio, uno más de sus caprichos para sustentar su orden de abrir escuelas y universidades donde ya empiezan a surgir contagios de estudiantes y maestros.

En un tono demoledor y combativo, la mancuerna demócrata calificó a Donald Trump como un hombre “delirante” pues no escucha a los expertos sobre cómo se debe manejar la pandemia, propiciando así la pérdida de muchas más vidas de cientos de miles de ciudadanos en los próximos dos a tres meses. Biden y Harris manifestaron que “ellos son la esperanza del país” y que se proponen “rescatar el alma de Estados Unidos”.

La reacción del actual mandatario no se hizo esperar. Tras asegurar que Biden y Harris son parte de la izquierda radical que busca apoderarse del país, Trump aseveró que Biden “no cree en Dios”, apelando al apoyo de los ciudadanos del Cinturón Bíblico, término coloquial que se refiere a una extensa región de esa nación, donde el cristianismo evangélico tiene un profundo arraigo social, circunstancia que se manifiesta en su forma de vida, cánones morales e ideología ultraconservadora y muchas veces racista.

Dicha orientación religiosa, sobresale en el Medio Oeste y los Grandes Lagos, además de Utah, el estado mormón, y distintas regiones que conforman este cinturón con un 52 por ciento de habitantes evangélicos en entidades del “Sur Profundo” en Georgia, Tennessee, Alabama, Mississippi, las dos Carolinas, Virginia del Oeste, y gran parte de Texas. Cabe destacar que Biden es un devoto católico, que de ganar en noviembre sería el segundo presidente que profesa esa religión, después de John F. Kennedy.

Harris también recibió su cuota de insultos de Trump que la llamó loca, hipócrita por sus ataques a Biden cuando buscaba ser ella la candidata a la presidencia hace meses, y “nasty”, una palabra que usa con frecuencia para referirse exclusivamente a las mujeres y que significa mala, desagradable y/o repugnante. Así calificó en el pasado a Hillary Clinton y a Michelle Obama. No es aventurado suponer que el actual presidente está desesperado porque sabe que está rezagado en las preferencias del electorado, en algunos estados hasta por un 10 a 12 por ciento.

Con la elección de Kamala Harris, Biden logró una perfecta carambola en un solo tiro ya que en la persona de esta mujer de piel negra, hija de inmigrantes, de padre jamaiquino y madre india, pudo incluir a las minorías más numerosas del país: hispanos, afroestadounidenses y asiáticos, que apoyan a la mancuerna demócrata en un 69 por ciento, un número que crece con cifras de encuestas realizadas entre jóvenes blancos de hasta 35 años que quieren ver a Trump fuera de Washington. El desplome de la economía, sus políticas racistas y antinmigrantes, así como las frecuentes expresiones contradictorias e innegables aseveraciones que denotan una gran ignorancia y una personalidad ególatra y fuera de la realidad, le han restado popularidad y respeto, sobre todo entre las nuevas generaciones.

Por ahora, lo más importante es que el Partido Demócrata se prepara para su primera Convención Nacional, en su nueva e inédita versión digital “en tiempos de pandemia”, y cuyo propósito será presentar su plataforma política que aborda todos los temas que implican instaurar una nueva manera de gobernar al país y que culminará con la nominación oficial del candidato presidencial demócrata y de su aspirante a vicepresidenta, esta vez un cargo de suma importancia ya que de ocurrir un inesperado en la salud de Biden, de 77 años de edad, o su muerte, Harris se convertiría de facto en la primera presidenta negra de Estados Unidos, una realidad que “aborrece” por lo menos un 30 por ciento de los votantes de extrema derecha y, por ende, Trump y sus correligionarios.

En el pasado, las convenciones políticas eran eventos caracterizados como un pináculo de fervor partidista, la gran fiesta plena de energía y desbordante entusiasmo. Una temporada cuando los delegados de Estados Unidos comprometían su apoyo al candidato que buscaría ganar el cargo más alto del país en las elecciones generales de noviembre. A causa de la crisis pandémica, la Convención Nacional Demócrata contará con solo dos horas de programación en horario estelar en cada una de las cuatro noches entre el 17 y el 20 de agosto, según personas familiarizadas con la planificación del evento.

