Salud

¿Por qué los papás deben dedicar tiempo a jugar con sus hijos?

El cerebro de los niños necesita tiempo de calidad y presencia plena de los adultos que tienen cerca para ayudar en su aprendizaje

Revista Protocolo

Ciudad de México, 27 de abril de 2022.— Las niñas y los niños tienen derecho a jugar. El juego es fundamental para su desarrollo social y emocional, así como para su aprendizaje. A través del juego, los niños experimentan, sienten curiosidad, descubren, se expresan y aprenden.

El juego ayuda a las niñas y los niños a desarrollar habilidades vitales integrales como la comunicación, la empatía, la creatividad y la confianza; promueven el bienestar psicosocial; enseñan a los niños a procesar las dificultades, es decir, el juego es una herramienta de aprendizaje innata en la que se produce un proceso interactivo y de comunicación con el entorno natural y con otras personas.

El juego, entre niños o entre niños y adultos, lleva a los más pequeños a entender y comprender qué pasa en el mundo en que vivimos.

De acuerdo con Rita Reyes Varela, especialista en desarrollo y crianza de Proyecto DEI, el juego es la actividad más importante en la vida de un niño y niña. Jugar, jamás será una pérdida de tiempo. Seguimos escuchando frases como “hasta que termines tu tarea podrás salir a jugar”. “No hay nada más erróneo que este pensamiento”, indica.

Para hablar de este y muchos otros temas que interesan a los padres, se creó Chicco Research Center, una fuente confiable en el camino de la paternidad con soluciones innovadoras y ayudar en la vida cotidiana mediante el asesoramiento y el apoyo constante en el trabajo de crianza de los hijos.

Los niños entienden el funcionamiento del mundo por su espíritu de investigación y su entorno que se convierte en el espacio para imaginar y crear, aspectos que marcan la primera infancia a través de la investigación y el juego.

Reyes Varela señala que, de acuerdo con la etapa de desarrollo y edad, los niños juegan de diferente manera y necesitan estímulos particulares: De dos a cuatro meses, el primer objeto de juego es con él o ella misma. Empiezan a investigar su dedo, primero por accidente, y después ya lo hacen de manera voluntaria.

De cinco a 12 meses, los activables son un excelente juguete, ya que de pronto, dan un manotazo sobre la mesa y producen un ruido, lo vuelve a intentar y se da cuenta que él o ella son los que pueden provocar dicho ruido. Y así empieza un juego con distintos objetos, los cuales son capaces de activar. Los activables son excelentes juguetes para esta edad.

De 12 meses a tres años, el juego debe ser lúdico y libre, el papel del adulto es acompañar ese juego y dar sostén emocional, presencia plena y jugar.

La especialista también indica que, en el juego, el niño y la niña deben llevar la batuta, teniendo a sus cuidadores primarios observándolos y dispuestos en presencia plena para seguirlos en su juego, ya que a través de este pueden resolver conflictos emocionales, el juego es catártico. Además, si observamos bien, podemos darnos cuenta de cómo está emocionalmente el niño o la niña. El juego es “muy chismoso” si somos observadores.

Recomendaciones para papás, mamás y cuidadores

Para que los adultos se puedan conectar con el juego de sus hijos e hijas, es conveniente que despierten a su “niño interior” para divertirse plenamente, con el alma del niño que llevan dentro. Solo así puede haber una conexión profunda en el juego: dos almas sintonizadas, alegres, divertidas, sorprendidas, aprendiendo y divirtiéndose juntas.

Intenta tener algunos momentos al día para jugar en plenitud con tus hijos e hijas. Con este simple hecho estarás favoreciendo la conexión de neuronas en su cerebro y contribuyendo a que su aprendizaje sea mejor en un futuro. Además, el cerebro de los niños necesita de tiempo de calidad y presencia plena de los adultos que tienen cerca. Las interacciones sensibles y cariñosas pueden ser esenciales para el futuro, mental, emocional, físico, psicológico de los niños.

Aprovecha y disfruta la oportunidad de vincularte a través del juego. Tú, como papá o mamá, tienes el equipaje adecuado para ser el mejor objeto de juego. Los juguetes son tus aliados, pero tú eres la pieza principal.

(Fotografías cortesía de Chicco)

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