En un estudio realizado por la Escuela de negocios, 67 % de las participantes compró moda de segunda mano en el último año. Entre los canales de compra más utilizados están los físicos (mercados, tianguis o bazares) y las tiendas especializadas
Ciudad de México, 28 de agosto de 2024.— La producción y el consumo de ropa, zapatos y accesorios es uno de los sectores que más resiente los efectos de la globalización, con una producción en masa, principalmente de Asia, desde donde los artículos se envían a cualquier destino del planeta con cierto poder adquisitivo; dicha disociación geográfica entre productores y consumidores sucede en el marco del llamado fast fashion, un modelo de operación de la industria que incluye precios extremadamente bajos, mercadotecnia agresiva, entrega inmediata y la tercerización de la producción y la logística de salida.
Ante este panorama, con el impacto ecológico provocado por la comercialización acelerada de las prendas de un solo uso, se vuelven necesarios nuevos esquemas tanto en los modos de producción como en los hábitos de consumo. Para conocer mejor el mercado potencial que representa la compraventa de ropa denominada de “segunda mano”, el papel de las plataformas digitales en su expansión y los obstáculos para que crezca en términos reales, la Escuela de negocios del Tecnológico de Monterrey realizó el estudio “Plataformas de moda de segunda mano. Explorando factores que afectan su adopción”.
Este reporte es un esfuerzo colaborativo de diferentes grupos de investigación de la institución en las áreas temáticas de Estrategia Organizacional; Producción, Comercialización y Consumo Responsable, y de Transformación de la Industria del Comercio al Detalle, representados por el profesor Andreas M. Hartmann y las profesoras Diana Kolbe y María Lucila Osorio.
“Hoy en día existe un mercado significativo para la compraventa de moda de ‘segunda mano’ que es percibida como una práctica de consumo sostenible, y con el advenimiento del comercio electrónico y las plataformas digitales se amplían las posibilidades de extender la vida útil de los productos textiles para reducir su impacto ambiental. Con esta investigación hemos querido explorar los factores que impulsan la adopción de esta alternativa de mercado para personas de clase media que pueden tomar los roles tanto de vendedoras como de compradoras”, comentó Lucila Osorio, investigadora del Centro de Comercio Detallista de la Escuela de negocios del Tec.
La investigación se enfocó principalmente en mujeres por ser el segmento de la población que más participa en la compra y venta de moda de “segunda mano”. Se destaca la percepción positiva hacia esta práctica como sustentable y con un alto grado de conciencia respecto a los impactos ambientales de la industria textil.
Entre los hallazgos, 67 por ciento de las participantes compró algún producto de moda de “segunda mano” en el último año y 57 por ciento lo hizo para uso personal. La ropa es la categoría de productos de moda más comprada, y dentro de esta, con un 90 por ciento, sobresale la de tipo casual; el otro 10 por ciento lo componen la ropa de fiesta, la deportiva y la formal para el trabajo. Otro dato relevante son los motivos para la compra de moda usada:
- Factor económico: Con precios más accesibles en comparación con los artículos nuevos.
- Factor ambiental: Contribución a prácticas de consumo más sostenibles y reducción del impacto ambiental.
- Acceso a prendas diferentes o exclusivas: Posibilidad de encontrar piezas que no están disponibles en las tiendas convencionales.
Un fenómeno interesante son los canales de compra, pues la mayoría (64 %) utiliza al menos dos diferentes. Los principales siguen siendo los físicos, como los mercados, tianguis o bazares temporales (78 %); tiendas especializadas (38 %); y eventos (25 %) que son organizados de manera irregular y generalmente se difunden a través de redes sociales. En cuanto a los canales digitales, predomina el uso del marketplace en plataformas como Facebook e Instagram, con un 39 por ciento de las encuestadas que ha utilizado estos medios, y la penetración de sitios especializados, como GoTriender o Troquer.
En cuanto a la venta, el informe revela que 39 por ciento de las participantes comentó haber vendido algún producto de “segunda mano”, predominando la ropa y zapatos, con ganancias hasta de mil pesos, todo ello en el último año. Entre las motivaciones para vender moda de “segunda mano”, además de los factores económico y ambiental, resalta el social y el hecho de que se trate de una actividad en tendencia.
A decir del autor y las autoras, los modelos de negocio para la ropa de segunda mano podrían evolucionar hacia una especialización por categorías y marcas o para grupos etarios mejor definidos, como las y los infantes. Otra alternativa es que las plataformas de compraventa podrían intentar asociarse con empresas establecidas (una marca productora o una cadena de distribución). También, se identifica que dichas herramientas digitales podrían seguir prosperando por su potencial de democratizar la moda y aumentar la conciencia sobre los impactos de su producción ultrarrápida, lo que daría un paso importante hacia un futuro más sostenible.
Fotografía: Tecnológico de Monterrey