Personajes

Luis Carreño, un gran artista y amigo querido

Con sus acompañantes: De pie: Pedro Sol. Sentado: Luis Carreño
Así homenajea el caricaturista Pedro Sol a su colega Luis Carreño Limón, tras conseguir por tercera ocasión el Premio Nacional de Periodismo que otorga el Club de Periodistas de México

Colaboración invitada: Pedro Sol

El pasado viernes 7 de junio, día en que se conmemoró la Libertad de Expresión, el Club de Periodistas de México entregó por tercera ocasión el Premio Nacional de Periodismo al dibujante Luis Carreño Limón.

Anteriormente lo recibió en 1988 y 1994. La Presidencia de la República también reconoció su trabajo en 1991 entregándole el Premio Nacional de Periodismo y hace apenas un par de años la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) lo premió por la Excelencia Periodística en Salt Lake City, Utah, en Estados Unidos.

Nacido el 25 de agosto de 1958 en la Ciudad de México (CDMX), Luis es el segundo de tres hermanos, Jorge y José. Su madre, doña Ema Luisa Limón Márquez, es una mujer siempre sonriente y orgullosa de su familia. Heredó el talento del dibujo de su padre don Jorge Carreño Alvarado, oriundo de Tehuacán, Puebla, de quien aprendió el amor por el oficio y la ética periodística. Reconoce que él fue su maestro, guía y mejor crítico. Con él aprendió a usar la tinta, gouache, carbón y lápiz sanguínea. Creció entre bastidores y caballetes y visitas frecuentes a la tienda de Arte y Material en el centro de la CDMX. Hoy día, desde la ventana de su estudio, en la colonia del Periodista, se observa en un parque aledaño la estatua de bronce en honor y a la memoria de su padre.

Luis recuerda que en su niñez, como ocurre con la mayoría de los caricaturistas, tuvo problemas en la escuela por dibujar a sus maestros y fue regañado y hasta expulsado. En su adolescencia estuvo rodeado de amigos de su padre como don Pedro Ferriz Santacruz, Jacobo Zabludovsky y el Faraón de Texcoco, el torero Silverio Pérez, quien fue su padrino. Asimismo, recuerda con nostalgia las tertulias que su padre tenía con los colaboradores de la revista Siempre! que dirigía el maestro José Pagés donde desarrolló memorables portadas que realizó hasta la edad de 59 años cuando falleció. Un par de meses antes le pasó la estafeta a Luis, quien la recibió con una emoción que quedó marcada de por vida.

Conocí a don Jorge en 1974 antes que a Luis, siendo estudiante de periodismo cuando pasaba con frecuencia a saludarlo a su estudio en la calle de Madrid, detrás de lo que hoy es el Senado de la República.

Mientras dibujaba en su restirador bellos rostros femeninos que aparecían en las páginas de sociales de Novedades, me contaba anécdotas de su trabajo, de las portadas de Siempre!, de la vida política del país y tengo muy presente que estaba preocupado porque uno de sus hijos quería dedicarse a la caricatura.

A sus 61 años (41 años de carrera) Luis ha desarrollado una magnifica trayectoria en el mundo del humor gráfico nacional y mundial con un toque especial en sus trazos. En 1975 estudió dibujo en la Academia de la Grande Chaumiére en París lo que le permitió enriquecer su técnica y crear un estilo propio. A su regreso a México desarrolló carteles de cine, publicó en Avance, Teleguía, Novedades, Siempre! y El Universal, y los últimos seis años en la Agencia Mexicana de Noticias Notimex. Colaboró también en varios programas de televisión en Televisa.

Su trabajo ha sido expuesto en Europa en la Universidad de Alcalá de Henares y en el Instituto México en Madrid, donde el doctor Juan Ramón de la Fuente inauguró su muestra “Ida y Vuelta”. Asimismo, en La Brasserie Lipp de París donde fue acompañado del fallecido escritor Carlos Fuentes y en el Lipp del hotel Presidente Chapultepec de Polanco. Expuso también en San Francisco, California, y San Juan de Puerto Rico, entre otras.

Dijo Carlos Fuentes al inaugurar su exposición en Francia: “Su talento es muy grande y sus caricaturas pueden ser más reales que cualquier fotografía.” Durante largos años el Piano Bar Siqueiros, situado en el sótano a un costado del Polyforum Cultural y el World Trade Center, albergó sus mejores retratos dedicados a periodistas, pintores, artistas, toreros y personajes del espectáculo. A media luz recordaremos siempre ese punto de reunión, lleno de arte y buen humor donde los comensales pasaban veladas y con frecuencia develaban retratos de famosos, se cantaba y se compartían deliciosas charlas. Fueron visitantes frecuentes Gabriel García Márquez y Jacobo Zabludovsky. Caricaturistas internacionales como el recientemente fallecido Hermenegildo Sábat que publicaba en El Clarín quien en una memorable velada tocó su clarinete, así como la visita de Plantu, dibujante francés de Le Monde.

Wendy Coss y Luis Carreño

Luis Carreño ha desarrollado también murales en Xalapa, Veracruz; cuadros para el Palacio de Gobierno de Villahermosa, Tabasco, retratos a visitantes distinguidos como la reina Isabel II de Inglaterra así como del rey Felipe de España, entre otros. Una singular muestra con dibujos gigantes en Plaza Garibaldi en la CDMX, dedicada a personajes del Bicentenario de la Independencia de México, así como del Centenario de la Revolución Mexicana. Ha inmortalizado con sus trazos a artistas mexicanos como Pedro Infante, Jorge Negrete, María Félix, Dolores del Río, Lola Beltrán, Agustín Lara, Pedro Vargas, Andrés Soler, Armando Manzanero, Luis Buñuel, Silvia Pinal, Evita Muñoz “Chachita”, Tongolele, María Victoria, Manolete, entre otros. A muralistas como Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros. No podían faltar Frida Kahlo y Leonora Carrington, y caricaturistas como “la Ranita” Rafael Freyre con quien tuvo una gran amistad. Permanentemente, Luis está activo, encerrado en su estudio con sus musas, rodeado de sus lienzos y recuerdos preparando su siguiente obra.

Fue homenajeado con la colocación de su busto en el Parque de los Periodistas Ilustres en la alcaldía Venustiano Carranza. También realizó para la película Coco un retrato de Ernesto de la Cruz —una fusión de Pedro Infante y Jorge Negrete— que le encargó la empresa Pixar.

Luis está casado con Adriana Alonso y tienen dos hijos: Luis, dedicado a la comunicación, y Joaquín, quien ha seguido su gusto por el dibujo.

En lo personal, compartí viajes con Luis a varios rincones de la República Mexicana y en el extranjero en Nueva Orleáns, Buenos Aires, Madrid, París, y a varias muestras internacionales de humor gráfico como las desarrolladas por la Fundación Quevedos de la Universidad de Alcalá. Además, en mesas redondas de humor político desarrolladas en la Universidad Autónoma de México, entre otras.

Junto con Adriana, Luis y Joaquín y mi hijo Xavier, convivimos en España con el gran Antonio Mingote, Chumy Chúmez, Forges, entre otros grandes humoristas gráficos españoles ya desaparecidos. De igual forma, con los argentinos Quino y Fontanarrosa.

No cabe duda que ha valido la pena tu vida, hermano querido.

Pedro Sol

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