José Luis Machinea, secretario ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), le entregó el pasado 9 de junio a Rafael Alburquerque, vicepresidente de la República Dominicana, la síntesis del estudio La República Dominicana en 2030: hacia una nación cohesionada, en el marco del trigésimo segundo periodo de sesiones de la Cepal que se lleva a cabo en Santo Domingo.
La Cepal sostiene que República Dominicana podría situarse en el grupo de las naciones de desarrollo medio alto en un cuarto de siglo. El organismo regional de las Naciones Unidas plantea para ello una meta viable: alcanzar hacia 2030 un ingreso por habitante tres veces mayor que en 2006.
El estudio, coordinado por Víctor Godínez y Jorge Máttar, propone una visión estratégica que sienta las bases para mantener al país en un proceso de desarrollo sostenible y propone las medidas necesarias en el orden institucional, económico y social. En el documento se identifican las transformaciones necesarias para lograr este objetivo.
En el documento se sostiene que, de aplicarse un programa integral y sistémico de reformas y acciones de política pública, es posible concebir que la República Dominicana transite hacia un estadio de mayor desarrollo, justicia y democracia, y supere los grandes obstáculos que enfrenta en la actualidad para convertir el crecimiento económico en bienestar para la mayoría de la población.
Esto sería posible si se construyen la capacidad social y los entornos institucionales necesarios para desencadenar el potencial económico y productivo de la nación. En este sentido se identifican siete conjuntos de acciones y reformas:
Mejoramiento de la calidad y la eficacia de las instituciones. Las propuestas de reforma buscan ampliar los espacios de gobernabilidad democrática e instaurar mecanismos más eficaces a favor de la transparencia, la probidad y rendición de cuentas.
Incremento sostenido de los niveles de cohesión social y territorial. El fortalecimiento de la institucionalidad democrática deberá incidir en el proceso de construcción de la ciudadanía, garantizando a la población el pleno ejercicio de sus derechos sociales. La sociedad dominicana debería ser en el próximo cuarto de siglo mucho más igualitaria de lo que es hoy. Es necesario que la gran iniquidad en la distribución de la riqueza empiece a corregirse.
Promoción activa del empleo pleno y productivo y el trabajo decente. Las oportunidades de acceso a los mercados laborales deben ampliarse, erigiéndose en un mecanismo directo de inclusión social. Las políticas de cambio productivo que se proponen, incluida la definición de un perfil de inserción internacional más eficiente, deberán propiciar aumentos sostenibles de la productividad media de la economía y ampliar su capacidad de absorción laboral, con trabajos de mejor calidad y con mayores remuneraciones.
Recuperación y modernización del sector agropecuario. Las propuestas se orientan a mejorar su productividad, para aprovechar las favorables condiciones de la demanda mundial de alimentos y la mayor demanda interna. La concertación de la acción pública y privada se considera decisiva para el desarrollo sostenible de cadenas productivas agroindustriales. El sector agropecuario está llamado a ser uno de los pilares básicos del mejor desempeño económico y social de la República Dominicana hacia 2030.
Fortalecer estratégicamente el tejido industrial y su capacidad competitiva. Para ello hay que dar prioridad a las políticas públicas que conduzcan a la creación de un verdadero sistema nacional de innovación. Las propuestas buscan configurar un nuevo sector manufacturero que escale posiciones en distintas cadenas de valor, acrecentando su contenido tecnológico, tanto en el segmento de las industrias tradicionales como en el de las nuevas industrias. Dentro de los servicios de exportación, el turismo merece una consideración aparte, por su aporte a las divisas, el empleo y como generador de eslabonamientos con el resto del aparato productivo. Los escenarios sectoriales y del sector externo construidos hacia 2030 para este estudio confirman la enorme capacidad real y potencial de integración de los sectores agropecuario y manufacturero a la demanda del turismo.
Reestructurar las bases institucionales y operativas del sector energético. El éxito de la nueva estrategia de desarrollo supone la corrección definitiva de los principales desequilibrios del sector energético. La modernización y reorganización de las industrias de energía se conciben como una base estratégica e indispensable del proceso de desarrollo.
Diseñar una estrategia a largo plazo y dispositivos institucionales para una inserción eficiente en la economía internacional. En este ámbito se pretende garantizar que en 2030 la República Dominicana tenga una inserción económica internacional competitiva y flexible. El estudio plantea la creación de dispositivos institucionales al servicio de una estrategia de integración externa eficiente y sostenible, basada en una perspectiva sistémica con pautas, prioridades, objetivos y métodos de evaluación del desempeño del sector externo y las principales variables que lo afectan territorialmente.
La estrategia propuesta por la Cepal para República Dominicana tiene dos facetas. Por una parte, busca preservar sobre bases renovadas y sostenibles el dinamismo de la economía, que ha sido una de las principales fortalezas de la experiencia dominicana de desarrollo en las últimas dos décadas y, por otra parte, superar una de sus principales debilidades estructurales: ese dinamismo económico no se ha traducido en un incremento proporcional del bienestar interno, la equidad y la cohesión social.
Los capítulos que componen esta obra se basaron en estudios específicos de varios autores sobre instituciones y gobernabilidad democrática, pobreza, cohesión territorial, mercado de trabajo, sector agropecuario, sector industrial, competitividad, energía y sector externo. Contiene además un extenso compendio estadístico.
Revista Protocolo
