Salud

Buscan contener paludismo con alacranes

Por sus características antibióticas, se estudia el veneno del alacrán como alternativa al paludismo

Ambos son invertebrados, con mala reputación y prefieren climas tropicales. Fuera de ello no existe relación alguna entre el mosquito Anopheles y el alacrán emperador africano, excepto que los dos son parte fundamental de una investigación mexicana con la que se pretende buscar alternativas para contener el paludismo o malaria, una enfermedad que afecta de manera particular a países africanos y del continente americano.

El proyecto, encabezado por los doctores Lourival D. Possani Postay, Enrique Reynaud Garza, del Instituto de Biotecnología (IBt) de la UNAM, y Humberto Lanz, del Instituto de Nacional de Salud Pública, fue seleccionado por la Fundación Bill y Melinda Gates para obtener apoyo económico durante un año, con opción a prórroga de comprobar su posible aplicación.

“Se trata de una investigación básica en la que se analiza el empleo de péptidos (moléculas) obtenidos del veneno del alacrán emperador africano para contener el desarrollo del Plasmodium, el parásito relacionado con el paludismo o malaria y que es transmitida por medio de un vector: el mosquito Anopheles”, refirió en entrevista el doctor Lourival D. Possani.

El investigador universitario de origen brasileño, radicado en México desde hace más de tres décadas y nacionalizado mexicano, ha sido reconocido por los logros obtenidos en torno a antivenenos de diversos animales ponzoñosos; sin embargo, sus estudios sobre paludismo no son recientes. De hecho, gracias a un proyecto en torno a esa enfermedad obtuvo en 1994 el premio Jorge Rosenkranz de Roche-Syntex, uno de los más destacados del país en materia de investigación.

De acuerdo con Possani Postay, la idea de estudiar el veneno del alacrán como alternativa al paludismo surgió al identificar en la literatura el uso de péptidos conocidos como ceropinas en el combate de diversos microorganismos y parásitos, debido a sus características antibióticas.

Al secuenciar los péptidos que conforman el veneno (obtener y analizar cada elemento que lo compone), los expertos en biotecnología encontraron que uno de ellos, la escorpina, tenía una parte de la molécula similar a las ceropinas; es decir, con propiedades antibióticas, pero también localizaron otro segmento que funcionaba como bloqueador de canales iónicos en el Plasmodium, en específico del potasio. Ello significa que al bloquear esos canales en el parásito es posible contener su reproducción y de esa forma controlar la infección por paludismo.

El objetivo del proyecto es encontrar la forma en que los mosquitos Anopheles hembra, que son los que se alimentan de sangre humana, tengan la capacidad de expresar la escorpina en su organismo y puedan controlar el Plasmodium antes de infectar a una persona. “Nuestra investigación es básica, no vamos a liberar ningún bicho transgénico, sino que estudiamos los mecanismos de reacción entre el parásito y la escorpina, y después se analizaría la forma de aplicación”, refirió el investigador del IBt-UNAM.

Finalmente, comentó que se trata de un proyecto novedoso de control del paludismo, toda vez que en la actualidad se emplean insecticidas para eliminar al mosquito Anopheles que pueden matar otras especies y generar un desbalance ambiental. “Los evaluadores de la Fundación Bill y Melinda Gates se mostraron interesados en el proyecto porque representa una nueva alternativa, al ser muy precisa y evitar daños ecológicos”, puntualizó Possani Postay. (Agencia ID)

Revista Protocolo

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