El pontífice envía mensaje conciliador en su gira que durará cuatro días
Tras las protestas de los últimos días en Turquía por la visita del papa Benedicto XVI a ese país, los servicios de seguridad vaticanos le recomendaron vestir un chaleco antibalas durante su estancia en esa nación, no obstante, el pontífice se negó a usarlo causando preocupación en el equipo que se encarga de garantizar su protección.
El papa Benedicto XVI insistió el 27 de noviembre, un día antes de que comenzara su gira de cuatro días por Turquía (un país donde el 98 por ciento de la población profesa la religión musulmana), que el diálogo entre las culturas y las religiones debe estar marcado por el respeto, la reciprocidad y la franqueza, además de la caridad.
En un mensaje dirigido al presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, Paul Poupard, con motivo del encuentro Pan-asiático de miembros y consultores de ese dicasterio de El Vaticano, el pontífice volvió sobre el tema del diálogo entre las religiones.
“La evangelización debe estar acompañada por un compromiso al diálogo sincero y auténtico entre culturas y entre religiones, marcado por el respeto, la reciprocidad, la franqueza y la caridad”, escribió el papa.
La visita del papa Benedicto XVI a tres ciudades de Turquía (Ankara, Izmir y Estambul) está causando una gran controversia en la sociedad turca, varios grupos extremistas han amenazado de muerte al papa, por lo que las medidas de seguridad se extremarán en la primera visita de Ratzinger al país.
Líder musulmán llama a la calma
La visita “es un paso adelante, pero insuficiente” para paliar el “rencor” que provocaron sus declaraciones sobre el islam en septiembre pasado. Así lo ha dicho el líder religioso turco Ali Bardakoglu, director del Departamento de Asuntos Religiosos, en declaraciones al diario Aksam recogidas por France Press.
Según Bardakoglu, “no hay que considerar el viaje como un gesto suficiente para abrir la puerta del diálogo y reparar el rencor provocado por las desafortunadas declaraciones”.
La visita ha estado rodeada de polémica desde que se dio a conocer. Hace meses se publicó un libro que vaticina la muerte de Benedicto XVI en Turquía a manos de una conspiración. La novela se ha convertido en un éxito de ventas en Turquía desde su publicación.
La obra, El asesinato del papa, está escrita por el periodista otomano Yucel Kaya, y es una obra de intrigas y conspiraciones que, como El código Da Vinci de Dan Brown, ahonda en interpretaciones alternativas del cristianismo, la mitología, el Opus Dei y la masonería.
Un turco que casi mata al papa
En 1981, el turco Ali Agca intentó acabar con la vida de Juan Pablo II en un atentado que conmocionó a todo el mundo. Agca, liberado en enero, advirtió al papa que si viaja a Estambul su vida podría correr peligro.
Decenas de miles de seguidores del islámico Partido de la Felicidad se reunieron el domingo 25 de noviembre en una céntrica plaza de Estambul en protesta por la visita del papa Benedicto XVI a Turquía.
“El papa no debe venir”, “Estambul no es Constantinopla” o “Santa Sofía debe ser una mezquita” eran algunos de los gritos de los 50 mil manifestantes (100 mil, según los organizadores) que asistieron a la protesta.
Desde el principio de su pontificado Benedicto XVI ha dicho que el diálogo interreligioso tiene un límite y que éste debe pasar, prioritariamente, por el encuentro de las culturas y no por la búsqueda de sometimiento de los valores religiosos de cada interlocutor.
Con el anuncio de su visita a la mezquita Azul, programada para el jueves 30 de noviembre durante su estancia en Estambul, el papa enviará un gesto de respeto hacia el mundo musulmán, según lo dijo el director de la sala de prensa de la Santa Sede, Federico Lombardi.
El viaje apostólico tendrá tres objetivos: el interreligioso, el ecuménico y el católico, dijo, por lo cual se espera también que la actitud del pontífice demuestre su interés de renovar el diálogo entre las religiones, sobre todo con la islámica.
Revista Protocolo
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