La decisión de limitar la programación de televisión durante esos cuatro días de 9 a 11 p. m., es uno de los cambios más difíciles hasta ahora en comparación con las convenciones anteriores, generalmente llenas de varios eventos y oradores durante muchas horas cada día. Se esperan discursos del expresidente Barack Obama y de su esposa Michelle Obama, ambos aún muy populares entre el electorado. También hay planes de presentar algunas actuaciones de entretenimiento, junto con controles remotos en todo el país en lo que se ha denominado la “convención en todo Estados Unidos”. Con pantallas de video, conexiones remotas y gráficos, la Convención digital 2020, limitará a 225 personas en cualquier reunión en Milwaukee. Es decir que en lugar de un estadio abarrotado frente a un escenario de oradores cada noche, los estadounidenses tendrán que conformarse con ver el evento en casa y la fiesta que transmitirá un tema para cada noche: “Nosotros, el pueblo”, “El liderazgo importa”, “Una unión más perfecta” y “La promesa de Estados Unidos”, y un tema general: “Uniendo a Estados Unidos”.

Por su parte, el presidente Trump anunció la semana pasada que los planes para realizar actividades de la Convención Republicana en Jacksonville, Florida, habían sido descartados debido a las preocupaciones sobre el coronavirus en el estado y dijo que esta se llevará a cabo con eventos moderados en Charlotte, Carolina del Norte. Lo que no se sabe es si dicha convención, a celebrarse del 24 al 27 del mes en curso, impondrá reglas tan estrictas como las de los demócratas, en especial el uso obligatorio del tapabocas, que Trump se rehúsa a usar, y la observancia de la distancia crítica.

Dada esta decisión, el Comité de la Convención Nacional Demócrata circula un memorando de “protocolo covid-19” que establece formas de tratar de minimizar la propagación del coronavirus en Milwaukee, incluso pruebas diarias de coronavirus, prohibición de acudir a bares y restaurantes y recomendar el uso de gafas protectoras y faciales además de máscaras dentro y alrededor del lugar de la convención. De igual manera, se exigirá a los asistentes someterse a un autoaislamiento al menos 72 horas antes de llegar a Milwaukee o antes de ingresar a la “zona de salud y seguridad” si la persona ya estaba en Milwaukee.

El pasado jueves, Trump alentó una teoría de la conspiración racista que prevalece entre algunos de sus seguidores y que resalta el hecho que la senadora Kamala Harris, la presunta candidata demócrata, nacida en California, no es elegible para la vicepresidencia o la presidencia porque sus padres eran inmigrantes. Dicha afirmación a todas luces falsa, se perfila como uno de los principales temas de la Convención Republicana, y se comenta en círculos internos de la Casa Blanca que ha ordenado a su equipo de campaña buscar una fórmula legal y constitucional que pudiese aplicar contra Harris para así evitar, en el supuesto caso de una victoria demócrata, que la senadora negra llegue a la vicepresidencia estadounidense y peor aún, como ya se dijo antes, tenga la oportunidad de sustituir a Biden y gobernar el país desde la oficina oval, una visión que para Donald Trump es inaceptable y sería una vergüenza para el país ante el mundo.

La primera frase de la enmienda 14 establece el principio del “derecho a la ciudadanía por nacimiento”. “Todas las personas nacidas o naturalizadas en Estados Unidos y sujetas a la jurisdicción del mismo son ciudadanos de EEUU y del estado en el que residen”.

En octubre de 2018, Trump anunció que tenía planes de terminar de una vez por todas con la “ciudadanía por nacimiento”, mediante una orden ejecutiva. Durante una entrevista con el medio digital Axios, Trump insistió en que está trabajando para poner fin a este “derecho” consagrado en la enmienda 14 de la Constitución inscrita hace 150 años. “Siempre me dijeron que se necesitaba una enmienda constitucional. Y ¿sabes qué?, no se necesita”, subrayó. “Puedes hacerlo con una ley del Congreso. Pero ahora dicen que simplemente puedo hacerlo con una orden ejecutiva.”

Los comentarios del mandatario despertaron un feroz debate nacional sobre si el mandatario tiene el poder de unilateralmente hacer algo así, y si su premisa para querer hacerlo es para evitar que “la ciudadanía por nacimiento” continúe siendo explotada por inmigrantes indocumentados. Después de todo, él mismo es hijo de inmigrantes nacido en Estados Unidos, igual que lo son millones de ciudadanos. Este ataque contra Kamala Harris, es una más de sus torcidas ideas racistas y carentes de fundamentos legales que lo sostengan.

Sin opositores a su nominación, el binomio demócrata Biden/Harris tiene asegurados los votos necesarios de mil 677 delegados que oficializarán sus candidaturas la próxima semana.

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