La Navidad es una excelente ocasión para enseñar a los niños que dar puede ser tan placentero como recibir, o incluso más
Por AFRC
La ilusión incontenible de la noche más mágica del año representa para los niños una emoción y experiencia sin igual. Ya sea para aquellas familias en las que los reglaos navideños los trae el Niño Jesús, los Santos Reyes Magos, o ese famoso personaje vestido de rojo popularmente conocido como Santa Claus, San Nicolás o Papá Noel.
Para los peques es tanta la emoción que casi resulta imposible dormir, anticipando la alegría de encontrar fantásticos regalos al despertar. Y no se diga los padres, quienes también quieren que sus niños mantengan un recuerdo imborrable de estas fechas, por lo que te presentamos algunas sugerencias para hacer de esta Navidad aún más mágica para tus hijos:
Practica la generosidad
La Navidad es una excelente ocasión para enseñar a los niños que dar puede ser tan placentero como recibir, o incluso más.
Para ejecutar esta práctica, las familias pueden elegir un regalo útil y bonito para obsequiarlo a personas o familias menos privilegiadas, y también seleccionar juguetes en buen estado que los niños ya no usen, se recomienda que estos no utilicen pilas.
Cambia las reglas
Tener niños pequeños alrededor nos obliga constantemente a ser flexibles, y eso incluye modificar algunas de nuestras tradiciones más arraigadas.
Permite que tus pequeños y todos los integrantes de la familia participen en la decoración del árbol de Navidad, aunque el resultado final no sea el que tú esperabas. Este tipo de prácticas unen más a las familias, se vuelven una experiencia entrañable para todos y son una muestra de que las cosas no “tienen que ser” siempre de una manera determinada.
Esto también aplica para la comida y los horarios de la cena: Para los niños es conveniente considerar uno o dos platillos opcionales, en caso de que no les agrade ninguno de los que por tradición se acostumbran en la época. Pueden ser un espagueti a su gusto, rollitos de jamón con queso o algo que sabes que a ellos les gustará.
En cuanto a los horarios, también es válido ajustar estos a las necesidades familiares para que los pequeños puedan celebrar tanto como los adultos de los festejos. No hay nada de malo en organizar una piñata y actividades desde temprano para los pequeños del hogar, así como cenar a las ocho o nueve de la noche para que ellos también puedan ser partícipes de este acontecimiento.
Deja pistas
La magia no solo existe, sino que deja huellas. Eso es algo que saben muy bien quienes han visto las “pisadas” de Santa Claus al lado de la chimenea de su casa, o las galletitas mordisqueadas por los Reyes Magos.
En otros hogares la tradición es dejar un vaso de leche para Papá Noel, y una manzana o algunos dulces.
Revive la historia
Si sigues una tradición religiosa, léeles a tus hijos pasajes de la Biblia u otro libro sagrado relacionado con los acontecimientos de estas fechas, o cuentos que hablen con palabras sencillas sobre las celebraciones que tu familia lleva a cabo.
O investiga con ellos la historia de San Nicolás, y lo que se hace en diferentes culturas durante estas fechas.
Protagonismo a los niños
Estas son las fechas que esperas recuerden toda su vida, así que inclúyelos en mucho más que la lista de regalos.
Envolver regalos, cocinar y elegir decoraciones son solo algunas de las muchas cosas en las que los más pequeños pueden participar. Pero, ten paciencia. El objetivo no es tanto que te ayuden, como que la pasen bien y se sientan parte de las celebraciones.
Vuelve a la niñez
Cocinar, comprar regalos, enviar tarjetas, recibir a la familia además de atender a tu bebé o a tus niños pueden ser una carga extra en estos días en que recae en ti buena parte de la responsabilidad de hacer que los demás estén contentos.
Ya sea reviviendo lo que te hacía feliz de niña, o dejándote llevar por lo que más ilusiona ahora a tus hijos, prueba a quitarte unos años de encima: ve a ver una película en la que Santa Claus es el protagonista, cómete un trozo de rosca de Reyes, ponte un gorro rojo, participa en una guerra de bolas de nieve… ¡y disfruta!
Revista Protocolo
