Además de ser uno de los principales productores de plata de México, es una de las ciudades con mayor cantidad de iglesias
Si en México existe un pueblo que ha atestiguado los más importantes pasajes históricos de México, es Taxco de Alarcón o simplemente Taxco, nombre náhuatl que en español quiere decir “Juego de Pelota”, en el estado de Guerrero.
Y es que esta población situada al norte de Guerrero, sirvió de refugio de la cultura mexica mientras huían de los conquistadores españoles, hasta que éstos invadieron quitando por completo los vestigios prehispánicos que por años se acentuaron allí.
Ya en la época colonial, los españoles vieron en Taxco un lugar para explotar minas de plata y con ello la construcción de una ciudad colonial repleta de iglesias católicas de estilo churrigueresco (estilo barroco repleto de detalles ornamentales), así como de haciendas que en su mayoría pertenecieron a quienes encabezaron la expedición española de colonización como Hernán Cortés, con la Hacienda del Chorrillo, que con el tiempo le obsequió a su hijo Martín.
Con el movimiento de Independencia de México, Taxco sirvió como fortaleza del ejército insurgente, en donde se dieron batallas épicas con el general José María Morelos y Pavón, y fue el lugar donde en 1821 Agustín de Iturbide redactó el Plan de las Tres Garantías, que llevaron a México a convertirse totalmente en independiente.
Aunque en las épocas de la Guerra de Reforma y de la Revolución Mexicana, no hay datos específicos que se hayan establecido en Taxco, se supo que sirvió de paso y a la vez de guarida de personajes renombrados como los conservadores Maximiliano de Habsburgo y Miguel Miramón, en la Reforma, o el “caudillo del sur”, Emiliano Zapata, en la Revolución.
Pero ninguno de estos conflictos, importantes en la historia de México, logró terminar con el hermoso conjunto urbano colonial que actualmente permanece intacto.
Taxco es hoy por hoy una de las localidades en México en donde gracias a la zona minera, es el primer productor de plata que nuestro país exporta a todo el mundo, por ende es el centro joyero por excelencia al que recurren mexicanos y extranjeros de muchas partes del mundo para comprar diferentes productos hechos de plata.
Pero no sólo es el metal precioso el único atractivo para visitar Taxco, la iglesia de Santa Prisca, de estilos barroco y clasicista, mientras sus exteriores lucen relieves de piedra tallada, sus interiores están repletos de retablos tallados de oro puro dedicados a varios santos y que guardan obras de arte ya sea pictóricas o escultóricas de los siglos XVII y XVIII. La iluminación nocturna es sorprendente e impactante, y sobresale entre todo el paisaje por sus tonalidades doradas que se aprecian desde cualquier punto alto de la ciudad.
También son dignas de admirarse la Iglesia de la Santísima Trinidad, por sus arcos y torreones de piedra; la Parroquia del Señor de Chavarrieta, de cantera blanca; el antiguo convento de San Bernardino de Siena, que sobresale por su enorme y ancha cúpula y la arquería de sus interiores; y las ya mencionadas haciendas en su mayoría convertidas en museos, edificios gubernamentales o centros educativos.
Cristo monumental
Desde el Cerro de Atachi, la parte más alta de Taxco, se puede observar la ciudad completa que es custodiada por el Cristo Monumental de Taxco, una estatua de más de 20 metros de altura de piedra tallada que vigila con los brazos abiertos a toda la región.
Prácticamente Taxco por completo se convierte en un centro religioso cada temporada de Semana Santa, aparte de la tradición de acudir a los recintos católicos a escuchar misa y otras festividades más como la “Visita de las Siete Casas”; por tener rituales donde feligreses, hombres en su mayoría, hacen un recorrido kilométrico cargando descalzos pesadas plantas con espinas flagelando sus cuerpos como ofrecimiento a Cristo Crucificado.
Taxco, junto con Acapulco e Ixtapa-Zihuatanejo, es parte del “Triángulo del Sol”, como se les considera a estas tres ciudades del estado de Guerrero que atraen al turismo dejando cuantitativas derramas económicas anuales. Y fue una de las primeras ciudades en todo México, en contar con teleférico como medio de transporte para poderla apreciar desde las alturas.
Revista Protocolo
