Responsabilidad Social

De racismo, policía y activismo

Ante la protesta mundial a consecuencia de la muerte del afroamericano George Floyd en EEUU, la autora analiza el papel de la policía y el activismo social que se realiza en las redes sociales

Lani Anaya*

Ciudad de México, 9 de junio de 2020.— Situaciones como la pandemia y el asesinato del afroamericano George Floyd en Estados Unidos han demostrado representar algo más que puntos de quiebre o crisis aisladas. Esos acontecimientos han subrayado las deficiencias de los sistemas en cuanto a las desigualdades sociales y la violencia estructural representada en el racismo. Aunque infelizmente, ambas problemáticas han permeado en las sociedades por mucho tiempo. En esta ocasión se abordan algunas líneas respecto a la segunda.

El racismo, grosso modo, es el producto de las ideologías que han defendido la superioridad racial sobre otros grupos. Si vemos esto desde la psicología social y las teorías de identidades sociales de Tajfel y Turner, existen tres elementos correlacionados que llevan a las tensiones entre grupos:

  1. Aspectos cognitivos o de autocategorización en un grupo debido a las similitudes entre los agregados. Esto se ve influido por el contexto donde nos desenvolvemos, memoria histórica, etc., lo que lleva construir sesgos positivos del grupo.
  2. Aspectos evaluativos que catalogan el grupo al que se pertenece como distintamente superior, además de los aspectos cognitivos, contribuyen a construir sesgos negativos de quienes no son parte de ese grupo (estereotipos).
  3. Aspectos emocionales que generan factores de apego, confianza y empatía a quienes son parte del grupo; al mismo tiempo sentimientos de ansiedad, miedo, amenaza y coraje a quienes no forman parte de ese colectivo social.

Todos esos factores resultan en tensiones y la posibilidad de violencia entre grupos diferentes, en este caso, el color de piel. El racismo y parte de su construcción desde un punto de vista centralizado en la cultura occidental, han limitado el acceso a oportunidades de diversas índoles políticas, sociales, económicas, por dar algunos ejemplos, a los individuos simplemente por su color de piel.

Una de las reflexiones desde un enfoque macro es el rol de las policías y a quién sirven. Los recientes hechos en EEUU y México revelan la necesidad de reformar el mandato de los policías para que no sirvan a grupos de interés. Cualquier cuerpo armado en funciones puede ser peligroso, por lo que se necesitan controles que no vengan de un líder en turno, sino de marcos legales establecidos y respetados.

Un artículo de la publicación británica The Guardian apunta que en los últimos años hemos sido testigos de la expansión del alcance e intensidad con la que la policía ejerce la fuerza y que los problemas sociales que ocurren en comunidades pobres y de personas no blancas se han delegado a los policías en lugar de otros funcionarios públicos. En cualquiera de los dos países, la función principal policial es la protección de la vida e integridad de los civiles, por lo que la transparencia, rendición de cuentas e independencia operativa, que es la capacidad de la policía a no ejercer decisiones políticas del mandatario en turno que quebrantan el mandato que tienen, deben ser atendidas inmediatamente.

La segunda reflexión es desde el ámbito de lo social. Con todo y la pandemia, manifestantes en EEUU, Alemania, Francia y México, se han levantado en movimientos de resistencia civil para denunciar las injusticias sociales. Estas han sido convocadas tal como fueron viralizadas en redes sociales a través de pantallas negras y hashtags, que aunque bien intencionados, revelan un mundo de posverdad, tendencias y activistas de clóset en el que nos hemos sumergido.

Las protestas, hashtags y cuadros negros son importantes mas no suficientes. Se requiere de un trabajo constante por evitar el racismo a toda costa. En México, pudimos ver que se ha criticado lo ocurrido en EEUU sin tomar en cuenta que la realidad mexicana tiene mucho que trabajar en cuanto al racismo, y las desigualdades sociales que tienen que ver con el color de piel o incluso hablando de uso de fuerza indiscriminado como el caso de Giovanni López y de los detenidos en Jalisco.

Desmond Tutu, líder religioso que acompañó el movimiento antiapartheid sudafricano, decía que si alguien optaba por ser neutral en injusticias, automáticamente se encontraba del lado del opresor. Por lo tanto, desde nuestro contexto, hay maneras concretas de deconstruir ideas racistas.

Algunas recomendaciones, desde un punto de vista micro, serían:

  • Tener cuidado de la violencia simbólica y microagresiones que, aunque llegan a ser no intencionadas, son racistas. Aprender a reconocerlos y confrontar los prejuicios que hemos normalizado e internalizado.
  • Firmar las peticiones que circulan en cuanto a la denuncia de injusticias sociales.
  • Fomentar el diálogo acerca del tema en hogares, escuelas, centros de trabajo, organizaciones de sociedad civil e instituciones religiosas.
  • Incluir la participación activa de las personas que han resultado afectadas por el racismo, que hablen desde sus experiencias a fin de transformar la realidad juntos.
  • Informarse a profundidad acerca de un tema más allá de que sea tendencia en redes sociales para que se concreten llamados a la justicia constantemente. Esto incluye el uso consciente de hashtags debido a que una tendencia o trending topic puede invisibilizar la información que es relevante al momento.

* La autora es licenciada en Relaciones Internacionales por la UNAM. Maestra en Estudios de Paz y Conflictos en la Universidad de Uppsala, Suecia. Cuenta con una especialidad en Estudios ecuménicos por la Universidad de Ginebra. Es consultora de proyectos y voluntariado referentes a temas de paz y desarrollo con OAM, agencia danesa que colabora con la ONU, la Unión Africana y el Banco Mundial; además de ser coordinadora del Programa de Mentoría #AccionporlosODS en My world Mexico.

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