El consulado estadounidense en la ciudad fronteriza mexicana de Nuevo Laredo reanudó sus actividades, luego de permanecer cerrado durante una semana debido a la inseguridad fronteriza.
La resolución fue anunciada por el embajador Tony Garza como respuesta a que el gobierno de México adoptó medidas decisivas para frenar la violencia.
En un comunicado, el embajador anunció que giró instrucciones para la reapertura del consulado, tras de que Carlos Abascal y Luis Ernesto Derbez, secretarios de Gobernación y Relaciones Exteriores, lo convencieron de que el presidente Vicente Fox «tiene el compromiso de combatir el tráfico de estupefacientes y recuperar la frontera».
El embajador reconoció que «la criminalidad a lo largo de la frontera no va a desaparecer de la noche a la mañana. Los compromisos que ha expresado el gobierno de México me alientan y confortan. El presidente Fox comprende que las bandas criminales y los traficantes de drogas representan una amenaza para nuestras familias, nuestros niños y nuestra forma de vida. En repetidas ocasiones he dicho que poner fin a la violencia en la frontera es una responsabilidad compartida y derivado de dicho compromiso, Estados Unidos acompaña hombro con hombro al pueblo de México».
Ésta no es la primera ocasión que el consulado de Estados Unidos en Nuevo Laredo cierra sus puertas, en 2003 estuvo clausurado por cuatro meses para investigar un escándalo en el que cuatro empleados se declararon culpables de vender visas hasta por 1,500 dólares. Tras el hecho, el consulado tuvo que contratar a personal nuevo para la tramitación de las solicitudes de visado.
El consulado en Nuevo Laredo era el quinto de Estados Unidos con mayor actividad en el mundo en 2001, último año del que hay estadísticas disponibles.
