México

Relata Jorge Volpi la historia del científico que le negó a Hitler un arma nuclear

Ofrece conferencia magistral en el marco de 48 aniversario de la firma del Tratado de Tlatelolco

Texto y fotos: Alejandro Barragán

Jorge VolpiCon motivo del 48 aniversario de la firma del Tratado de Tlatelolco el escritor Jorge Volpi dictó una conferencia magistral en la cual abordó el poco conocido proyecto nuclear de la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial.

Jorge Volpi reconoció a Werner Karl Heisenberg como un científico brillante y muy orgulloso de su nacionalidad alemana, sin ser antisemita, quien vivió un periodo de aprecio por la comunidad científica de su país antes de la implantación de la llamada física alemana, la cual pretendía desacreditar los descubrimientos o aportes científicos de la comunidad judía.

Después de la publicación de la teoría de la relatividad de Albert Einstein, Heisenberg vive el hostigamiento de la comunidad científica por renegar de la física alemana, la cual desacredita el trabajo de Einstein. Los científicos alemanes lo califican como un judío blanco.

El científico se negó a abandonar su país debido a su enorme nacionalismo. Cuando Adolfo Hitler inicia la Segunda Guerra Mundial, con la invasión a Polonia, Heisenberg es puesto a cargo del programa nuclear del Tercer Reich, iniciado a partir del descubrimiento del potencial destructivo de la fisión atómica del uranio.

En Alemania, una sociedad científica conocida como el Club del Uranio discute las probabilidades de crear un arma a partir de la fisión atómica del uranio. Para 1940, con Heisenberg a la cabeza, la Alemania nazi aventaja con su programa nuclear dos años a Estados Unidos cuyo proyecto Manhattan comenzó en 1942.

Cuando Hitler invade la Unión Soviética el curso de la guerra, hasta entonces inclinado hacia una victoria alemana, cambia radicalmente y Heisenberg se ve forzado a trabajar en un búnker. Considera que no habrá tiempo para desarrollar una bomba para cambiar el curso de la guerra, se consideraba a sí mismo como el único capaz de desarrollar dicha arma.

Después de la victoria de los aliados sobre Alemania muchos científicos fueron capturados por Estados Unidos y la Unión Soviética. Heisenberg es conducido hacia una granja en Escocia hasta el final de la guerra. Es en este sitio, a través de la radio, donde el científico se entera de las detonaciones de armas atómicas en Hiroshima y Nagasaki, Japón, por parte del ejército estadounidense.

Finalmente, Jorge Volpi mencionó una anécdota según la cual Heisenberg, en cautiverio y después de conocer la noticia de la bomba atómica, toma papel y lápiz para hacer, desesperado, una serie de notas las cuales derivaron en el cálculo correcto respecto a la cantidad de uranio y la masa crítica necesaria para realizar una fisión nuclear. Volpi comentó la teoría, ampliamente aceptada, de que Heisenberg realmente no quiso entregarle a Hitler un arma de destrucción masiva.

El Tratado de Tlatelolco fue el primero de su tipo en lograr una zona de desnuclearización en el mundo, mismo que en su momento creó la entidad intergubernamental denominada Organismo para la Proscripción de las Armas Nucleares en América Latina y el Caribe (OPANAL) con sede en México.

Revista Protocolo

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