Tecnología

Nueva forma para desarrollar fármacos

El desarrollo recibió el Premio Estatal de Ciencia y Tecnología 2010

Un grupo de científicos estudian productos de origen natural con el propósito de identificar sustancias que produzcan efectos terapéuticos ante infecciones bacterianas, así como enfermedades cardiovasculares y oncológicas, entre otras. Pero a diferencia de otras investigaciones ésta tiene la particularidad de emplear tecnología informática para la síntesis de los compuestos.

Se trata de una red multidisciplinaria encabezada por el doctor Enrique Ramón Ángeles Anguiano, investigador del laboratorio de Química Medicinal de la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán (FES-UNAM). Este trabajo apunta a una nueva generación de medicamentos diseñados con tecnología de punta a través de la síntesis de compuestos por medio de elementos computacionales.

Con ello, se pretende ofrecer un tratamiento terapéutico efectivo en niveles bajos de toxicidad, en comparación con los actuales medicamentos, que funcionan como antineoplásicos, antihipertensivos y antivirales. Además, el proceso reducirá tiempo e inversión económica empleados en la elaboración de fármacos, detalló el titular del proyecto.

De acuerdo con el entrevistado, un caso relevante de este estudio de base tecnológica es el de la sustancia Changrolina, proveniente de una planta de origen China, cuyo vegetal empleado en la elaboración de medicamentos presenta propiedades contra enfermedades cardiovasculares.

Ángeles Anguiano indicó que este compuesto fue tomado como referencia para sintetizar compuestos químicos semejantes previos a realizar un diseño molecular y una simulación computacional.

Para ello, los investigadores utilizaron dispositivos de primera generación como la supercomputadora Kan Balam de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), asimismo recurrieron a plataformas Unix, Mac y Linux, para elaborar los estudios computacionales, además mediante técnicas espectroscópicas como Resonancia Magnética Nuclear, Infrarrojo y Espectrometría de Masas, las cuales permitieron determinar la estructura química de los compuestos sintetizados.

“A partir de ese producto natural de nombre Changrolina, se simuló una estructura química de la planta en la computadora; es decir, de manera virtual se “cortó” la molécula con el objetivo de enfrentarla a interactuar con una serie de proteínas (enzima convertidora de la angiotensina ECA) responsables del proceso de hipertensión”, explicó Ángeles Anguiano.

Como resultado, se generó una lista de compuestos potencialmente activos, mientras que en una segunda fase se elaboró una combinación de sustancias a partir de los elementos “virtuales” obtenidos por el ordenador, y posteriormente, se aplicó el mismo procedimiento en pruebas químicas de laboratorio, indicó.

Trasciende el método

Otro caso relevante es el del éster fenetílico del ácido cafeico (CAPE), cuyo producto natural se encuentra en la jalea real de las abejas, el cual presenta propiedades contra el cáncer hepático, comentó el especialista de la UNAM.

De igual manera, este segundo compuesto presentó el mismo método para conseguir las sustancias químicas con efecto curativo. Cabe señalar que este estudio surgió a partir de la iniciativa del doctor Saúl Villa Treviño, investigador del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav).

Ángeles Anguiano dijo que los resultados de probabilidad generados entre el estudio computacional y ensayos químicos de los dos estudios fueron prácticamente iguales e incluso se obtuvo mayor efectividad al producto natural.

Además, subrayó que los resultados preliminares revelaron un menor nivel de toxicidad, incluso en algunos casos resultó mejor que los medicamentos encontrados actualmente en el sector de salud para ese mismo problema.

A pesar de ello, mencionó que una de las mayores dificultades en el uso de plantas para el tratamiento de algunos padecimientos, es la baja concentración de las sustancias activas, por un lado, y por otro, el problema de obtener las especies vegetales auténticas.

Cabe mencionar que esta investigación contó con la participación de profesores-investigadores de diversas instituciones de la UNAM, así como del Instituto Politécnico Nacional (IPN) y la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Unidad Iztapalapa, además de los hospitales Juárez e Infantil de México, ambos en la capital mexicana.

El desarrollo recibió del Consejo Mexiquense de Ciencia y Tecnología (Comecyt) el Premio Estatal de Ciencia y Tecnología 2010, en la categoría de Ciencias Naturales y Exactas. (Agencia ID)

Revista Protocolo

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