Al país de Europa Oriental viajaron cuatro estudiantes mexicanos que competirán con jóvenes de más de 70 países
Con problemas teóricos y experimentales por resolver en química orgánica, química inorgánica, fisicoquímica, química analítica y bioquímica y cuya solución requiere conocimientos que superan el nivel de enseñanza media al que pertenecen los participantes, inició en Tbilisi, Georgia, la 48 Olimpiada Internacional de Química (IChO2016), competencia en la que cuatro estudiantes procedentes de Michoacán, Estado de México, Sinaloa y Sonora representan a México.
La IChO2016 se realizará del 23 de julio al 1 de agosto con la participación de 73 países y sus respectivos equipos integrados por jóvenes que superaron las eliminatorias nacionales. En México, el comité organizador de la Olimpiada Nacional de Química (ONQ), que coordina la Academia Mexicana de Ciencias, conformó una selección de alumnos entre los que obtuvieron primer lugar en la etapa nacional y el mejor rendimiento durante los 15 días de entrenamiento.
En esta ocasión, la delegación mexicana la integran el michoacano Miguel Bribiesca Argomedo, el mexiquense Víctor Hernández Lima, el sonorense Jesús Aguirre Escalante y el sinaloense Carlos Quezada Espinoza, quien asiste al concurso por segunda ocasión consecutiva.
La coordinadora de la ONQ, Antonia Dosal Gómez, comentó que la preparación de los mexicanos se llevó de acuerdo con el nivel de exigencia de la competencia internacional, resolviendo problemas propuestos por el comité organizador del país anfitrión y realizando una serie de estrategias para acercar a los jóvenes a las condiciones en las que concursarán en la capital georgiana, tales como aprender a desempeñarse bajo estrés y contrarreloj.
“Como siempre, el entrenamiento que se les dio a jóvenes fue lo más completo posible; sin embargo, no hay que olvidar que las competencias internacionales reúnen a cerca de 300 estudiantes que también han tenido un proceso de preparación y provienen de sistemas educativos de gran calidad. Los nuestros tendrán que concentrarse, no presionarse y mostrar conocimientos y habilidades para relacionar temas químicos con la práctica real, pero, sobre todo, deberán disfrutar de la competencia y de la convivencia con jóvenes que comparten el mismo interés por la química.”
De acuerdo con el programa de la IChO2016, son dos jornadas completas dedicadas a los exámenes práctico y teórico en la Universidad de Agricultura de Georgia. Cada prueba tiene una duración de hasta cinco horas. El examen teórico tiene un valor de 60 puntos y el práctico de 40 puntos. Se otorgan calificaciones en forma individual y no por equipo.
Al finalizar el proceso de evaluación, el jurado deberá otorgar medallas de oro al 10 por ciento de los estudiantes, de plata al 20 por ciento de los alumnos, y de bronce al 30 por ciento de los participantes. Aunque este porcentaje pareciera ser muy alto en realidad no lo es dado que las diferencias entre las puntuaciones de los estudiantes suelen ser muy pequeñas.
En su mensaje de bienvenida en la página oficial de la IChO2016 Tamar Sanikidze, ministro de Ciencia y Educación de Georgia, destacó que todos en el comité organizador están conscientes de la importancia de la Olimpiada Internacional de Química y reconocen no solo su valor científico-educativo, sino también el humano y cultural. “Este evento, sin duda, contribuirá a la popularización de las ciencias naturales, especialmente la química entre los jóvenes.”
Reconoció que es bien sabido que los grandes avances en la ciencia y la tecnología solo pueden ser posibles gracias a la colaboración internacional y a las investigaciones conjuntas.
En esta su vigésimo quinta participación en la Olimpiada Internacional de Química, México buscará añadir preseas a su medallero en el que suma ocho de plata, 34 de bronce y 13 menciones honoríficas. La primera asistencia de nuestro país en el concurso fue en 1992 en la 24 edición del certamen celebrada en Estados Unidos.
Con la delegación viajan dos integrantes del comité organizador de la ONQ, Carlos Hernández Chacón y Abel Sánchez Bejarano, como mentor y profesor adjunto, respectivamente.
Revista Protocolo
