Cultura

Obras centenarias de México y Perú llegan a Los Ángeles

Alrededor de 200 piezas conforman la muestra Visiones contrastantes en los virreinatos de América

Figurillas votivas inca, 1470-1532. NGS. Washington DC.

Una valiosa colección de 200 obras de México y Perú, que datan de los siglos XV al XVIII, se exhibirá a partir de este domingo 6 de noviembre en el Museo de Arte del Condado de Los Ángeles (LACMA, por sus siglas en inglés), en Estados Unidos, como parte de una exposición que aborda la visión comparada de los dos principales virreinatos españoles en América: el de Nueva España y del Perú.

Visiones contrastantes en los virreinatos de América, es el título de la muestra en la que se presentan los múltiples contextos en que los artistas europeos, novohispanos y los propios amerindios representaban a los pueblos indígenas durante la colonia, y el significado que tuvieron estas culturas dentro del complejo panorama social y artístico de América Latina.

La muestra, organizada en coordinación con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta), exhibirá en el Pabellón Resnick del recinto estadounidense alrededor de dos centenares de objetos, entre pinturas, esculturas, códices, manuscritos, queros (vasos ceremoniales) y arte plumario, entre otras piezas.

Ilona Katzew, curadora de la exposición y jefa del Departamento de Arte Latinoamericano del LACMA, indicó que la exposición también abordará los orígenes prehispánicos de las culturas inca y mexica, sus continuidades y rupturas a través del tiempo, y la intersección del arte y el poder en el mundo colonial hispanoamericano.

“La relación entre conquistadores e indígenas no puede reducirse a la visión de vencedores y vencidos, sino que supuso un proceso mucho más complejo de negociación cultural y resistencia, una dinámica que dio origen a obras de arte de gran vitalidad y de ricas posibilidades interpretativas.”

En este sentido, Katzew comentó que la muestra reúne una valiosa colección de obras de México y Perú (dos regiones que eran mucho más amplias que en la actualidad), y ofrece la oportunidad de examinar las conexiones entre las tradiciones artísticas prehispánicas y coloniales.

El virreinato de la Nueva España abarcaba un inmenso territorio que comprendía lo que hoy es México, gran parte de Centroamérica y los territorios fronterizos que actualmente forman parte de Estados Unidos. La capital virreinal era la ciudad de México, edificada sobre las ruinas de la antigua urbe mexica de Tenochtitlan.

El virreinato del Perú se fundó en 1548, tras la invasión al imperio inca de Francisco Pizarro y Diego de Almagro en 1532, y la violenta derrota de su último gobernante Atahualpa. La capital del virreinato se asentó en la ciudad de Lima, y abarcaba los territorios que hoy constituyen los países de Perú, Colombia, Ecuador, Bolivia, Argentina y Chile.

“Los esfuerzos por convertir a los pobladores indígenas al cristianismo desencadenaron una fuerte lucha y un complejo proceso que afectó de manera profunda el arte de ambos virreinatos, en tanto que los grupos nativos no estaban unificados ni compartían una identidad común, sino que se identificaban con sus tierras y raíces étnicas”, señaló la curadora.

En este sentido, se mostrará el régimen colonial bajo el cual los amerindios, al no ser una entidad étnica homogénea, fueron creadores de imágenes específicas de sí mismos, con el fin de mostrar su pluralidad y conservar la memoria de su grandeza cultural.

Visiones contrastantes… está organizada en ocho apartados temáticos. El primero, titulado Antecedentes precolombinos: Tenochtitlan y Cuzco, representa a los mexicas mediante esculturas monumentales, y a los incas a través de sus textiles, metalurgia y arte plumario. En esta sección se aborda la estructura política e ideológica de cada sociedad, así como la función de sus tradiciones artísticas durante la colonia.

La segunda sección, Visiones europeas del Nuevo Mundo y el mundo de los libros, muestra cómo los estilos y materiales prehispánicos (tejidos del Perú y arte plumario de México) perduraron durante la etapa virreinal y fueron adaptados a la confección de exquisitos objetos cristianos.

El tercer núcleo, Conquista y órdenes del Nuevo Mundo. El pacto entre naciones. Civitas y la ciudad como lugar de poder, explora la representación de la conquista en códices, pinturas, biombos y otros objetos. Esta sección ofrece una perspectiva tripartita de este momento histórico por parte de los españoles, criollos (españoles nacidos en América) e indígenas.

Festivales indígenas y rituales sagrados constituye el cuarto apartado, en el que se plantea cómo para sostener su poder, la monarquía española permitió la continuación de algunas tradiciones antiguas —como las danzas y otros rituales festivos—, siempre y cuando se incorporaran a las ceremonias cristianas. Por su parte, varios grupos indígenas recurrieron a su pasado prehispánico para proclamar sus derechos como etnias.

La quinta sección lleva por título La devoción del paisaje y el indígena como buen cristiano, la cual aborda el papel de los indígenas cristianizados en la creación de un nuevo concepto religioso mexicano y andino, así como en la invención de nuevas devociones. Entre las advocaciones más destacadas de México está la Virgen de Guadalupe.

La sexta parte se ocupa del tema Genealogía, memoria y tierra. Durante la conquista de México hubo núcleos indígenas que formaron alianzas con los españoles para derrocar a los mexicas, lo que condujo a la concesión de ciertos privilegios. Una serie de pinturas y el grupo de pictografías del Códice Techialoyan muestran la necesidad de las comunidades nativas de generar genealogías para retener su poder.

Por su parte, en el Perú la nobleza indígena encargó series pictóricas de los gobernantes incas, para conservar la memoria de su grandeza y destacar los privilegios de sus descendientes bajo el gobierno español.

Los dos últimos apartados son Misiones de conversión y Clasificando en Nuevo Mundo y la Ilustración, en los que se podrán admirar las nuevas visiones del arte colonial, que contribuyeron a reforzar la identidad por medio de las expresiones artísticas.

Junto con Ilona Katzew, en la curaduría de la exposición también participaron la especialista fallecida Virginia Fields, curadora de Arte de la Antigua América en el LACMA, quien se hizo cargo de la presentación precolombina; Elena Phipps, jefa de conservación en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York, responsable de la selección de textiles andinos, así como un grupo de académicos de América Latina, Estados Unidos y Europa.

De las 200 obras que conforman la muestra, 104 pertenecen al INAH, el Conaculta y coleccionistas particulares. El resto proviene de Chile, Perú, Estados Unidos y España.

La muestra, que permanecerá en exhibición hasta el 29 de enero de 2012, se acompaña de un catálogo ilustrado editado por el LACMA y escrito por un equipo internacional de académicos, entre ellos Cecelia F. Klein, Thomas B. F. Cummins, Diana Magaloni Kerpel, Clara Bargellini, Jaime Cuadriello, Kevin Terraciano, Luis Eduardo Wuffarden, entre otros expertos.

Tras su clausura en el LACMA, a fines de enero próximo, la exposición se presentará en el Museo Nacional de Historia “Castillo de Chapultepec”, de la ciudad de México, del 6 de julio al 7 de octubre de 2012.

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