La mayoría de las economías africanas han estado creciendo desde finales de la década de los noventa
Por Embajador Eduardo Roldán*
África tiene una extensión de 30 millones de kilómetros cuadrados. Es el segundo continente más poblado del mundo. Cuenta con una población de más de 900 millones de habitantes. Lo integran 55 países, cada uno de los cuales representa características diferentes. La región no constituye un ente monolítico. Es un mosaico de culturas y civilizaciones. No hay que olvidar que tan sólo África cuenta con 55 votos (casi 30 por ciento del total) en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas. Así, se hace evidente la imposibilidad de impulsar una candidatura ante un organismo internacional o una propuesta en el seno de Naciones Unidas sin el apoyo del continente africano.
La mayoría de las economías africanas han estado creciendo desde finales de la década de los noventa. La gestión macroeconómica ha mejorado, se ha impulsado la liberalización de los mercados y se han diversificado gradualmente las exportaciones. Se ha promovido también una mayor participación de la iniciativa privada y se han incrementado los esfuerzos por dar contenido a la integración regional. En este sentido ha habido avances en términos de la lucha contra la corrupción, la revisión y evaluación de la gobernabilidad política, la administración y el desarrollo socioeconómico. No obstante, esto aún no se refleja en varios países en la disminución de la pobreza.
En este tenor es importante destacar que el norte de África (Magreb): Argelia, Libia, Marruecos, Mauritania y Túnez son países destacados del continente. Para la segunda década de este siglo algunos de estos países del norte de África, Argelia y Libia, constituyen una gran competencia con el Medio Oriente en términos de producción de reservas de hidrocarburos. La población de todos los países arriba mencionados es superior a los 50 millones. El 99 por ciento de la población es musulmana.
Si bien, por ahora, prevalece cierta inestabilidad en el caso de Libia; en los casos de Argelia, Marruecos, Mauritania y Túnez se trata de una zona donde avanza la democracia y los esfuerzos de modernización pueden encontrar sustento en las riquezas naturales y en una población pujante y cada vez más educada.
El Magreb, importancia estratégica
Las grandes potencias han dado una nueva importancia al Magreb —y al continente africano en general— y se esfuerzan por consolidar su presencia en la región. Incluso los países emergentes, conscientes también de la importancia geopolítica del Magreb, han desarrollado diversas estrategias para no desaprovechar las ventajas económicas y políticas del norte de África. China, Estados Unidos y Rusia llevan a cabo una estrategia económica, geopolítica y cultural a través de las casi 53 embajadas que cada uno de esos países tiene en África y sus múltiples consulados honorarios. India tiene 23 embajadas, Brasil tiene 27, Venezuela tiene una veintena de embajadas, Cuba tiene una treintena y México sólo nueve.
El Magreb es una de las zonas más importantes en términos de geopolítica y seguridad internacional, por lo que México ha estado modificando su estrategia diplomática y consolidando su presencia en la zona. Esto en función de las grandes transformaciones mundiales que se han dado en las últimas décadas. Por todo ello, el activismo internacional ha sido fundamental para fortalecer la capacidad de interlocución de México con esta región del mundo, diversificar vínculos y garantizar su participación en la toma de decisiones importantes de la agenda internacional.
México ha buscado reencauzar las relaciones diplomáticas con los países del Magreb mediante el fomento de una relación basada en el diálogo político constructivo, en la cooperación y el mutuo respeto. Además, se han ampliado los intercambios económicos y comerciales, así como promovido las oportunidades de negocios para empresarios mexicanos en dichos mercados. Pero se requiere un mayor esfuerzo.
Se ha impulsado la instrumentación de acuerdos bilaterales en materia de cooperación educativa-cultural y tecnológico-científica, principalmente en sectores de punta para que contribuyan al desarrollo del capital humano. Éstos, sin duda, constituyen un ámbito privilegiado de las relaciones entre México y los países de la región, además de que refuerzan los lazos de amistad y solidaridad entre los países.
México cree en la alianza de las civilizaciones y no en la confrontación entre ellas. De ahí que estimular el diálogo cultural haya sido una prioridad en la relación diplomática con Argelia, Libia, Marruecos, Mauritania y Túnez. En ese sentido es claro y evidente que México ha manifestado una relación amistosa con estos países. Sin embargo los cambios que se han producido en la zona exigen de México un seguimiento más puntual de los acontecimientos a fin de preparar el terreno para una presencia más activa en el curso de la próxima década.
En estas circunstancias, África del Norte representa y representará para México, en pocos años, un camino natural para lograr la diversificación del comercio exterior. Por eso el trabajo por realizar de inmediato, debe tender a asegurar una mayor presencia de nuestro país en esta región del mundo generando la atmósfera conducente a la facilitación del comercio, del diálogo político e intercambio cultural permanentes. A nivel sectorial, habría que fortalecer el comercio de bienes de consumo tales como los sectores agroalimentario, de bebidas, de medicamentos genéricos, de productos farmacéuticos y paramédicos, de autopartes, de electrodomésticos y de la construcción, particularmente de la vivienda e infraestructura petrolera.
¿Por qué México debería interesarse más en el Magreb?
Desde un punto de vista económico, el norte de África tiene enormes potenciales: la región ha registrado tasas de crecimiento espectaculares en los últimos años. Además, el Magreb representa un mercado importante y atractivo. Finalmente, la abundancia de recursos naturales estratégicos tampoco debe olvidarse.
Desde un punto de vista político, México debería fortalecer y estrechar sus lazos con el Magreb con el objetivo de conseguir aliados en la esfera diplomática internacional. Como ya se ha mencionado, la situación del Magreb como frontera norte de África y como frontera occidental del Mundo Árabe, hacen de Argelia, Liba, Marruecos, Mauritania y Túnez los interlocutores naturales para acceder al África Subsahariana.
Durante la última década (2006-2015) el gobierno mexicano se ha interesado de nuevo en el Magreb y en África y ha iniciado una estrategia diplomática para el continente. Ésta abarca temas diversos como la apertura de nuevas embajadas, diálogo político, identificación de proyectos de cooperación y de oportunidades comerciales y de inversión. Sin embargo, el nuevo auge económico africano, y magrebí en particular, exige una visión más audaz de largo plazo de parte de México y una política comercial deliberada con objetivos y prioridades precisas. De no hacerlo, México desaprovechará importantes oportunidades económicas, políticas, diplomáticas y culturales.
En síntesis, el nivel alcanzado por la relación entre México y el Magreb a lo largo de los últimos lustros ha abierto oportunidades para la cooperación bilateral. Se cuenta con un marco jurídico que, si bien puede y debe seguir siendo ampliado, proporciona a las partes los instrumentos necesarios para avanzar y fortalecer sus relaciones.
* Presidente de la Asociación del Servicio Exterior Mexicano (ASEM). Embajador de México en Argelia, Libia, Mauritania y Túnez del año 2006 a marzo 2012. Jefe de Cancillería y Encargado de Negocios Ad ínterim en la Embajada de México en Corea del Sur. PH.D.abd. en la Columbia University, de EUA y en la UNAM, Doctorado en Ciencias Políticas con mención honorífica. Es autor de un centenar de ensayos publicados en revistas nacionales e internacionales y/o coautor de 20 libros, entre ellos Las relaciones económicas de China, Rusia hacia el Pacífico, La política exterior china, Las grandes potencias en el noreste asiático, etc. En 2004, se le otorgó la Presea AMEI “Emb. Alonso García Robles” como internacionalista del año y miembro distinguido. En 2015, se le otorgó la Medalla Benito Juárez al Mérito Ciudadano.
Revista Protocolo
