Viajes

Izamal, una ciudad de colores

La guacamaya de fuego con rostro solar en la ciudad amarilla del estado de Yucatán

Revista Protocolo

Ciudad de México, 30 de julio de 2020.— Se dice que “quien de amarillo se viste, en su belleza confía”, y la ciudad de Izamal, Yucatán, tiene en qué confiar porque es bellísima y llena de historia, ¡es mágica!

Y es que estar en Izamal es estar en una paleta de colores blanco, amarillo y rojo, dos los puedes ver, el más encendido lo tienes que imaginar, porque cuenta la historia del lugar.

El blanco de la red de caminos sacbés construidos por mayas. Cuando se recorren hay que imaginar las peregrinaciones que se hacían para venerar a Itzamná o Zamná, “Rocío del cielo”, el sacerdote patriarca de los itzá. Y es que Zamná fue todo un personaje. Llegó de Bacalar para fundar esta ciudad y otras ciudades importantes en el estado. Las crónicas lo definen como un hombre sabio que inventó los primeros caracteres que sirvieron de letras a los nativos de la región y el haber mostrado a su pueblo las bondades, el cultivo y el uso de ki (henequén), el agave que desde entonces ha estado presente en la actividad agrícola de la península de Yucatán.

Para cuando llegaron los españoles la ciudad estaba abandonada y se desconoce con certeza las razones de su olvido. Como en otros lugares en México, sobre sus ruinas y templos se construyeron conventos que por su belleza, más allá de la historia que los antecede, son dignos de admiración.

El amarillo llegó con las haciendas ganaderas que durante el México independiente pasaron a ser parte del conjunto de haciendas que integraron la agroindustria henequenera, vigente durante un siglo y medio para posteriormente formar parte de todas las edificaciones de esta pequeña ciudad.

Desde que llegas, notas este brillante color amarillo en todas las casas y edificios principales de este hermoso Pueblo Mágico, conocido también como “La Ciudad Amarilla” de Yucatán, lo que lo hace un lugar digno de un cuento, donde podrás tomar fotos increíbles.

Y el rojo solo se podrá ver si se visita la pirámide Kinich Kakmó, que además es la tercera más grande de México y permitirá tener una vista panorámica de la ciudad. Al llegar hay que cerrar los ojos e imaginar un dios con cuerpo humano y cabeza de guacamaya de un rojo anaranjado intenso con una antorcha encendida en cada mano: el ave de fuego con rostro solar.

Y es que los mayas creían que el dios Kinich bajaba al mediodía cuando el sol está en pleno para quemar y purificar los sacrificios o las ofrendas. En tiempos pandémicos el pueblo acudía con ofrendas para Kinich Kakmó porque pensaba que el sol regía sobre la salud.

Para complementar la colección de fotos, hay que visitar:

Gastronomía local

El Mercado Municipal o Mercado de Zamná, ubicado en Calle 30 por 31ª, en el centro, y comer: frijol con puerco, chaya con huevo, puchero de gallina, queso relleno, panuchos, pipián de venado, papadzules, longaniza, cochinita pibil, pibes y tamales, son tan solo unos cuantos de los platillos que se podrán disfrutar acompañados de xtabentun, balché, bebida de anís, o pozol con coco que es una fresca bebida de horchata.

El Pasillo Artesanal

Para hacer digestión, se podrá caminar en su corredor artesanal ubicado a un costado del Palacio Municipal, lugar donde se reúnen los artesanos para mostrar la destreza de sus manos con materiales especiales; los trabajos de joyería y talabartería son de una belleza sin igual, así como la elaboración de hamacas tejidas de fibra de henequén, sobresalen los trabajos en cerámica que se fabrican en el pueblo de Citilcum. Además, artesanías de madera y talabartería en Citilcum y Kimbilá.

La foto obligada en el Convento Franciscano San Antonio de Padua

En el Centro Histórico se ubica el Convento Franciscano San Antonio de Padua, una monumental construcción del siglo XVI con el atrio cerrado más grande de Latinoamérica y el segundo en el mundo, después de la Plaza de San Pedro en el Vaticano. En las orillas de los portales se tiene una vista magnífica de la pirámide Kinich-Kakmó.

Tarde romántica

Por último, podrás disfrutar de la tarde con un recorrido por las pequeñas capillas: Los Remedios, La Santa Cruz, San Juan, San Idelfonso, San Román y Guadalupe, localizadas en los antiguos barrios de la ciudad y si prefieres, dar un paseo en bicicleta o subirte a las calesas o victorias y ver el atardecer en un romántico paseo a caballo. Así como disfrutar del espectáculo de luz y sonido “La luz de los mayas” que se realiza a partir de las 20:30 horas en el Convento de Padua de lunes a sábado.

Izamal es un rincón de ensueño, en el que descubrirás una tranquilidad indescriptible, sus habitantes ofrecen a sus visitantes una cálida estancia. Además, la ciudad cuenta con una oferta turística para diferentes tipos de turismo y de acuerdo a tu presupuesto podrás tener una experiencia completa de dos o tres días.

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