La política exterior alemana es una política de paz
El nuevo ministro federal de Relaciones Exteriores de Alemania, Guido Westerwelle, tomó posesión de su cargo
El ministro federal de Relaciones Exteriores de Alemania, Guido Westerwelle, tomó posesión de su cargo en el Ministerio Federal de Relaciones Exteriores. En su primera comparecencia, el nuevo funcionario anunció un desarrollo activo de la política exterior y europea alemana en cuanto acervo inestimable de la República Federal de Alemania.
El ministro saliente, Frank-Walter Steinmeier, llevó a cabo el traspaso de poderes a su sucesor en el cargo en la sede del Ministerio en el Werderscher Markt y dio la bienvenida a los nuevos ministros adjuntos, Cornelia Pieper y Werner Hoyer.
Desarrollo activo de la política exterior
En su discurso de presentación, el nuevo ministro federal de Relaciones Exteriores reafirmó la continuidad de la exitosa política exterior alemana, recalcando que forma parte del “acervo político más valioso de nuestra República”. La política exterior alemana, afirmó, siempre obtiene sus mejores resultados “trabajando codo con codo con nuestros socios”.
Alemania, señaló, no necesita andar buscando retos que plantearse en política exterior y europea, porque le vienen dados de por sí. La tarea de la política consiste “no sólo en reaccionar sino en actuar activamente”.
Como ejemplo mencionó la crisis económica y financiera global, que ha puesto de manifiesto las carencias de las normativas internacionales existentes. Westerwelle insistió en la necesidad de reformar urgentemente el G-8, el G-20, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y otros organismos. Las correspondientes reformas, destacó, también son necesarias para responder adecuadamente a retos como el cambio climático, la seguridad global, la vigencia de los principios del Estado de derecho o el abastecimiento de alimentos.
Asimismo, Westerwelle subrayó la necesidad de volver a potenciar el fomento de la economía exterior con visión estratégica. También se refirió a la importancia que seguirá dándose a la política cultural y educativa exterior, que en sus palabras seguirá siendo “la tarjeta de presentación de nuestro país en el mundo”.
Fortalecimiento de las relaciones bilaterales
El nuevo ministro federal de Relaciones Exteriores concede atención preferente a las relaciones bilaterales con los países vecinos de Alemania. Westerwelle insistió en la necesidad de profundizar en particular las relaciones con los vecinos orientales: “El proyecto iniciado por Walter Scheel y Willy Brandt con su Ostpolitik en el año 1969 (…) debe llevarse a su culminación.”
La exigencia de la “convergencia” se plantea especialmente entre las sociedades de Alemania y sus vecinos orientales. Entre Alemania y Francia ese objetivo ya está logrado, recordó. “Nuestra tarea es alcanzar la misma calidad en las relaciones entre los miembros orientales y occidentales de la UE.”
Por una Europa capaz de actuar
Westerwelle también quiere construir activamente la Europa del futuro. En este contexto, señaló que con el proceso de la integración europea Alemania y la UE disponen de un “acervo de experiencia incomparable” para el mundo cambiante de la era de la globalización. “El modelo de cooperación europeo (…) es nuestra propuesta al mundo del siglo XXI.”
Se mostró confiado en que el “largo y laborioso” proceso de reforma de las instituciones europeas se llevará “pronto a feliz término”. El Tratado de Lisboa, dijo, proporcionará a Europa una “nueva capacidad de actuación”.
Europa también ocupó un lugar muy destacado en la agenda de su primer día de trabajo: Tras tomar posesión de su cargo el Westerwelle viajó a Bruselas para asistir al Consejo Europeo.
Revista Protocolo
Palabras relacionadas: Alemania, Guido Westerwelle, política exterior
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El ministro federal de Relaciones Exteriores de Alemania, Guido Westerwelle, tomó posesión de su cargo en el Ministerio Federal de Relaciones Exteriores. En su primera comparecencia, el nuevo funcionario anunció un desarrollo activo de la política exterior y europea alemana en cuanto acervo inestimable de la República Federal de Alemania.
El ministro saliente, Frank-Walter Steinmeier, llevó a cabo el traspaso de poderes a su sucesor en el cargo en la sede del Ministerio en el Werderscher Markt y dio la bienvenida a los nuevos ministros adjuntos, Cornelia Pieper y Werner Hoyer.
Desarrollo activo de la política exterior
En su discurso de presentación, el nuevo ministro federal de Relaciones Exteriores reafirmó la continuidad de la exitosa política exterior alemana, recalcando que forma parte del “acervo político más valioso de nuestra República”. La política exterior alemana, afirmó, siempre obtiene sus mejores resultados “trabajando codo con codo con nuestros socios”.
Alemania, señaló, no necesita andar buscando retos que plantearse en política exterior y europea, porque le vienen dados de por sí. La tarea de la política consiste “no sólo en reaccionar sino en actuar activamente”.
Como ejemplo mencionó la crisis económica y financiera global, que ha puesto de manifiesto las carencias de las normativas internacionales existentes. Westerwelle insistió en la necesidad de reformar urgentemente el G-8, el G-20, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y otros organismos. Las correspondientes reformas, destacó, también son necesarias para responder adecuadamente a retos como el cambio climático, la seguridad global, la vigencia de los principios del Estado de derecho o el abastecimiento de alimentos.
Asimismo, Westerwelle subrayó la necesidad de volver a potenciar el fomento de la economía exterior con visión estratégica. También se refirió a la importancia que seguirá dándose a la política cultural y educativa exterior, que en sus palabras seguirá siendo “la tarjeta de presentación de nuestro país en el mundo”.
Fortalecimiento de las relaciones bilaterales
El nuevo ministro federal de Relaciones Exteriores concede atención preferente a las relaciones bilaterales con los países vecinos de Alemania. Westerwelle insistió en la necesidad de profundizar en particular las relaciones con los vecinos orientales: “El proyecto iniciado por Walter Scheel y Willy Brandt con su Ostpolitik en el año 1969 (…) debe llevarse a su culminación.”
La exigencia de la “convergencia” se plantea especialmente entre las sociedades de Alemania y sus vecinos orientales. Entre Alemania y Francia ese objetivo ya está logrado, recordó. “Nuestra tarea es alcanzar la misma calidad en las relaciones entre los miembros orientales y occidentales de la UE.”
Por una Europa capaz de actuar
Westerwelle también quiere construir activamente la Europa del futuro. En este contexto, señaló que con el proceso de la integración europea Alemania y la UE disponen de un “acervo de experiencia incomparable” para el mundo cambiante de la era de la globalización. “El modelo de cooperación europeo (…) es nuestra propuesta al mundo del siglo XXI.”
Se mostró confiado en que el “largo y laborioso” proceso de reforma de las instituciones europeas se llevará “pronto a feliz término”. El Tratado de Lisboa, dijo, proporcionará a Europa una “nueva capacidad de actuación”.
Europa también ocupó un lugar muy destacado en la agenda de su primer día de trabajo: Tras tomar posesión de su cargo el Westerwelle viajó a Bruselas para asistir al Consejo Europeo.
Revista Protocolo
