Responsabilidad Social

Fraudes financieros han incrementado un 25 por ciento

Creditas en México comparte seis consejos básicos para evitarlos

Revista Protocolo

Ciudad de México, 2 de agosto de 2021.— La situación económica actual y las restricciones de movilidad ocasionadas por la pandemia, generaron una necesidad de dinero para muchas compañías y personas. Lamentablemente, empresas apócrifas han aprovechado la oportunidad para ofrecer créditos en el mercado, que al final resultan ser fraudes.

Ya sea que se necesite dinero para atender un imprevisto, impulsar un nuevo plan o lograr las conquistas personales, solicitar un crédito debe ser un proceso bien pensado en el que se debe considerar todas las opciones. Es importante revisar no solo las condiciones del crédito a las que se tiene acceso (como monto, tasa y plazo), también el proceso de aplicación, duración, canales de atención disponibles y las necesidades.

La digitalización del sector financiero da acceso cada vez a más servicios sin tener que salir de casa, con menos trámites y requisitos, y con mejor experiencia para el usuario, sin embargo, también han aumentado las incidencias de fraude y suplantación de identidad de entidades financieras.

De acuerdo con la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), durante 2020 el número de fraudes se incrementó hasta un 25 por ciento, por lo que hay que estar atento a la comunicación que se recibe y conocer los mecanismos para asegurar que la institución con la que se trata o la oferta de crédito que se recibe, son ciertas.

El riesgo es caer enengaños de personas u organizaciones que no son instituciones financieras, que solicitan depósitos por adelantado y huyen con ese dinero, aprovechándose de la urgencia o usurpando la identidad de instituciones reconocidas. Regularmente son ofertas telefónicas y redes sociales que utilizan canales no corporativos o informales.

Señales de alerta:

1. Créditos no solicitados. Las instituciones financieras pueden ofrecer un crédito no pedido, esto no significa que sea un fraude. Pero si el usuario no lo buscó, procede con cautela.

2. Se debe tener cuidado ante una aparente facilidad, tasas bajas o ausencia de requisitos. Una institución financiera real tiene que hacer un análisis de identidad y riesgo y, a partir de ello, ofrecer una tasa de interés, monto y condiciones.

3. La tecnología actual permite que las instituciones pre-aprueben o hagan un análisis de crédito en microsegundos, principalmente si el usuario ya es cliente de esa institución. Si se recibe una oferta que no requiere datos adicionales como comprobar la identidad o ingresos, ¡cuidado!

4. Hay que tener precaución si hay contacto por WhatsApp o redes sociales que no pertenecen a una institución regulada, y observar siempre el URL de la página de internet. Algunos fraudes replican elementos visuales que simulan ser empresas reconocidas, pero no son el canal oficial de la organización.

5. Pago por adelantado. Es uno de los intentos de fraude más comunes. Una alerta es cualquier persona o institución que solicite hacer un depósito previo a la autorización, evaluación o desembolso de crédito. Ya sea que le llamen trámites de gestión, o algún tipo de seguro.

6. Parte del fraude es darle sentido de urgencia a cualquier trámite, si la persona presiona y dice que está haciendo todo lo posible por esperar, pero que si el usuario no actúa rápido va a perder las condiciones u oportunidad de ese crédito, se debe encender las luces rojas.

Cómo prevenir:

1. Solo hacer tratos con empresas reconocidas y registradas ante la Condusef, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), y la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco). Revisar información en medios de comunicación o en el Sistema de Registro de Prestadores de Servicios Financieros de la Condusef. También ir un paso más allá y verificar que la institución no se encuentre reportada en el Portal de Fraudes Financieros.

2. Tomar el control del proceso. Si se necesita liquidez para apoyar un plan o resolver alguna urgencia, acudir a la institución que ofrece el crédito, directamente a través de su app, presencialmente o en los canales oficiales que se verán en su página de internet o en la Condusef o Profeco. Tener cuidado si están vendiendo una “gran oportunidad” por teléfono y si presionan para tomar una decisión al momento.

3. Recordar que sí hay opciones. Hace años, obtener un crédito era realmente una odisea y parecía que solo algunos afortunados podían acceder a ello o, si se había tenido un problema en los pagos del pasado, parecía que las puertas se cerraban para siempre. La realidad es que siempre se puede sanear un historial crediticio y las opciones de financiamiento se hacen cada vez mayores gracias a la digitalización del sector. Las instituciones utilizan herramientas tecnológicas para agilizar la evaluación de la capacidad y voluntad de pago de una persona, y para brindar una mejor experiencia y un mayor acceso a financiamiento, incluso para personas que estaban fuera del sistema bancario tradicional. Adicionalmente, tienes alternativas como los créditos con garantía, con los que puedes obtener recursos utilizando tu auto, casa o nómina. No caigas en el error de pensar que no tienes opciones, eso te puede llevar a una situación de riesgo.

4. Cuidado con la información que se proporciona. Si bien una institución seria pedirá datos de identificación o domicilio, en su página de internet debe incluir qué información solicita y con qué objetivo. Es normal que pidan un número de cuenta para realizar el depósito de crédito, pero eso se solicita hasta la firma de contrato y en ningún momento se debe solicitar información de acceso, códigos de seguridad o similares.

5. No firmar nada sin leer detalladamente las condiciones, verificar la información del contrato y el registro de la Condusef o la Profeco, preguntar y resolver todas las dudas. Y nuevamente, entablar conversación solo después de haber iniciado el trámite directamente con la institución y a través de los canales que ellos avalan.

6. No hacer ningún depósito anticipado.

“Antes de adquirir cualquier compromiso financiero es importante evaluar tus opciones y anticipar tu capacidad de pago. Un crédito es un mecanismo para fondear y lograr un objetivo, por lo que la oferta que contrates debe ser acorde a tu situación y planes; por ejemplo, aprovechando un activo para obtener mejores condiciones con un crédito con garantía. La prisa es mala consejera. Si no tomas tu tiempo para evaluar las opciones que tienes, puedes perder una buena oportunidad o, peor aún, caer en una estafa sin darte cuenta”, dijo Sofía González, business head de Creditas en México.

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