150 militares mexicanos conformaron la delegación, que tuvo presencia el año pasado en el desfile militar en Francia
Texto: Luis Felipe Hernández Beltrán
Campos Elíseos, en París, Francia, es una de las avenidas más hermosas del mundo, donde se concentran numerosos sitios para espectáculos, cafeterías, restaurantes, boutiques. Su parte inferior está muy arbolada gracias a los jardines de los Campos Elíseos. Y en el borde de la avenida, se encuentra el Palacio del Elíseo, sede de la presidencia de la República.
Cada año, la avenida acoge el tradicional desfile militar por el día de la fiesta nacional que se conmemora el 14 de julio, fecha en que se recuerda un aniversario más de la Toma de la Bastilla, y ocasión en la que Campos Elíseos se pinta con más colores gracias a la presencia del ejército francés y alguna tropa de otro país, invitada por el presidente en turno, para participar en el desfile militar tradicional.
El año pasado no fue la excepción, pues además de la presencia del ejército francés, México, por indicaciones del presidente francés Francois Hollande, fue el país invitado a participar en la conmemoración, a la que acudió el presidente Enrique Peña Nieto y una comitiva de políticos, empresarios y personalidades en el presídium principal; pero quienes más lucieron, fueron los 150 elementos que en conjunto llevaron la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y la Secretaría de Marina (Semar); específicamente del Heroico Colegio Militar, el Colegio del Aire, la Heroica Escuela Naval y hasta la Gendarmería de la Policía Federal.
Aunque quienes más sorprendieron, fueron seis águilas mexicanas que también participaron en el desfile, a quienes previamente, se les realizaron pruebas sanitarias para garantizar su buen estado de salud y calidad en su entrenamiento, y evitar algún contagio con aves francesas.
La delegación mexicana tuvo la responsabilidad de abrir dicho desfile, del Arco del Triunfo a la Plaza de la Concordia, en donde lo que más llamó la atención fueron los soldados que lucían en sus hombros a las amaestradas aves; siguieron las fuerzas armadas francesas, por tierra y por aire, para finalizar, con un salto en paracaídas en donde el ejecutante frenó frente a los presidentes de México y Francia.
Otra misión que tuvieron los soldados mexicanos en París, fue acompañar al mandatario mexicano para depositar una ofrenda floral en el pequeño monumento al “Soldado desconocido”, en la parte frontal del Arco del Triunfo.
Otro detalle que dejó sorprendido al presidente Hollande, fue el buque Cuauhtémoc, de la Escuela Naval Militar, que llevaron hasta Francia para presumirlo ante las autoridades del país europeo.
La participación de México en el desfile militar de Francia, fue calificada como histórica, pues por primera vez, un país latinoamericano intervino en la celebración más importante de la nación gala.
Revista Protocolo
