Responsabilidad Social

Califican de ‘improvisada’ la Cruzada Nacional contra el Hambre

Realizan propuestas alternativas para el combate contra el hambre y la malnutrición

Texto y fotos: Jacqueline Jiménez Martínez

Julieta Ponce, directora del Centro de Orientación Alimentaria;
Alejandro Calvillo, de El Poder del Consumidor, y Catarina Illsley,
del Grupo de Estudios Ambientales

Especialistas en Nutrición y la Alianza por la Salud Alimentaria presentaron las propuestas alternativas de combate al hambre y la malnutrición en la región centro montaña de Guerrero, donde será lanzada la Cruzada Nacional contra el Hambre, mostrando iniciativas ya exitosas en comunidades de la región.

En conferencia de prensa el pasado 22 de abril, Alejandro Calvillo, de El Poder del Consumidor, afirmó que no es necesaria una cruzada contra el hambre, sino contra la mala nutrición, y aseguró que los más afectados son las comunidades rurales e indígenas, donde hace 20 años no se veía el problema de la obesidad y la diabetes, hasta la entrada de las grandes empresas y los productos refinados. “Con estas empresas como aliados el peligro es que hay un mayor deterioro de los hábitos alimenticios. Se está improvisando mucho”, dijo.

“Siempre se habla de llevar alimentos, como si la gente no tuviera acceso a ellos, o como si se trata de caridad”, comentó Catarina Illsley del Grupo de Estudios Ambientales, “una verdadera cruzada debería enfocarse en incrementar la producción sustentable y el desarrollo de mercados.”

Asimismo, aseguró que los mexicanos son herederos de una gastronomía muy sofisticada y se deberían identificar productos entre frutas, verduras, semillas, aves de corral y animales de monte, como ya se ha hecho en Tenexatlajco, ubicado en el municipio de Chilapa de Álvarez en el estado de Guerrero. “Existe una riqueza de recursos, todas ellas fuentes importantes de vitaminas, minerales y antioxidantes.”

Igualmente, Illsley coincidió en que hay una desvalorización de productos locales, considerados como “alimento de pobre”, como los frijoles, el quelite o el amaranto, mismos que sustituyen por otros, una cuestión de prestigio, “si puedes comprar te ves mejor”.

Además de una revalorización, Illsley mencionó que una cruzada debería integrar un trabajo de educación, así como recuperar y crear rutas de mercado, impulsando toda una política de reconocimiento de la producción campesina y una planeación desde las comunidades. Explicó que un ejemplo que debe seguirse es el de la escuela de Tenexatlajco, donde los alumnos cocinan y de ahí juntan dinero en ollas escolares, que han utilizado para la construcción de salones, para hacer un sistema de recolección de agua y siembra, entre otras cosas.

Por su parte, Julieta Ponce, directora del Centro de Orientación Alimentaria, recordó que según el Artículo 4° de la Constitución, todos tienen el derecho a una alimentación nutritiva y de calidad, y aseveró que el problema se trata de la falta de acceso a productos sanos, y mencionó que aún no han dicho cómo se evaluará la Cruzada Nacional contra el Hambre.

“¿Cuál es el origen de la desnutrición?, la pobreza y la desigualdad; se debe fortalecer el empleo y la educación, promover la agricultura familiar como la base central de la economía”, recomendó.

En este contexto, Ponce advirtió que no puede ser que se firmen convenios con la industria alimentaria antes de que se defina algo, “ellos sólo deben cumplir con sus deberes de pagar sus impuestos o contaminando menos”, dijo refiriéndose a Nestlé y Pepsico, aliados de dicha cruzada.

Para esto, Ponce manifestó que proponen la creación del Consejo Nacional de Alimentación y Nutrición, con expertos en producción de alimentos y desarrollo sustentable, que asesorarían al ejecutivo, pues es un problema que la Secretaría de Desarrollo social (Sedesol) no puede resolver de forma aislada. “Este consejo sí podría presentar las bases de una política nutricional”. Y señaló que hay una serie de indicadores que se deben tomar en cuenta: que se incremente la lactancia materna; una lista de alimentos saludables; disponibilidad y accesibilidad de los alimentos; inseguridad alimentaria; sistema de inteligencia epidemiológica; auditoría de muerte infantil; seguridad de alimentos, garantizando que estén libres de agrotóxicos y transgénicos; saneamiento de hogares y ambientes; educación y empleo.

Finalmente, Ponce hizo hincapié en que la industria tiene su lugar en el mercado, y al dejarlos entrar se aseguran sus productos, y lo grave es que es con permiso del Estado.

Revista Protocolo

Catarina Illsley, del Grupo de Estudios
Ambientales
Julieta Ponce, directora del Centro de
Orientación Alimentaria
Alejandro Calvillo, de El Poder del Consumidor

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