México

Mamá, yo te quiero decir… Hija, yo te quiero expresar…

Inseparables, es muy común ver juntas a Verónica y Vanessa

Diplomáticas, modelos y musulmanas… Así celebrarán tres parejas de madres e hijas este día especial

Texto: Luis Felipe Hernández Beltrán para la revista Protocolo Copyright©

Fotografías: Cortesía de las participantes

Hoy, en el marco de la celebración del Día de las Madres, la revista Protocolo se dio a la tarea de convocar a distintas mamás e hijas a que compartieran su sentir, por medio de unas palabras, ya sea a las personas a quienes, gracias a ellas, gozan del privilegio de ser madres, o bien, quienes ven en sus progenitoras, ejemplos dignos de seguir.

¡Feliz Día de las Madres!

Verónica y Vanessa: Herencia de belleza y diplomacia

Verónica no solo le heredó el talento a Vanessa, sino también la belleza

Mientras Verónica Alfaro les enseña a personalidades renombradas desde un helicóptero las maravillas de México, lo que la ha convertido en un referente en el sector de la aviación privada, su hija, Vanessa Duhart Alfaro, es la encargada de cultura de la Embajada de Líbano en México, de ella depende que las actividades de contenido artístico y cultural en las que participa la sede diplomática libanesa en nuestro país, salgan a la perfección.

Madre e hija se han vuelto inseparables, se les ve juntas en eventos, echándose porras mutuamente, y con la pura mirada se nota el orgullo que una siente por la otra y viceversa.

Sin embargo, ya dejarán de ser dos… En marzo pasado, Vanessa anunció que está embarazada y aunque hasta el momento se desconoce el sexo del bebé, no se descarta que en un futuro no muy lejano, ver a los tres —o las tres— triunfando como familia de empresarias, amantes del arte y diplomáticas.

Así se refiere Verónica de Vanessa:

“Ser madre es la más grande bendición de Dios…

Significa cambiar tu vida, tu tiempo y tu forma de pensar por tus hijos…

Significa dar todo tu corazón y entregar tus fuerzas cada día para sacar a tus hijos adelante, inculcarles valores y enseñarles a vivir…

Significa tener una razón de ser para el resto de tu vida…

Como mamá he tenido sentimientos encontrados al ver cómo mi hija creció y se realizó personal y profesionalmente sintiendo mucha dicha y al mismo tiempo nostalgia cuando dejó nuestro hogar para formar el suyo…

El amor de una madre es el amor más sincero y puro que puede existir…

Ser madre es una gran responsabilidad, es educar con el ejemplo, con sacrificio, con valentía y con amor…

Ser mamá de Vane ha sido mi mayor alegría, quien le dio un gran valor y significado a mi vida y la más grande bendición de Dios…”

Y así le contesta Vanessa a su mamá:

“Mamá, para mí, ser tu hija es mi más grande orgullo, no solo me has guiado a través de tu ejemplo a la práctica, también a la grandeza… Tu amor incondicional me ha llevado a ser quien soy, gracias por dedicar tu vida a formarme como persona, gracias por entregar lo mejor de ti y aún más, gracias por estar siempre a mi lado, en las buenas y en las malas, por ser mi compañera, mi cómplice y mi mejor amiga.. ¡Tu amor de madre nunca deja de sorprenderme!

Eres mi ejemplo a seguir en esta nueva etapa de mi vida, estoy segura de poder transmitirle a mi hij@ los valores que me inculcaste, la educación que me diste y el amor que día a día me demuestras…”

María de los Ángeles y Carla Ivette: Mamá un modelo digno de seguir

Desde que entró la moda por la fotografía artística de modelos, era común que fotógrafos se interesaran en trabajar con María de los Ángeles Rubí y con Carla Ivette Arroyo para lucir en sus tomas y obtener extraordinarios trabajos fotográficos, lo que muchos no se imaginaban, al momento de solicitar los servicios de las dos, o bien, cuando una acompañaba a la otra a las sesiones fotográficas, es el lazo sanguíneo que hay entre ellas: madre e hija.

Aunque el modelaje es solo un hobbie para las dos ya que por separado cada una se desenvuelve en distintos trabajos, Carla ve en María, literalmente, un modelo digno de seguir, para triunfar en la vida.

