Entrevista con el doctor Antonio Salas Ramírez, jefe del banco de sangre del Centro Médico ABC campus Santa Fe
Por Luis Felipe Hernández Beltrán
“Podría gritar, ¡que me dejes beber de tu sangre!”, suena la frase más distintiva del éxito musical “Beber de tu sangre”, que en la década de los ochenta, encumbró al grupo mexicano de rock Los Amantes de Lola.
Aunque dicha canción hace referencia a una historia de amor, cientos de personas día a día requieren de sangre y no precisamente para beber, sino para sobrevivir.
La donación de sangre es necesaria para transferirla a aquellos pacientes que la necesitan pues la perderán en algún momento por alguna intervención quirúrgica, o bien, necesita ser renovada pues la enfermedad que padecen así lo requiere.
¿Miedo? ¿Pérdida de tiempo? ¿Y si no es compatible? ¿Si al momento de donar resulta que yo tengo una enfermedad?… Muchos son los pretextos que ponen la mayoría de las personas para ir a donar sangre, sin embargo, no están conscientes que al hacerlo pueden salvar una vida.
Pero hay otros casos que, pese a estar animados a hacer la donación, desde un inicio la respuesta es negativa, pues mucha gente no cumple con la mayoría de los requisitos que los bancos de sangre solicitan.
Es así como personas con tatuajes recién hechos, escarificaciones o piercings; quienes han tenido relaciones sexuales con más de una pareja en breve tiempo o con personas del mismo sexo; quienes padecen de gripa o alguna otra enfermedad contagiosa; o quienes previo a los días de la donación han probado comida con exceso de grasas, de inmediato son rechazadas.
Para aclarar las dudas frecuentes que se tienen sobre lo que engloba al proceso de donación de sangre, Protocolo platicó con el doctor Antonio Salas Ramírez, jefe del banco de sangre del Centro Médico ABC campus Santa Fe, y quien también cuenta con una especialidad en patología clínica.
Los requisitos y sus porqués
Generalmente, cuando hay un interesado en donar sangre, el primer condicionante es ir en ayunas o con cierto tiempo sin ingerir alimentos, dependiendo del lugar, algunos son dos horas y otros hasta ocho, la razón de ello, es el proceso de digestión, ya que la grasa que se absorbe al momento de comer alimentos llega a la sangre y esto puede interferir con la sangre que se va a sacar.
Una de las obligaciones de los bancos de sangre, es brindar a los donantes un lunch con sándwich, fruta y jugo, debido a que en ocasiones los donantes de sangre pueden sufrir una descompensación a causa de la falta de alimentos por largo tiempo (ayuno) y a la pérdida de sangre.
Sobre los tatuajes, piercings y demás elementos que a mucha gente gusta añadirle a la piel, y que para realizarlos se requiere usar instrumentos que tienen contacto directo con la sangre, aunque uno pueda confiar en la persona que los realizó, en la limpieza y el cerciorarse de que todos los materiales son nuevos y/o desinfectados, pueden ocasionar enfermedades como hepatitis C, entre otras, padecimientos que tardan hasta seis meses para ser detectadas, por lo cual es arriesgado y no son candidatos para donar sangre.
Respecto a las personas que sostienen relaciones sexuales con más de una pareja, o del mismo sexo, e incluso, aquellas que hayan utilizado juguetes sexuales o realicen prácticas sexuales no comunes, también es una negativa el trasfundir sangre debido al riesgo de contagio de una posible enfermedad de transmisión sexual como el VIH, sífilis, herpes, que como bien se sabe, al tenerlas, la sangre está contaminada y puede generar un contagio inmediato al paciente. Aun el haberlo hecho con protección o utilizando cualquier método anticonceptivo.
La sangre donada, el después
Una vez hecho el donativo, la sangre pasa a una reserva de hemocomponentes en donde quedará guardada para que se utilice cuando sea necesario, ya que no siempre va al paciente, pues muchas veces la sangre es de un tipo distinto al que se necesita. Pasado un tiempo determinante, la sangre que no fue utilizada, pasa a un laboratorio de desechos de residuos peligrosos o tóxicos, que, al menos en México, cuentan con el aval de la Secretaría de Salud (Ssa).
Seguimiento al donante
Pero no solo el paciente es el que se beneficia con la donación de sangre, también el donante, pues por el simple hecho de hacer esta labor altruista, la sangre se examina y se puede detectar enfermedades o padecimientos y con ello, el estar a tiempo para tratarlos, por lo que parte de las obligaciones de los médicos encargados de analizar los componentes sanguíneos es informar de los resultados a quienes aportaron sangre.
Si bien la transfusión de sangre es necesaria para mejorar o salvar una vida, hay gente que, por su religión, usos y costumbres, no está de acuerdo con este tipo de intervenciones, y los doctores están obligados a respetar la decisión de no hacer la mediación, pero antes que eso, también es parte del requisito informar al paciente y sus familiares los porqués de la operación y los beneficios que pueden obtener.
En México, no hay un estimado de cuántas personas día con día requieren de una trasfusión de sangre; muchas veces, es urgente; por eso, el doctor Salas Ramírez invita a la gente a hacer conciencia y acercarse a los bancos de sangre a donar para cualquiera que lo requiera, pues no se sabe cuándo nos tocará ser los necesitados.
Revista Protocolo
