Salud

Evite enfermedades de los ojos por contaminación

La exposición a la luz ultravioleta por tiempos prolongados favorece el desarrollo de cataratas en los ojos, por lo que la protección solar –como el uso de gafas– es una manera de prevenir su aparición, afirmó Víctor López Segura, jefe de la División de Ciencias de la Salud y del Comportamiento de la Facultad de Estudios Superiores Zaragoza (FESZ) de la UNAM.
Juan Carlos Machorro

El académico señaló que mantener una buena salud implica atender el funcionamiento del sistema visual, que soporta agresiones del medio ambiente tales como el esmog y concentraciones variables de compuestos químicos, generalmente ácidos dispersos en el aire, que afectan la composición de la película lagrimal, que interviene en la conservación de la transparencia de los medios intraoculares para formar imágenes correctas del entorno.

El uso de gafas para corrección de defectos ametrópicos sirve para no desarrollar estados avanzados de miopía y astigmatismo. Corregir a tiempo defectos en la calidad de la visión es importante y se deben detectar tempranamente estos casos, pues estudios disponibles establecen que cerca de un octavo de la población padece algún tipo de ametropía o defecto de refracción en diferente grado.

El estrés, la mala iluminación al leer o trabajar, las largas horas con la vista fija en la pantalla de la computadora o estados de agotamiento o hipovitaminosis provocan, en muchos casos, alteraciones visuales prematuras; por ello, resaltó la importancia de cuidar los ojos frente a este tipo de circunstancias, incluyendo la radiación ultravioleta proveniente del medio ambiente.

“La ciudad de México tiene una amplia carga de contaminantes que provienen, entre otros, de los vehículos automotores. Además, se vive en medio de varias zonas industriales que emanan grandes cantidades de sustancias y componentes agresivos al sistema visual”, dijo.

“Algunos individuos tienen, por ejemplo, el antecedente de padecer enfermedades sistémicas como artritis reumatoide, lupus eritematozos sistémico y algunas otras del tejido conectivo, que provocan afectación en la calidad y cantidad de la lagrima” y que en condiciones de contaminación elevada exacerban su sintomatología”, indicó López Segura.

El Distrito Federal y su área metropolitana poseen condiciones ambientales difíciles para personas con sensibilidad. Es decir, aclaró, el ojo se vuelve más delicado cuando está expuesto a situaciones agresivas para la película lagrimal.

Aseguró que la concentración de ácidos aéreos favorece que dicha película se vuelva ácida y se rompa fácilmente, entonces queda expuesto directamente el epitelio de la cornea o de la conjuntiva, despertándose sensaciones de irritación conjuntival, lagrimeo y parpadeo reflejo.

En algunos casos, concluyó, esto es controlable simplemente con que la persona proteja sus ojos con lentes oscuros o evite la exposición prolongada a la radiación ultravioleta, que además previene la aparición de opacidades del cristalino o cataratas.

Revista Protocolo

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