El embajador de la República Checa en México, Vladimir Eisenbruk, y su esposa Silvia ofrecieron una recepción el pasado 27 de octubre, en la sede de su residencia para celebrar su día nacional.
Con la caída de la monarquía austriaca, la República Checa reclamó su independencia y proclamó su soberanía el 28 de octubre de 1918. Poco después, Eslovaquia se reunió con Praga para establecer el país de Checoslovaquia.
Y mientras que hay una cierta ironía en el hecho de celebrar la fundación de un Estado que ya no existe (pues, los checos y los eslovacos decidieron disolver su matrimonio político en 1992), para el pueblo checo la fecha todavía tiene una gran importancia dado que venera el nacimiento de su primer gobierno soberano.
Cabe mencionar que México fue el primer país en América Latina que reconoció a los dos componentes nacionales como estados soberanos, recibiendo representantes diplomáticos de ambos el mismo día que la separación tuvo lugar, es decir, el 1 de enero de 1993.