Así le habla María a Carla:

“Hija mía:

Carla Ivette Arroyo Rubí

Un gran nombre para una gran mujer, gracias por enseñarme tanto durante el transcurso de tu vida.

Cuando naciste comprendí ese inmenso amor de madre por un hijo, me enseñaste el valor de vivir, la ilusión y la gran responsabilidad de ser madre.

Cuando enfermabas, tus días de prescolar, primaria, me enseñaste la responsabilidad, el valor del tiempo al verte crecer.

Tus años de secundaria y preparatoria me enseñaron el miedo de lo que sería de tu vida y me enseñaste a superarlo con tu fortaleza.

Tus años de universidad me enseñaron el poder de tus esfuerzos y sacrificios, me diste una gran felicidad y me sentí intensamente orgullosa de ti, pero ante todo siempre he aprendido mucho a tu lado.

Aprendí el valor de una gran amiga e hija, toda tú eres mi enseñanza, agradezco tanto de tus consejos y regaños de mamá, ja, ja, ja.

Y sé que aún me queda mucho que aprender de ti y agradezco el que seas mi hija.

Te amo tanto, con ese amor tan puro e incondicional que solo puede darse entre madre e hija.

Gracias por ser tú.

Atte.: Tu mamá, María de los Ángeles Rubí Olvera.”

Y Carla no se pudo quedar atrás:

“Madre querida:

Me faltarán palabras para expresar lo agradecida que estoy de que me trajeras a tus brazos, porque desde el primer momento demostraste tener la capacidad de ser una gran madre.

Nadie nos enseña en esta vida a ser padres ni ser hijos, y aunque no es nada fácil, cada aprendizaje a tu lado ha sido lo mejor.

Desde pequeña me enseñaste que aunque esta vida no es fácil, vale la pena vivirla. Y que después de las lágrimas una sonrisa es la mejor cura para un corazón herido.

A pesar de que muchas veces me he sentido sola, has sido la única persona que siempre está ahí incondicionalmente. Incondicional, total y absoluta ha sido tu entrega y amor de madre, me has enseñado a vencer mis más grandes temores, has ayudado a sanar mis heridas y hasta la más profunda tristeza la has vencido con un sabio consejo y una sonrisa.

Sé que has tenido las más grandes batallas como madre y me has enseñado el valor de nunca darse por vencido.

En verdad estoy inmensamente agradecida por tenerte como madre, por ser más que eso, por ser mi amiga y confidente. Gracias por nunca dejar de creer en mí y nunca permitir que me dé por vencida. Por estar ahí en cada una de mis derrotas, decepciones y fracasos.

Gracias por todas tus enseñanzas, tu pasión, paciencia y dedicación. Gracias porque gracias a ti soy ahora la mujer que soy.

Soy una mujer independiente llena de valores, amor, humildad y fortalezas. Gracias a ti porque sé que me educaste para que me convirtiera en una versión ‘Remasterizada’ de ti. Porque sé que tú amor es tan infinito que siempre has querido lo mejor para mí.

¡Te amo madre mía, María de los Ángeles Rubí Olvera, mi ‘ángel eterno’!

Atte.: tu orate hija, Carla Ivette Arroyo Rubí.”

¡Gracias a Alá! Mamá por primera vez

Aunque Rebecca Kamid es esposa de un joven periodista, está contenta pues en algún día de agosto próximo sabrá lo que es ser mamá por primera vez… ¡y de una niña!

Rebecca, mexicana de ascendencia libanesa, adoptó la religión islámica ya que es la que practica su cónyuge, por ende, no se descarta que la pequeña Jadiyah, cómo se le bautizará, sea educada con los principios y tradiciones fundamentales del islam.

A escasos meses de tenerla en brazos y disfrutar de su presencia, así le habla Rebecca a Jadiyah:

“Emoción, incertidumbre, alegría, nervios, impaciencia y otros sentimientos albergan mi ser al saber que vienes.

Ya quiero conocerte bendición de mi vida…

Gente que apenas conozco y ya te espera…

Eres mi regalo, lo más preciado y amado que Dios me dio…

¡Te amo mi Jadiyah, te espero pronto!”

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