Tecnología

Buscando reducir residuos del proceso de vacunación

Estudiantes del Tec de Monterrey desarrollan HELIX, una jeringa precargada para vacunas

Revista Protocolo

Ciudad de México, 6 de abril de 2021.— Con el objetivo de que los residuos médicos no afecten al medio ambiente, Ithzel Cerón y Daniel López, estudiantes de la carrera en Diseño Industrial del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), campus Ciudad de México, diseñaron HELIX, una jeringa precargada para vacunación.

Actualmente, una jeringa convencional está fabricada con cinco materiales: acero, polietileno, caucho, resina, pegamento y tinte térmico, lo que la convierte en un híbrido difícil de procesar; sin embargo, HELIX está planeada para fabricarse solo con una silicona termocurable UV, material altamente resistente.

“Este proyecto nació porque nos dimos cuenta de todos los residuos que genera una vacuna: la jeringa, la ampolleta y el medicamento vienen en distintos empaques. Fue así como planteamos un diseño en el que la misma jeringa ya viniera precargada con el medicamento para ahorrarnos todos esos envoltorios innecesarios”, detalla Daniel López.

Dentro de las ventajas de esta jeringa destaca que introduce marcas impuestas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su diseño, además de aprovechar las oportunidades de comodidad y trabajo para el personal de salud.

“Los desechos derivados de una vacunación deben incinerarse debido a los riesgos de contagio, así que es complicado reciclar estos materiales. Nos dimos cuenta qué era más fácil generar una jeringa que la usas y tiras tal como está, así evitaríamos riesgos y ahorraríamos procesos a quienes hacen uso de ellas. Una jeringa normal, al desecharla, deben separarse los residuos, proceso complicado y riesgoso para el personal de salud”, indicó Itzhel Cerón.

HELIX, que se encuentra en desarrollo, se puede compactar utilizando solo el 30 por ciento del espacio en comparación con la jeringa convencional, lo que hace que su almacenamiento sea fácil y seguro.

“Hicimos varios bocetos de modelos hasta llegar a este último, que es comprimible. El que sea comprimible también ayuda a que no pueda reutilizarse y sea más sencillo todo el procedimiento para el personal de salud, además de que ahorraría energía al momento de incinerarse”, asegura la estudiante del Tec de Monterrey.

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