Los integrantes de la Guardia Suiza no vendrán a México con su pintoresco vestuario tradicional, el traje y la corbata será su uniforme
Por Luis Felipe Hernández Beltrán
Todos los católicos del mundo creen en el cuidado de un “ángel de la guarda”, el Papa no es la excepción, su santidad no solo cuenta con uno celestial, sino con muchos “ángeles” terrenales.
Siempre llaman la atención por sus coloridos vestuarios, generalmente en amarillo, azul, negro y rojo; a veces los confunden con juglares de la Europa del siglo XVI, otros más como arlequines y algunos como integrantes de algún grupo de tuna o estudiantina.
Y a eso, hay que aumentarle que su estatura sobrepasa los 1.75 metros, y a pesar de lo gracioso que puede ser su vestuario, siempre guardan un semblante de seriedad y respeto.
La Guardia Suiza, como se les conoce, son los hombres encargados de cuidar la seguridad del Papa en turno y de todo el Estado Vaticano; tanto en los eventos que se realizan ante multitudes en la Plaza de San Pedro, como en las giras internacionales que realiza el sumo pontífice.
Revisión exhaustiva
Con motivo de la visita del papa Francisco a México, varios de estos personajes se encuentran en nuestro país desde mediados de enero, eso sí, vestidos de civil, y en coordinación con integrantes del Estado Mayor Presidencial mexicano, afinan todos los detalles para la logística y que la visita de su santidad se dé en las mejores condiciones de seguridad, tanto para el santo padre, el presidente Enrique Peña Nieto e invitados especiales, como para los millones de mexicanos que en los eventos privados y calles verán pasar al Papa en México.
Los serios del traje vistoso
Los integrantes de la guardia suiza tienen un entrenamiento militar, es el ejército del Vaticano y solo cuenta con 100 elementos, aunque siempre tienen algunas reservas.
Su característico uniforme se debe a los personajes que aparecen en varios de los murales de los artistas renacentistas italianos Rafael Sanzio y Miguel Ángel Buonarroti.
Es la guardia del Vaticano desde el siglo XVI, impuesto así por el entonces papa Sixto IV, quien formó una alianza con la desaparecida Federación Suiza, hoy llamada simplemente Suiza; por lo que los integrantes deben tener esa nacionalidad, aparte de otras especificaciones como ser practicantes del catolicismo, tener entre 19 y 30 años de edad, gozar de una conducta intachable y recibir un exhaustivo entrenamiento militar en las fuerzas armadas suizas.
Portan en la cabeza un casco plateado con una pluma roja, el tamaño de ésta determina el cargo que puedan tener; entre más grande, es una jerarquía más alta; todos portan guantes blancos, que mientras están en guardia no se deben quitar; y algunos, los que ostentan rangos importantes, portan en su torso una armadura como las que usaban los caballeros medievales.
Su calzado hace juego con el resto de su uniforme, igual de colorido con las altas tonalidades de amarillo y azul.
Entre la seriedad y buen humor con el Papa
Francisco, es el primer papa del que se sabe, gusta tener un contacto cercano con los miembros de la Guardia Suiza: los saluda de mano y llega a bromear con ellos, y hasta se ha tomado “selfies” con algunos.
El máximo jerarca de la iglesia católica mundial siempre cuenta con su “ángel mayor”, a quien apodan “La Sombra del Papa”, el policía italiano Domenico Giani, quien ocupa ese cargo desde 2006 con el papa Benedicto XVI y ahora lo hace con Francisco.
Revista Protocolo
