A 36 años del primer brote de VIH, continúan la desinformación y discriminación como los principales obstáculos
Revista Protocolo
Ciudad de México, 29 de noviembre de 2019.— “A 36 años del primer brote de VIH, la lucha contra este padecimiento continúa siendo un reto a nivel global, desde la prevención hasta el acceso a tratamiento y la búsqueda de una mejor calidad de vida. Donde la desinformación y discriminación siguen siendo los principales obstáculos”, afirma Marco Banda, gerente médico de GSK-ViiV México, en el marco del Día Mundial de la Lucha contra el VIH, que se conmemora este domingo 1 de diciembre.
Este año, el lema que rige la conmemoración organizada por Onusida es “Las comunidades marcan la diferencia”, con el que se reconoce el papel de la sociedad civil, grupos de pacientes y sus familias como pieza clave en el combate al VIH/sida, “estas comunidades mantienen al VIH en la agenda pública y luchan incansablemente porque nadie se quede atrás en el acceso a diagnóstico, tratamientos y calidad de vida. Nos congratulamos en apoyar el tema de este año pues reconocemos el papel esencial que juegan las comunidades en acercarnos a poner fin a la epidemia del VIH”, agregó Banda.
Y también informó: “De acuerdo con cifras de Censida, durante 2018 se registraron 16 mil 755 casos nuevos en México (diez mil 581 de VIH y seis mil 174 de sida) y de enero a junio de 2019 se han diagnosticado siete mil 668 casos nuevos (cuatro mil 830 casos de VIH y dos mil 838 de sida), siendo Quintana Roo, Campeche, Yucatán, Veracruz y Tabasco los estados con mayor tasa de casos nuevos diagnosticados. El grupo de edad más afectado sigue siendo de 25 a 39 años, pero no hay que descuidar al grupo de 15 a 25, que viene creciendo en los últimos años.”
En 2015, la Ciudad de México se unió a la Declaración de París, en la que adquirió el compromiso de convertirse en una Fast Track City mediante la implementación de estrategias de prevención, detección y tratamiento del VIH para alcanzar los objetivos de la ONU de lograr que el 90 por ciento de las personas infectadas con VIH conozcan su estatus, 90 por ciento tengan acceso a tratamiento y 90 por ciento logren tener cargas virales indetectables, y hay un cuarto 90 por ciento: el de calidad de vida.
Según el registro de Onusida, en 2018 México llevaba el 78 por ciento en diagnóstico, de los cuales el 89 por ciento está en tratamiento y el 94 por ciento se encuentra en supresión virológica.
Con el objetivo de asegurar una mejor calidad de vida a los pacientes con VIH es importante migrar de antirretrovirales tradicionales, que ayudaron a controlar la enfermedad y pasarla de mortal a crónica, a medicamentos con un mejor perfil de seguridad y más eficaces, como los inhibidores de integrasa, terapias que permiten a las personas que viven con VIH una mejor calidad de vida a largo plazo.
“Cabe destacar que no existe un solo medicamento que pueda cubrir las necesidades de todos los pacientes, por lo que es importante que los médicos especialistas cuenten con un arsenal terapéutico suficiente y disponible para el manejo de cada persona que vive con VIH”, recomendó Marco Banda.