Internacional

Desempleo, la pandemia después de la pandemia

Los últimos datos de la OIT sobre el impacto de la pandemia del COVID-19 en el mercado laboral revelan su efecto devastador en los trabajadores de la economía informal y en cientos de millones de empresas en todo el mundo

Revista Protocolo

Ciudad de México, 30 de abril de 2020.— La caída constante de las horas de trabajo en el mundo a causa del brote de COVID-19 significa que mil 600 millones de trabajadores de la economía informal, casi la mitad de la población activa mundial, corre peligro inminente de ver desaparecer sus fuentes de sustento, advierte la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Según el Observatorio de la OIT: El COVID-19 y el mundo del trabajo – Tercera edición, la caída de las horas de trabajo en el actual trimestre (segundo) de 2020 podría superar con creces a la estimada anteriormente.

En comparación con los niveles anteriores a la crisis (cuarto trimestre de 2019), se prevé un deterioro del 10.5 por ciento, equivalente a 305 millones de empleos a tiempo completo (asumiendo una semana laboral de 48 horas semanales). Según la previsión anterior, el descenso sería del 6.7 por ciento, equivalente a 195 millones de empleados a tiempo completo. Ello se debe a la prolongación y ampliación de las medidas de confinamiento.

Por lo que respecta a las regiones, la situación ha empeorado para los principales grupos regionales. Las estimaciones indican una pérdida de horas de trabajo equivalente al 12.4 por ciento en el segundo trimestre en las Américas (frente a los niveles anteriores a la crisis) y al 11.8 por ciento en Europa y Asia Central. Las estimaciones para el resto de los grupos regionales son bastante cercanas, y todas superan el 9.5 por ciento.

Repercusiones sobre la economía informal

La crisis económica provocada por la pandemia ha dado una estocada contundente a la capacidad de ganar el sustento de casi mil 600 millones de trabajadores de la economía informal (el grupo más vulnerable del mercado laboral), de un total de dos mil millones a escala mundial, y de una fuerza de trabajo mundial de tres mil 300 millones de personas. Son dos los desencadenantes: medidas de confinamiento y/o el hecho de que esas personas trabajan en alguno de los sectores más golpeados.

En el ámbito mundial, el primer mes de la crisis se habría cobrado un 60 por ciento de los ingresos de los trabajadores informales, equivalente a una caída del 81 por ciento en África y América, del 21.6 por ciento en Asia y el Pacífico, y del 70 por ciento en Europa y Asia Central.

Si no cuentan con una fuente de ingresos alternativa, los trabajadores y sus familias no tendrán medios de supervivencia.

Las empresas en situación de riesgo

En las dos últimas semanas, la proporción de trabajadores que vive en países sujetos a la obligación o recomendación de paralizar las actividades ha pasado de 81 a 68 por ciento. La reducción de la estimación anterior del 81 por ciento señalada en la segunda edición del Observatorio se debe fundamentalmente a los cambios en China; en los demás países, las medidas de paralización han aumentado.

En todo el mundo, más de 436 millones de empresas afrontan el grave riesgo de interrupción de la actividad. Esas empresas pertenecen a los sectores de la economía más afectados, incluidos 232 millones que pertenecen al comercio mayorista y minorista; 111 millones, manufacturas; 51 millones, servicio de alojamiento y comida; y 42 millones, sector inmobiliario y otras actividades comerciales.

Se necesitan medidas políticas urgentes

La OIT insta a adoptar medidas urgentes, específicas y flexibles para ayudar a trabajadores y empresas, en particular, a empresas más pequeñas, trabajadores de la economía informal y personas en situación de vulnerabilidad.

Las medidas de reactivación de la economía deben basarse en un alto nivel de creación de empleo, y deben ser respaldadas por políticas e instituciones laborales fuertes, y sistemas de protección social amplios y dotados de más recursos. Para que la recuperación sea efectiva y sostenible, será decisiva la coordinación internacional de paquetes de medidas de estímulo y medidas de alivio de la deuda. Como marco, pueden utilizarse las normas internacionales del trabajo, que gozan de consenso tripartito.

“A medida que la pandemia y la crisis del empleo evolucionan, más acuciante se vuelve la necesidad de proteger a la población más vulnerable”, dijo Guy Ryder, director general de la OIT. “Para millones de trabajadores, la ausencia de ingresos equivale a ausencia de alimentos, de seguridad y de futuro. Millones de empresas en el mundo están al borde del colapso. Carecen de ahorros y de acceso al crédito. Estos son los verdaderos rostros del mundo del trabajo. Si no se les ayuda ahora, sencillamente desaparecerán.”

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